jueves, 22 de agosto de 2013

La NSA impone acceder a las comunicaciones privadas


Lavabit y Silent Circle tuvieron que cerrar luego de difundir programas imposibles de decriptar. Para la Casa Blanca la privacidad ha dejado de ser un derecho.



El pasado 9 de agosto, durante una conferencia de prensa en la que se refirió al caso Snowden, el funcionario de la CIA que denunció la actividad de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA en su sigla en inglés), el presidente Barack Obama dijo que en el futuro habrá tecnología que resguardará a los ciudadanos que desconfiarán de las intromisiones del gobierno en sus comunicaciones.

Obama se dijo convencido de que la actividad de control de la NSA sobre herramientas de comunicación, como Internet Explorer, Firefox, Chrome, iCloud, Skype, Hotmail y Gmail, o como las redes sociales Facebook, Tweeter etc., es legal porque respaldadas la ley. La afirmación es dudosa porque la ley tiene serios problemas de constitucionalidad y si hasta ahora no ha habido juicios es porque la actividad de la NSA permaneció secreta, hasta las revelaciones de Snowden.

Por otro lado, la tecnología que ponga a reparo de intromisiones en la vida privada de los ciudadanos ya existe y funciona. Dos firmas, Lavabit y Silent Circle disponen de programas que permiten conservar encriptadas las comunicaciones, respectivamente, email y las que se realizan por telefonía o chat. De hecho, Edward Snowden, mientras estuvo varado en el aeropuerto de Moscú en espera de tramitar asilo político a Rusia, se comunicó con abogados y con el mismo Julián Assange, fundador del sitio Wikileaks, a través del programa de Lavabit, sin que fuera posible decriptar sus mails.

El problema es que lo afirmado por Obama en la conferencia de prensa se contradice con el accionar de su gobierno ya que las presiones ejercidas sobre las dos empresas las llevó a cerrar sus puertas el pasado 8 y 9 de agosto, precisamente mientras el presidente de los Estados Unidos hablaba del resguardo de la privacidad de las comunicaciones.

En la carta dirigida a sus accionistas, el propietario de Lavabit, Ladar Levison, mencionó que su derecho constitucional a opinar se ve menguado por nuevas leyes que se lo impiden, por lo que no podría referirse al tipo de presiones sufridas por la empresa por parte del gobierno. Por otro lado, en este contexto, desaconsejaba a cualquiera confiar sus comunicaciones a empresas afincadas en el territorio de los Estados Unidos.

Eso significa dos cosas: que las empresas que no estarán dispuestas a brindar a la NSA las claves de acceso a las comunicaciones de los privados tendrán problemas, y si Facebook, Tweeter, Skype, Gmail, Hotmail, etc. no han tenido estos problemas es porque han permitido el acceso a esas claves o se han visto obligadas a hacerlo. Y también significa que, pese a su propia constitucional nacional, la privacidad de las comunicaciones de los ciudadanos de los Estados Unidos ha dejado de ser un derecho inviolable.

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