miércoles, 15 de agosto de 2012

Cómo se manipula la información


Presten atención a la secuencia de las fotos:
 
Uno: Aquí vemos la página de un diario austriaco. Una pareja con un bebé camina por las calles de edificios destrozados de la ciudad siria de Aleppo. La nota habla de los destrozos causados por los tanques en las calles de la ciudad.



Dos: Aquí tenemos la misma imagen de la pareja, pero en otro contexto: están caminando por un centro comercial, las escritas hablan de alimentos pero los comercios están cerrados (la cortina baja) siendo tiempo de Ramadán (no se puede comer nada durante todo el día)...


 Tres: Finalmente, la imagen de los edificios de Aleppo, pero sin la pareja. 





Queda en evidencia el armado del photoshop y que el medio de prensa cayó in(voluntariamente?) en la trampa mediática. Los servicios de inteligencia de los Estados Unidos y el Reino Unido, con la cooperación de Qatar y Arabia Saudita siguen en su campaña para derrocar el régimen sirio de Al Assad.
Lo han logrado provocando un baño de sangre y abriendo una caja de Pandora que no responde a los intereses del país ni de la democracia.
Gran parte de la población siria quería un cambio de gobierno, pero no a este precio.
 
 

viernes, 10 de agosto de 2012

¿Estados Unidos apoya AlQaeda?

Lo hemos afirmado más de una vez. En Siria se repite el mismo guión de Libia. Un conjunto de intereses geopolíticos han determinado la acción del gobierno de los Estados Unidos para derrocar el régimen del presidente sirio Al Assad. Cada vez más diezmado, el régimen ha penetrado en una profunda crisis que hace pensar en un pronto desenlace.
La última defección, el primer ministro, se une a la lista de personas que han abandonado el país o directamente se han pasado a los rebeldes. Entre ellas, hay personalidades que pertenecieron al círculo íntimo de Assad, además de una treintena de generales del ejército, algunos legisladores y diplomáticos, y figuras públicas. La decisión de la Casa Blanca es directamente responsable de la masacre que se ha desatado en Siria, cuyo objetivo final es debilitar este principal aliado de Irán, acaso el próximo objetivo del Pentágono. Eso, sin duda, no quita nada a la legítima aspiración de gran parte de la población que anhelaba un cambio de régimen dictatorial, pero no en las actuales sangrientas circunstancias.
Reproducimos la siguiente declaración del diputado republicano Ron Paul, que tiene el peso de una voz desde adentro del sistema estadounidense. Pese a la oposición de Rusia y China en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, se hace cada vez más difícil impedir ya sea el baño de sangre, ya sea que una decisión como la de derrocar el régimen pase por encima de los intereses de los ciudadanos de Siria.

“La semana pasada la Cámara aprobó otro proyecto de ley más che delibera sanciones contra Siria, acercándonos a otra guerra en Oriente Medio. Se nos dice que sanciones cada vez más duras obligarán a los países en la mira a plegarse a nuestra voluntad. Sin embargo, la eficacia de las sanciones anteriores no nos enseña nada: a decir verdad, las sanciones llevan a la guerra más que impedirla.
“Hasta el año pasado las sanciones contra Libia fueron presentadas como una suerte de gran éxito. El régimen modificaría su actitud. Si embargo la OTAN igual bombardeó el país.
La semana pasada aprendimos que el presidente Obama informó una “decisión autorizante” de inteligencia que mueve a la CIA a ayudar secretamente a los rebeldes en Siria. La administración parece determinada a pelear otra guerra en Siria que nada tiene que ver con los intereses nacionales de los Estados Unidos.
“Ya sabemos que una decisión de este tipo ha sido firmada cuando todavía estaba a cargo el presidente Bus para dirigir la inteligencia de los Estados Unidos para que socavara el gobierno de Irán y promoviera un cambio de régimen. Los neoconservadores han pedido durante mucho que derrocáramos el régimen sirio antes de pasar a la guerra contra Irán.
Esta belicosidad sigue, y eso prescindiendo del partido que ocupe la Casa Blanca.
En Siria veos una vez más cómo nuestra políticas interventistas se nos vuelven en contra y nos hacen menos seguros.
“Recientes noticias de prensa indican vínculos entre la oposición siria y Al Qaeda (y otros grupos extremistas). Un reciente artículo de The Guardian, un diario británico, gritó a los cuatro vientos que “Al Qaeda se revela ser una marea entre los rebeldes que luchan por Siria oriental”. El artículo menciona a un líder de Al Qaeda quien sostiene que el se reúne  con la principal organización siria rebelde apoyada por los Estados Unidos, el Ejército Sirio Libre, “casi a diario”. Es así que a través de la promoción de una guerra civil en Siria terminamos por alimentar Al Qaeda.
“Según otro reporte los servicios de inteligencia alemana estiman que unos 100 ataques terroristas han sido cometidos por Al Qaeda u organizaciones vinculadas en Siria durante los últimos seis meses. El mes pasado un atentador suicida en Siria asesinó al ministro de defensa y varios altos funcionarios del gobierno. El gobierno de los Estados Unidos, que desde hace más de una década lleva a cabo una “Guerra al Terror”, esta vez se rehusó condenar este acto terrorista. Todo esto levanta un cuestionamiento: si la administración de los Estados Unidos este apoyando a las mismas personas que combatimos en Irak y Afganistán.
“El Secretario de Estado Hillary Clinton expresó estas mismas preocupaciones al comienzo de este año cuando se le preguntó si los Estados Unidos se resistían a entregar armas a los rebeldes sirios. Respondió: “¿A quiénes las entregan? Sabemos de Al Qaeda. Zawahiri apoya la oposición en Siria. ¿Acaso estamos apoyando a Al Qaeda en Siria?”
“Es ésta una buena pregunta. Demuestra claramente que los Estados Unidos no tienen ningún interés en ser involucrados en la guerra civil siria.
“En 1980 apoyamos el movimiento de resistencia en Afganistán que más tarde dio a luz a elementos de Al Qaeda y a los taleban. ¿Cuándo aprenderemos la lección y dejaremos de intervenir en conflictos que realmente no entendemos, conflictos que nada tienen que ver con los intereses nacionales de los estadounidenses?”.

lunes, 6 de agosto de 2012

La atómica sobre Hiroshima

El 6 de agosto de 1945, hace 67 años, luego de intensos bombardeos sobre Japón, las fuerzas aereas de los Estados Unidos lanzaron la primera bomba atómica de la historia. Fue llamada "Little boy", muchacho.
Ese episodio instaló la discusión sobre dos problemáticas. Por un lado, la necesidad de definir un criterio ético para procurar el fin de un conflicto. ¿Se justificaban los feroces bombadeos que hicieron estragos entre los civiles de la Alemania nazi y Japón, y en especial el uso de las armas atómicas sobre Hirshima y Nagasaki? Los historiadores están divididos.
El fanatismo de los regímens nazi y japonés hacía temer la prolongación de una guerra ya larga y sangrienta. Aunque estaba claro que la balanza pendía del lado de los aliados desde hacía tiempo, esas masacres muy probablemente podían evitarse y, quizá, valía la pena insistir en negociar un rendición por las vías diplomáticas. A su vez, el poder destructivo de las armas atómicas abrió la  discusión sobre  la bondad de los avances de la ciencia, sobre todo entre aquellos científicos que trabajaron para desentrañar los secretos del átomo.
Las sucesivas catástrofes nucleares, ocasionadas ya en un contexto de uso pacífico de la tecnología nuclear, de Trhee Mile Island (1979), Chernobil (1986) y Fukushima (2011) demostraron cuán difícil es prever y controlar los riesgos de la explotación de este tipo de energía.
Se trata de consecuencias que no se producen sólo en el presente, sino en un futuro muy largo, por lo tanto con efectos sobre las generaciones futuras, pues la contaminación no puede ser detenida y su duración es de 24 mil años... Es decir, por siempre. Además, se trata de efectos que superan ampliamente una determinada región. Cuando ocurrió el episodio de Chernobil, en Ucrania, en el sur del Mediterráneo se tuvieron que sacrificar toneladas de hortalizas por el desplazamiento de la nube radioactiva.
Por lo tanto, se impone una reflexión acerca de la conveniencia de su uso, máxime cuando la irresponsabilidad, como en el caso de Fukushima, permitió construir la central nuclear en una zona de muy alto riesgo. Alemania, luego del episodio, decidió el cierre de sus centrales nucleares. Otros países también renunciarán a desarrollar esta tecnología.
Escribe Tzvetan Todorov, comentando a Ulrich Bech, el conocido sociólogo alemán que habla acerca de la sociedad del riesgo: "Antes el mal procedía de la naturaleza. La voluntad humana, apoyada en la ciencia, era fuente de salvación. Pero hoy sucede lo contrario. Se considera que la ciencia es un riesgo y lo que ofrece esperanzas es la ciencia" (1).
Este riesgo, provocado en muchos ámbiso de los avances científicos y tecnológicos,  aumenta cuando se une o es usado por la codicia y la avaricia, cuando la aspiración humana a vivir mejor es reemplazada, según lo resume Todorov, por la "lógica neoliberal que contempla a la humanidad como una masa indiferenciada de individuos, que quedan reducidos a sus intereses económicos" (2). "La sociedad no existe", repetía la primer ministro británica Margareth Tatcher. 
Volver a conducir a la ciencia y la teconología al pleno servicio de la comunidad humana, significa abonar el terreno de un nuevo humanismo que nos haga redescubrir justamente como personas que en su dimensión relacional forman una comunidad, una sociedad. Es el mejor antódoto para no repetir errores del pasado. Como la tragedia de Hiroshima.

(1) Tzvetan Todorov, Los enemigos íntimos de la democracia, Buenos Aires, 2012, p. 112.
(2) Ibid. p. 114.

domingo, 5 de agosto de 2012

Integrazione sulla sponda ovest

Con l' "Alianza del Pacífico" avanza il processo di integrazione dei Paesi che si affacciano sull'Oceano Pacifico. Ma è tutto il Sudamerica che puó trarre vantaggio dalle due sponde
 
Con molto buon senso e ottima visione geopolitica, l'ex presidente del Cile Ricardo Lagos, avverte che «il secolo XXI sará il secolo dell'Oceano Pacifico. E' lí che oggi ci sono le grandi correnti del commercio mondiale, i flussi finanziari principali e i Paesi che piú rapidamente crescono».
L'affermazione è per altro confermata dalla crescita economica di quasi tutta la regione latinoamericana che si basa su un fiorente commercio con Cina e India, fondamentale per l'economia, senza escludere Australia e Nuova Zelanda e  altri stati asiatici come il Vietnam. Questo dà idea della visione che ha guidato il sorgere, lo scorso anno, de l' Alianza del Pacífico, il blocco commerciale formato da Cile, Perú, Colombia e Messico. Ne fanno parte, ma come osservatori, Panamá e Costa Rica.

La regione ha infatti bisogno di assicurarsi la continuitá del suo sviluppo. E ció é possibile solo in base ad una visione delle correnti di sviluppo globali ed alla capacitá di sapersi associare non per competere contro qualcuno ma per sfruttare i punti di forza di ciascuno. «Si tratta di un accordo per rafforzarci, non andiamo contro nessuno» ha specificato il presidente colombiano Juan Manel Santos.
In realtá, i processi di integrazione in corso finora hanno riunito per separare i Paesi delle due rive del subcontinente, quella atlantica e quella pacifica. Il Mercosur (Argentina, Brasile, Paraguay, Uruguay ed ora Venezuela) guarda verso est, il Patto Andino e l'Alianza del Pacifico guardano ad ovest.  «C'é bisogno di una politica amplia per capire che a volte importano piú le visioni comuni che le definizioni geografiche", aggiunge Lagos. Il che significa superare eventuali gelosie per far si che tutta la regione faccia della riva pacifica un trampolino per accedere ai mercati che vi sono dall'atro lato di quell'oceano.
Per tale motivo andrebbero realizzate importanti infrastrutture, porti e soprattutto corridoi transoceanici che permettano alle merci dei Paesi sull'Atlantico di evitare la circumnavigazione, sempre difficile del Cono Sud, per poter accedere al Pacifico. Cosí come a suo tempo Venezia fu un porto che aprí le vie commerciali di tutta Europa verso l'Asia, oggi i porti cileni, peruviani, colombiani, ecc. potrebbero svolgere la stessa funzione per tutto il subcontinente. Vanno vinti ostacoli importanti, come l'immensa catena delle Ande, che funge da separatore tra le due rive.
Ma il vantaggio sarebbe reciproco, dato che a loro volta anche i Paesi del lato pacifico hanno interessi commerciali dall'altro lato dell'Atlantico (Europa e Africa). Il progetto di un grande tunnel sotto il passo andino del Cristo Redentor, tra il Cile e l'Argentina, con l'idea di sviluppare una autostrada ed una linea ferroviaria, un'opera di proporzioni simili a quella realizzata sotto la Manica, potrebbe essere un passo importante. Canalizzerebbe buona parte del commercio del sud del Brasile e del resto del Cono Sud destinado ad attraversare il Pacifico. Vanno unite le volontá politiche. Ma i tempi sembrano propizi.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Raíces que unen


En la historia del pensamiento latinoamericano hay abundante material sobre la fraternidad vista desde la perspectiva política. Hablamos de ello con el prof. Domingo Ighina, autor del libro: “La brasa bajo la ceniza”, editado por el Grupo Editorial Ciudad Nueva.

Licenciado y Doctor en Letras Modernas de la Universidad de Córdoba, el profesor Domingo Ighina es miembro de la Red Universitaria para el Estudio de la Fraternidad (RUEF) que se dedica a investigar la fraternidad como categoría política. Recientemente ha publicado el libro “La Brasa bajo la ceniza, La Fraternidad en el pensamiento de la integración latinoamericana” que ahonda precisamente en una gran riqueza de material poco conocido que habla del espíritu con el que se ha forjado la región.

¿Por qué es necesario hablar hoy de la fraternidad?
Porque, sobre todo en Occidente, se ha llegado a un punto en que ciertos desarrollos políticos están llevando a prácticas no menos violentas que las que hemos vivido a lo largo del siglo XX. La fraternidad me parece un principio político que puede construir una sociedad basada en la solidaridad fundada, a su vez, en la idea de que compartimos un mismo origen y un mismo futuro construido como hermanos. Creo que nos permite renovar el viejo y tan querido humanismo.

¿Se puede decir que la fraternidad les da contenidos y límites a los principios de libertad e igualdad?
Es una premisa teórica muy interesante de sostener. Sin la fraternidad, la condición de igualdad podría ser entendida como algo externo, una imposición autoritaria que nos llevaría a sentir, más que igualdad con el otro, opresión. Regímenes como, por ejemplo, el estalinismo de la Unión Soviética, que es una perversión del socialismo, intentó implantar esta idea de la igualdad privada de la fraternidad y malversándola en su principio de construcción de hermandad. Igualmente el liberalismo más craso, al olvidar cualquier tipo de relación de igualdad y también malversa el principio de libertad. Olvidó y ocultó el de fraternidad que es el que exige que la libertad no se convierta en mero egoísmo. Muchas de las sociedades occidentales contemporáneas apuestan a la idea de la libertad como un mero egoísmo individualista. La fraternidad aparece pues como un principio regulador de los otros dos y su fundamento. En América latina, con todos nuestros límites, la fraternidad apareció y desapareció una y otra vez  planteando esta idea equilibradora. No todas las  experiencias fueron felices, pero igualmente algo tenemos para decir al respecto.

En el libro usted refiere que tuvo que limitar la mención de autores por la abundancia de textos. Uno pensaría que de la fraternidad se ha hablado mucho en Europa...
Sí, entre nosotros ha penetrado mucho en el pensamiento y en las prácticas cotidianas. Creo que llegamos a un momento en el que los latinoamericanos nos sentimos justamente tales y por lo tanto con un principio fuerte y activo de hermandad activo en todo el continente. Por supuesto hay limitaciones y excepciones, se puede discutir hasta dónde esta fraternidad llega en la práctica cotidiana y en el pensamiento. Pero está, subyace, y hoy por ejemplo orienta ciertas prácticas de los Estados nacionales. Creo que la actual armonía entre los presidentes sudamericanos es fruto de esta conciencia.
Se suele pensar que la fraternidad es una suerte de herencia colonial, por la común religión cristiana, la lengua española o por una familia de lenguas como el portugués y el español, o el francés y el creole en el caso de Haití, etc. En realidad, durante los regímenes coloniales las potencias siempre pensaron a sus colonias americanas en términos separatistas e individualistas y entre sí, me refiero a Portugal y España, se peleaban a través del Río de la Plata y Brasil. Por ejemplo, desde España se impedía el contacto entre el Virreinato del Río de la Plata y el del Perú. El centralismo económico impedía esta comunicación. La idea de fraternidad entre nosotros empieza a construirse con la emancipación, se empieza a pensar que esta América heredada de los regímenes europeos se ha forjado como una entidad autónoma, que se identifica a sí misma con una historia común.

Este espíritu en sus comienzos, se diría que impulsa la integración latinoamericana.
Lo más evidente es esta fuerte identidad que hace pensar que los latinoamericanos son hermanos y que puedan unirse y seguir construyendo juntos una comunidad, que de hecho no ha cesado a pesar de proceder con lentitud. La idea de una comunidad, de una fraternidad latinoamericana, surge con nuestros independentistas. San Martín y Bolívar se  encontraron en Guayaquil y, a pesar de cualquier mito, se entendieron políticamente y  resolvieron, mirando al continente, cómo tenía que seguir la emancipación. Nuestra independencia se pensó en conjunto. De hecho, estalló al mismo tiempo y no porque los españoles fueron débiles de pronto, sino porque venía una corriente de pensamiento cuestionando el orden colonial visto como una problemática de todos los americanos, incorporando a indígenas, negros, y las diferentes castas. La tarea latinoamericana fue excepcional porque no siguió ningún modelo.

¿Se esperaba encontrar tanto material?
No. En los materiales que yo venía trabajando –el pensamiento de Simón Bolívar y de un precursor de la independencia, un jesuita llamado Juan Pablo Vizcardo y Guzmán–, me encontré que se hablaba de los hermanos americanos, de la hermandad de los pueblos.
Fue un hallazgo encontrar la ausencia de la crítica sobre el tema y, al mismo tiempo, una gran cantidad de textos que, durante 200 años, han pensado directa o indirectamente la fraternidad.

¿Qué praxis señalaría como inspiradas en la fraternidad?
Un ejemplo interesante es el de las comunidades indígenas del sur de México que se han organizado para autogobernarse, sin cortar con las obligaciones de las instituciones mexicanas. No se representan a sí mismas a partir de la imposición de identidad, sino pensándose como hermanos de los indígenas y también de los mexicanos, los latinoamericanos y todos los hombres en general. Otro ejemplo son los movimientos populares latinoamericanos surgidos en los últimos 50 años. Me parece que ahí se encuentra ese equilibrio que aporta la fraternidad a los principios de libertad e igualdad. 

Nota: la entrevista fue realizada en el programa de radio “Ciudad nueva” del 25 de mayo de 2012 que se puede escuchar en www.ciudadnueva.org.ar