Varios de los videos que muestran imágenes de la masacre de Ghoutta, en la periferia de Damasco, fueron publicados en Youtube un día antes del supuesto bombardeo con gas letal. Pero hay más incongruencias.
No cierra la versión de un ataque del Ejército sirio contra los rebeldes realizado con armas químicas. Las imágenes, comencemos por éstas, fueron colgadas en Youtube el 20 de agosto, un día antes del supuesto ataque desde la cuenta "Majles rif".
Por más que la Agencia France Presse aclare que en el video está marcada la fecha del 21 de agosto, eso no explica cómo pudieron aparecer las imágenes un día antes del bombardeo.
Si el ataque con gases venenosos fue capaz que matar a 1.729 personas, por lo tanto la sustancia letal se expandió sobre una zona suficientemente amplia, no se explica que no aparezcan animales muertos, como perros, gatos, gallinas, etc., que forzosamente deberían haber quedado afectados. No es la primera vez que aparece una incongruencia de este tipo en las denuncias de los rebeldes, por el uso de armas químicas.
También llama la atención que en las imágenes difundidas al lado de los niños afectados no aparezcan las madres, cosa bastante extraña, ni se perciba la presencia de equipamiento sanitario, de no ser algunas bolsas de suero y cortinas plegables. Otros expertos que han analizado las imágenes, detectan la falta de síntomas típicos de los intoxicados por gas sarín, como la incontinencia urinaria y fecal. No hay rastro de ello entre los afectados, que además no parecen estar en salas de hospitales, todo parece bastante confuso.
Los muertos provendrán de la zona conocida como Ghoutta, un área agrícola que desde hace meses ha sido abandonada por sus habitantes, y donde se habían reagrupado los rebeldes.
El gas sarín que supuestamente fue utilizado por el Ejército regular sirio, sería útil en un combate de trincheras, más que en enfrentamientos como los que se llevan a cabo en Siria. Hay un dato más, el día del bombardeo en Ghoutta soplaba viento, una condición meteorológica impropia para un ataque de ese tipo.
Por otra parte, resulta poco lógico que Assad se exponga al repudio internacional precisamente en el momento en que acabada de llegar a Siria la comisión de la ONU que viajó para investigar el uso de armas químicas, y bombardear nada menos que la periferia de la capital. Sería parecido a facilitar los capos de imputación contra sí mismo, además, en un momento en que militarmente los rebeldes han sufrido considerables reveses.
Se espera entonces que los investigadores de la ONU puedan realmente verificar la situación. Hace dos meses, Carla del Ponte, magistrado suizo presente en Siria por la ONU, denunció evidencias del uso de armas químicas pero por parte de los rebeldes.
Los antecedentes de falsas campañas de prensa no faltan. Desde las espeluznantes imágenes de las masacres que kosovares perpetradas por el Ejército serbio de Slobodan Millsevic en Kosovo, en 1988, de las que no fueron encontrados rastros por los equipos del FBI que llegaron meses después, a la probeta mostrada por el canciller estadounidense Colín Powell, a los miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que demostraba la presencia de armas de destrucción masivas en Iraq, y que luego el mismo admitiría que se trataba de una falsa prueba.
Mientras el presidente Barack Obama analiza las medidas a tomar, el gobierno de Moscú ha manifestado su oposición a una intervención militar. Es una opción que está siendo analizada, pero que difícilmente podrá aportar una mejora de la situación en el país. Basta ver lo que ha sucedido en Libia, donde los países Occidentales han aplicado el mism guión: apoyo a las fuerzas rebeldes, derrocamiento del régimen, pero con el efecto colateral de haber sumido el país en el caos, terminando por favorecer los grupos islámicos fanatizados.
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