miércoles, 3 de julio de 2013

Luego del incidente diplomático Evo Morales regresa a su país


Durante 14 horas el avión presidencial fue obligado a una escala forzosa en Austria, debido a que Francia, España, Italia y Portugal negaron el permiso para cruzar su espacio aéreo, condicionando la autorización a una revisión de la aeronave.

El caso es bastante grave. Al avión presidencial en el que el mandatario de Bolivia, Evo Morales, regresaba de Moscú, luego de participar en una cumbre de países exportadores de gas, se le negó el permiso de atravesar el espacio aéreo de Francia, Italia, España y Portugal condicionando la autorización a una revisación de la nave, por lo cual fue obligado a un aterrizaje forzoso en Viena, donde fue retenido durante 14 horas. 

Una información falsa difundió la idea de que en el avión boliviana viajaba Edward Snowden, el ex funcionario de la CIA buscado por las autoridades estadounidenses por haber difundido información reservada. Snowden sigue en la zona de tránsito internacional del aeropuerto de Moscú, donde espera poder ser asilado en uno de los países a los que recurrió para escapar a las autoridades de sus país. Puede que la disponibilidad del gobierno boliviano a concederle asilo político haya motivado una burda acción de escarmiento en perjuicio del presidente Evo Morales.

Pero el incidente es grave, ya que el presidente tuvo que oponerse a que fuera revisado el avión, conforme a las normas de derecho internacional que establecen la total inmunidad del mandatario de otro país y de su aeronave. Finalmente, las autoridades austríacas sólo procedieron a un normal control de pasaportes. Sucesivamente, España autorizó que el avión cruzara su espacio aéreo y tuviera una escala técnica en las islas Canarias. También Francia tuvo que volver a conceder el permiso para cruzar su espacio aéreo, ya que de inmediato desde la diplomacia boliviana comenzó una acción de protesta, respaldada por los presidentes de Ecuador, Rafael Correa, y de Argentina, Cristina de Kirchner. Correa anunció acciones de protesta por parte de la UNASUR, mientras que en La Paz fueron llamado a consulta a los embajadores de Francia e Italia.

Evidentemente, hubo presiones desde Washington para que el avión presidencial boliviano no recibiera el permiso que, normalmente, es una mera formalidad burocrática.

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