Luego de reunirse con su par uruguayo, el presidente venezolano mantendrá reuniones con la presidenta Cristina Fernández y sucesivamente visitará Brasil. Se reafirma la política exterior del país caribeño, mientras el bloque regional necesita recobrar dinamismo.
Llega hoy a la Argentina el presidente venezolano Nicolás Maduro quien ha comenzado ayer en Uruguay una gira por los países socios del Mercosur, durante la cual se reunirá también con su par brasileña, Dilma Roussef.
El primer viaje de Maduro como presidente de Venezuela fue a Cuba, donde consolidó los vínculos ideológicos y de cooperación mutua con el régimen de La Habana. Esta gira confirma las opciones estratégicas de Venezuela al privilegiar las relaciones con los demás miembros del mercado común del sur. Debido a su provisoria expulsión del bloque, con motivo de la destitución del entonces presidente Fernando Lugo en junio del año pasado, el mandatario no visitará Paraguay, que además fue un ferreo opositor del ingreso de Venezuela al Mercosur. La situación debería volver a la normalidad a partir de la asunción del nuevo presidente del país guaraní, a mediados de agosto. Mientras tanto, a partir de junio, Maduro será presidente temporario del Mercosur durante la segunda mitad de este año.
En la región se miraba con atención el proceso electoral venezolano, el que culminó con una polémica victoria del oficialismo por un margen muy estrecho. La oposición, de hecho, reclama la fiscalización de más de dos millones de votos y está llevando a la atención de los demás países de la región el enfrentamiento con el gobierno al que acusa de fraude electoral. Estaba en juego la continuidad de la política exterior venezolana, que se ha caracterizado por ofrecer su producción petrolera a cambio de alimentos y demás productos que escasean en el país caribeño.
Tanto Uruguay como la Argentina, son importadores de energía, por lo que las condiciones comerciales que ofrece Venezuela son muy ventajosas. El gobierno de Montevideo compró el año pasado casi mil millones de crudo, cuyo pago ha sido financiado a 17 años. A su vez, las exportaciones uruguayas hacia Venezuela se han casi duplicado en tres años. Tal como se ha enriquecido el intercambio comercial entre Caracas y Buenos Aires.
El presidente uruguayo José Mujica celebró la presencia de Venezuela en el Mercosur, ya que a su entender el tamaño medio de ese país introdujo un elemento de compensación a las asimetrías existentes.
Maduro reclamó cambios en el Mercosur para que se transforme en un imán para los demás países de la región. En este sentido, la ampliación del bloque sin duda fortalecería incluso su peso politico. Pero eso implica un costo, sobre todo para quien tiene vocación de liderar el bloque, concretamente Brasil. En cierto sentido, Venezuela comprendió que el liderazgo supone costos, y lo demuestra supolítica petrolera claramente beneficiaria de los gobiernos amigos. No se ven de este modo las cosas desde Brasil, que es muy reticente a la hora de ceder posiciones de privilegio comercial. Habrá que ver si Maduro será capaz de sacudir de la modorra un bloque que no se ha demostrado particularmente activos, en el que los socios pequeños se sienten incómodos y los posibles candidatos a integrarlo no han sido suficientemente seducidos por la aventura de la integración.
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