Los presidentes de Chile, Colombia, México y Perú reunidos en Cali sellarán un nuevo avance a nivel de integración comercial. Varios países de la región participan del evento, junto al presidente del gobierno de España, a representantes de varios países europeos y 400 empresarios.
Se está realizando en la colombiana ciudad de Cali la VII cumbre de la Alianza del Pacífico, en la que se definieron los límites de la apertura comercial entre los países miembros que alcanza el 90 por ciento de sus productos. Es decir, Colombia, Chile, México y Perú en cuestión de un año han logrado un acuerdo que es casi de libre comercio.
A la cumbre participaron también la presidenta de Costa Rica, país que ha dado los pasos previos a su adhesión a la Alianza como miembro, al tiempo que Panamá, Guatemala, Dominicana, Uruguay y Paraguay participaron como observadores, junto a España, Portugal y más países europeos. También participaron de la Cumbre unos 400 empresarios, y representantes de grandes firmas con intereses en la región, junto al presidente del gobierno español, Mariano Rajoi, lo cual revela el grado de interés de su Ejecutivo por este nuevo bloque regional. Es notorio que desde Madrid se mira a los puertos sudamericanos sobre el Pacífico como trampolín de lanzamiento para su comercio con Asia.
“Unidos tenemos 210 millones de habitantes y un peso equivalente a la octava economía del mundo”, dijo el presidente colombiano Juan Manuel Santos en declaraciones al diario nacional El Tiempo. Para Santos la iniciativa de la Alianza del Pacífico, no pretende competir con el Mercosur u otros mecanismos de integración política y económica que hay en el continente. “Por el contrario, puede complementarlos y los respeta. Es una puerta al mercado de Asia”, dijo el mandatario.
Sus palabras están en completa sintonía por lo afirmado por otras figuras autorizadas, como el ex presidente chileno Ricardo Lagos, acerca del rol de la Alianza y se condicen con las grande oportunidades que se abren para la región al desarrollar su comercio con Asia.
El fuerte impulso de este bloque que tiene prácticamente un año de vida, contrasta con el actual estancamiento del Mercosur, en el que se ha llegado a un verdadero bloqueo del comercio entre sus propios países socios. Las rivalidades entre los dos socios mayores, Argentina y Brasil, y la indefinición de su rumbo han provocado desde hace tiempo preocupaciones en los dos socios mejores, Uruguay y Paraguay, cuyas economías sufren de las discontinuidades de los dos vecinos más grandes. De ahí la presencia de los dos países, uno mediterráneo y el otro con puertos sobre el Atlántico, como observadores en Cali. La prensa argentina, acaso confirmando el escaso interés por la Cumbre en curso del gobierno, no le ha dedicado casi espacio al tema.
Una falta de visión llamativa, porque en el tema integración debería haber reflejos mucho más rápidos. El futuro está en saber capitalizar la complementariedad de las economías regionales transformándolas en riquezas comunes. Hoy la nueva vía de la seda pasa por Sudamérica.
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