El domingo pasado conquistaron sus bancas los primeros dos afroalemanes, al tiempo que será diputada por la Unión Cristiano Democrática una mujer musulmana de origen turco. El lento camino hacia la multiculturalidad.
Hace dos años la misma canciller alemana Angela Merkel, cuya propuesta política este domingo triunfó en las elecciones políticas, declaraba que el proyecto de una sociedad multicultural en Alemania había fracasado e invitaba a los extranjeros que no estaban dispuestos a aceptar los valores alemanes a abandonar el país. Era el signo más evidente de un país que hasta hace poco ignoraba a las minorías que vivían codo a codo con los nacidos en Alemania.
Hoy, luego de la cita electoral del domingo, los resultados dicen que habrá 34 parlamentarios que representarán, en diferentes partidos, a los 5,8 millones de ciudadanos del país nacidos en el exterior o de origen extranjero y que tienen derecho a voto. Se trata de un avance importante, puesto que en la legislatura pasada había sólo 21 parlamentarios de origen extranjero.
Aunque lentamente, se puede decir que las cosas cambian hacia la multiculturalidad en una sociedad en la que no es fácil integrarse. Una muestra patente de ello ha sido la elección a diputada de la Unión de Cristianos Democráticos (CDU), el partido de Merkel, de una mujer musulmana de 35 años, Cemile Giousouf, de origen turco. En Alemania viven 3 millones de turcos y el presidente de la asociación que los representa, calificó de “histórico” la elección de Giousouf. El domingo 11 legisladores de origen turco conquistaron una banca.
Será compañero de bancada de Giousouf, Michel M. Huber, nacido en Munich, pero hijo de un senegalés, quien junto a otro diputado originario de ese país, Karamba Diaby, serán los primeros legisladores afroalemanes de la historia.
Como muchos otros inmigrantes, Diaby ha vivido en carne propia la intolerancia y la violencia. Siendo un joven estudiante, en 1990, un grupo de neonazi estuvo a punto de matarlo a palos y se salvó de milagro. El resultado obtenido este domingo al figurar en la bancada de los socialdemócratas del SPD, significó para él una alegría profunda y una gran emoción. Su objetivo es que otros como él puedan en el futuro tener las mismas oportunidades. Para Diaby “los extranjeros que han obtenido la nacionalidad deben preocuparse más para poder estar representados en política”.
Si bien se trata de un grupo reducido de legisladores, una treintena sobre más de 600 diputados del Bundestag, y si bien no se puede decir que se han superado prejuicios y barreras culturales, este resultado marca un rumbo que indica que ya no se le cierran las puertas a los extranjeros.
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