Los partidos de centroizquierda no participarán del acto oficial organizado por el presidente Piñera el próximo lunes para recordar el comienzo de dictadura militar de Augusto Pinochet y realizarán un evento a parte. Políticos y magistrados pidieron perdón por el rol que le cupo durante la dictadura. El debate sigue abierto.
El próximo 11 de setiembre, se recordarán los 40 años del golpe de Estado liderado por el general Augusto Pinochet. Varias figuras políticas han comenzado a tomar posición respecto de este episodio de la vida del país que dejó cicatrices todavía visibles en un tejido social que no ha podido procesar una verdadera reconciliación. Prueba de ello es que el próximo lunes, los representantes políticos de la coalición de centro izquierda Nueva Mayoría, que electoralmente abarca también al Partido Comunista, además de socialistas y demócratas cristianos, no participarán del acto oficial organizado por el poder Ejecutivo en recuerdo del comienzo del gobierno militar, sino que participaran de una celebración a parte. Una decisión que el presidente Sebastián Piñera lamentó.
Si bien hubo iniciativas individuales entre los políticos de la centroderecha para condenar la dictadura de Pinochet, incluso en la UDI, el partido más vinculado a los militares, y que hoy es parte de la coalición de gobierno, no hubo una postura oficial. La candidata presidencial Evelyn Matthei, no consideró necesario pedir disculpas por el rol de la derecha durante la dictadura. Interpelado públicamente sobre las violaciones a los derechos humanos cometidas por la dictadura, el ganador de los comicios internos internos de esta agrupación, Pablo Longueira, recurrió a un largo giro verbal para lamentar más bien la polarización que condujo al gobierno de facto en 1973.
Por su parte, en la Democracia Cristiana, que hoy integra una coalición de centroizquierda al socialismo, se abre una fase de debate interno luego de que un grupo de exponentes del partido redactó una carta en la que realizan una serie de planteos acerca del desempeño del partido antes, durante y después del gobierno militar. Para Belisario Velazco, un demócrata cristiano varias veces ministro, en 1973 la mayoría de los demócratas cristianos apoyaron el derrocamiento del entonces presidente Salvador Allende.
Este miércoles, la Asociación Nacional de Magistrados del Poder Judicial de Chile, gremio que reúne al 70 por ciento de los jueces del país, emitió un largo comunicado en el que pidió perdón a la ciudadanía por las “omisiones impropias de su función” durante el gobierno militar al que calificó como “oscuro episodio pasado”.
“Sin ambigüedades ni equívocos, estimamos que ha llegado la hora de PEDIR PERDÓN a las víctimas, a sus deudos y a la sociedad chilena por no haber sido capaces en ese trance crucial de la historia de orientar, interpelar y motivar a nuestra institución gremial y a sus miembros en orden a no desistir de la ejecución de sus deberes más elementales e inexcusables”. Se estima que el gobierno de facto es responsable de la muerte de 3.000 personas y de 1.000 desaparecidos, sin calcular miles de casos de tortura, la persecución políticas, los exilios voluntarios. Sin embargo, según informa la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, apenas 10 de los 5.400 recursos de amparo presentados por ciudadanos detenidos ilegalmente y que temían por su vida entre 1973 y 1983.
El debate, como las cicatrices, sigue abierto.
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