sábado, 20 de abril de 2013

Nuevo mandato al actual Presidente

A los 87 años Giorgio Napolitano ha sido electo una vez más como Jefe del Estado pensinsular hasta el 2020. Fue una solución de compromiso que acentúa la crisis del sistema político italiano. 

Acaso pocas veces en la historia de Italia las divisiones políticas han provocado tantos desencuentros. Luego de que no se lograra formar un nuevo gobierno a casi dos meses de las elecciones políticas, ahora la elección del Presidente de la República ha ampliado las divisiones entre los partidos políticos. Los casi mil electores, entre los legisladores y los representantes de las 20 regiones administrativas, pudieron acordar recién en la sexta votación nuevo período de siete años del actual Presidente, el ex comunista Giorgio Napolitano a la veneranda edad de 87 años.

La Constitución prevé que en las primeras tres votaciones se necesiten los dos tercios de los votos. No se pudo alcanzar este cuorum pese a que teóricamente los números decían que sí. El Partido Democrático (PD), de izquierda, había propuesto primero a Franco Marini, un ex sindicalista de centro, pero una rebeldía interna hizo fracasar la votación. Sucesivamente, a partir del cuarto escrutinio, cuando se requería la mayoría simple, un nuevo candidato propuesto por el PD, el ex Jefe de Gobierno, Romano Prodi, también fue rechazado por disidencias internas al PD. 

Sectores de peso, como el Movimiento 5 Estrellas (M5E) se habían opuesto a la tentativa de imponer los dos nombres proponiendo el rostro nuevo de un destacado intelectual de izquierda, Stefano Rodotá, pero sin mayores éxitos. Ante los dos fracasos el secretario del PD, Pier Luigi Bersani junto a la presidenta del partido, Rosi Bindi, han dimitido, confirmando una crisis interna de proporciones.

Ante el impasse, los principales partidos, PD y PDL, han negociado el nombre de Napolitano que ha obtenido 740 votos sobre 1007.

Este segundo período de siete años, dada la dad de Napolitano, deja dudas acerca de la posibilidad de que se cumpla. Napolitano, por otra parte, ha aceptado poniendo como condición la formación de un nuevo gobierno, posiblemente sobre la base de un acuerdo entre los principales partidos. Precisamente el tipo de acuedo al que han intentado oponerse el M5E y sectores de la izquierda temerosos de que las cúpulas políticas actualmente fuertemente desprestigiadas estén arreglando su continuidad en el poder.

Ante la eventualidad de que no se llegue a formar un nuevo gobierno, el Presidente tendrá la chance institucional de disolver el Parlamento y convocar a nuevas elecciones. Habrá que ver cómo se repercutirá este fracaso en el PD, que, aunque por estrecho márgen, en febrero obtuvo en las elecciones el mayor número de votos.

Obtiene un resultado positivo el PDL de Berlusconi, quien se opuso a nombres alternativos a Marini desertando la votación, y ahora con la continuidad de Napolitano conseguida también gracias a su apoyo se presenta como un sector necesario para la estabilidad política.

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