martes, 2 de abril de 2013

¿Hay riesgo de guerra nuclear?

El régimen de Pyongyang dispone de un sofisticado armamento nuclear, aunque el país está más cerca de la edad de la piedra que del siglo XXI. Son varios los absurdos de esta situación.

¿Nos encontramos ante un real peligro de conflicto nuclear o las amenazas del régimen comunista de Corea del Norte son una salida publicitaria destinada al consumo interno de gestos que confirmen la épica lucha contra los enemigos externos?

El “estado de guerra” proclamado por Kim Jong-Un, aunque técnicamente las dos Coreas nunca han dejado de estarlo, ha sido la respuesta a las ejercitaciones militares conjuntas que durarán hasta todo el mes de abril, con un enorme despliegue de fuerzas surcoreanas y estadounidenses. El régimen norcoreano las considera evidentemente una amenaza, aunque en realidad los último gestos agresivos provinieron precisamente de sus propias fuerzas armadas: un submarino hundió meses atrás un barco que guerra surcoreano y luego una isla en el mar fronterizo fue bombardeado con cohetes, sin que Seul tomara medidas concretas en respuesta a tales agresiones.

Por otra parte, no es de excluir que las amenazadoras declaraciones, y la decisión de incrementar el armamento nuclear norcoreano, responda más a una cuestión interna, ya que Kim Jong-Un, heredero del poder que no ha conquistado con sus propia capacidad política, podría estar legitimando su posición de máximo líder.

Washington a su vez, ha restado importancia a las amenazas de Pyongyang. El territorio norcoreano debe haber sido escudriñado por el poderoso aparato de control satelital norteamericano en estos días para saber que no hay grande movimientos de tropa ni despliegue de misiles nucleares. Los Estados Unidos no nutren mucha confianza acerca del sistema de armamento estratégico nuclear de Corea del Norte. Sin embargo, la capital de Corea del Sur, se encuentra muy cerca de la frontera, desde donde la artillería convencional de Pyongyang está en condiciones de utilizar sus obsoletos cañones para lanzar proyectiles dotados de armas químicas que son una grave amenaza contra la población civil.

Los absurdos de esta situación son varios. Corea del Norte desarrolla sofisticado armamento nuclear, aunque nunca llega a poner la “guinda” sobre la torta, disponiendo de vectores capaces de transportar las pesadas cargas nucleares, pero el resto del país está más cerca de la edad de la piedra que del siglo XXI. Durante la hambruna de fines de las décadas de los noventa, la gente desesperada comía la corteza de los árboles. Nunca se supo cuántos ciudadanos murieron de hambre.

La capacidad ofensiva de sus fuerzas armadas, plagadas de artillería, tanques y vehículos obsoletos, no estaría en condiciones de resistir la inevitable represalia. Un ataque nuclear de Corea del Norte sería más parecido al gesto desesperado de un suicida que a la real amenaza permanente de una potencia bélica. El tema es que ese gesto desesperado provocaría un numero incalculable de víctimas que nadie está dispuesto a tolerar.

En estas últimas horas, Corea del Sur ha respondido a las declaraciones de Pyongyang predisponiendo sus fuerzas armadas a responder a cualquier provocación sin contemplar decisiones políticas. Lo cual equivale a prepararse a gatillar el arma sin esperar una autorización.

Es otro absurdo de esta situación: un mínimo error de una de las dos partes puede llevar a un desastre de proporciones, acaso por haber querido jugar demasiado con el fuego.

No hay comentarios:

Publicar un comentario