lunes, 17 de diciembre de 2012

¿Qué pasa en Mali?

Es muy posible que pocos puedan ubicar en un mapa a Mali. Sin embargo, este país africano de 1,2 millones de km2, está siendo observado con preocupación como punto de llegada de numerosos guerrilleros fundamentalistas vinculados con Al Qaeda que se están concentrando en el desértico norte del país, para recibir entrenamiento y luego actuar en diferentes escenarios.
Luego del derrocamiento del régimen de Libia, numerosos tuareg que habían defendido al líder Muammar Kadafi, regresaron a Mali luego de hacerse con armas sustraídas de los arsenales. Tan bien pertrechados estaban los tuareg, que desde hace medio siglo reclaman el derecho a la autodeterminación, se alzaron contra el gobierno central, sin que el débil ejército regular pudiera oponérsele. Para peor, sectores de las fuerzas armadas llevaron a cabo un golpe de Estado. Unos días después, los tuareg, a comienzos de abril de 2012, proclamaron la independencia del norte del país, la región de Azawad, cuya  superficie es equivalente a la de Francia.
Pero la situación tuvo un cambio imprevisto: los guerrilleros de Ansar Dine, una organización radicalizada vinculada a Al Qaeda, rechazó la independencia de los tuareg y atacó no sólo a los grupos armados, sino también a la población civil. Ansar Dine rápidamente se hizo con el control de la región, demostrando una capacidad logística que se explica sólo con los recursos que llegan a las cajas de los grupos radicalizados como Al Qaeda. Fue aplicada duramente la ley islámica (sharia) y más de 400 mil habitantes de la región tuvieron que huir. Pronto se estuvo al borde de un Estado islámico no reconocido, que podría contar con una amplia región, cuyas fronteras porosas con Níger, Argelia y Mauritania, constituyen una zona ideal para todo tipo de tráfico clandestino, desde las armas a la droga.
La situación inestable del Mali preocupó a los países vecinos y las diferentes organizaciones de Estados africanos amenazaron con intervenir para restablecer la legalidad. Cientos de guerrilleros de sectores radicalizados se estaban concentrando en Azawad donde se podían entrenar y recibir adoctrinamiento.
La habilidad de los líderes de Al Qaeda consistió en apoyar en un primer momento la lucha de los tuareg, para luego hacerse con el control, aterrorizando a la población con su táctica terrorista y su mensaje supuestamente religioso.
A comienzos de diciembre hubo un acuerdo entre las partes, tuareg, Ansar Dine y el gobierno provisional de los golpistas para restablecer la unidad territorial del país y defender los derechos fundamentales de sus habitantes.
Pero no debe haber convencido mucho a los observadores de Washington, donde se especula con el apoyo de una intervención militar en Mali por parte de las fuerzas armadas de países africanos aliados de los Estados Unidos.
Subsiste en efecto la preocupación por una extensión de organizaciones vinculadas a Al Qaeda que, en un primer momento, han apoyado tanto las protestas civiles conocidas como “primavera árabe” como la lucha contra los regímenes de Libia y de Siria, para luego revelar sus verdaderas intenciones. Pero cuando ya habían recibido incluso el apoyo de los mismos países occidentales que luchan contra el terrorismo, comenzando por los Estados Unidos.
En medio de este tipo de torpezas, Al Qaeda cosecha resultados al aprovechar la protesta de algunas poblaciones para insertarse en ese contexto y luego dominar la situación gracias a los cuantiosos recursos que reciben por los gobiernos de los Estados petroleros del Golfo Pérsico, que pretenden difundir las doctrinas radicalizadas de la versión salafita del Islam.
La primavera árabe corre el riesgo de teñirse de los sombríos colores del terrorismo.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Venezuela en vilo

Todo el país está pendiente, y no es para menos, de la evolución de la salud Hugo Chávez. El sorpresivo anuncio de una recaída de su enfermedad, su regreso a Cuba para someterse ayer a una nueva intervención quirúrgica, que parece haber sido exitosa, la indicación de un eventual sucesor suyo en la persona del canciller Nicolás Maduro han sacudido, además de la gente, el espectro político.
La pregunta acerca de la evolución de la salud del presidente, que en enero debería asumir su cuarto mandado, luego de la victoria electoral en octubre, es obligatoria.
Venezuela es un país clave de la región latinoamericana. Es el único que integra la organización de los productores de crudo, la OPEP, y esgrime reservas que son consideradas entre las más grandes del mundo. Tan importante es su crudo que, pese a las rencillas políticas que han tensado y mucho las relaciones entre Venezuela y los Estados Unidos, las diferentes administraciones de la Casa Blanca nunca han cesado de abastecerse del petróleo del país sudamericano. La reciente inclusión de Venezuela en el Mercosur, su apoyo concreto a las economías de Argentina, Uruguay, Bolivia y, en especial, Cuba las relaciones con los demás países andinos, incluso el diálogo reabierto con el gobierno de Colombia, hacen de este país un socio importante. Preguntarse cuál será su política exterior, en caso de que sea necesaria la asunción de poderes de un sucesor, es por lo tanto obligatorio.
También hay que preguntarse acerca de la continuidad del chavismo en Venezuela. Ante la incógnita acerca del futuro, pues pocos se animan a realizar previsiones por ser el escenario muy incierto, se pueden indicar algunas cuestiones. Una es la transformación interna que ha significado Chávez en más de diez años. Hasta la oposición reconoce el cambio inclusivo del modelo económico, ante el cual, durante la campaña electoral, habló de hacerlo más eficiente. El gobierno de Caracas tuvo que pelear duramente con una mentalidad instalada durante cuarenta años de democracia corrupta que había acostumbrado a la dádiva en perjuicio de una cultura del trabajo.
Industrializar un país, llevarlo al desarrollo lleva tiempo y se hace con los recursos humanos disponibles.
Igualmente, el mayor desafío del chavismo es pasar de un modelo hegemónico por polarización a otro basado más en el consenso y en la ampliación de su base popular. El tipo de cambio puesto en marcha es bastante más profundo que la gestión realizada desde el gobierno. Quizás, éste es un mensaje que hoy el chavismo necesita instalar en la opinión pública, precisamente para no quedar atrapada en el polarismo. Otro desafío, como siempre sucede ante los fuertes liderazgos, es lograr pasar del personalismo a la conducción de un grupo. En este sentido, los ejemplos de Uruguay y Brasil de un poder construido y consolidado desde un liderazgo grupal son quizás los más acabados. En Brasil, durante la última campaña electoral municipal, el PT logró un amplio triunfo pese al sacudón de la condena por corrupción de su vieja cúpula.
Un ejemplo de renovación de un grupo de conducción y de capacidad de superar los liderazgos personales, pese a contar con figuras indudablemente fuertes como los son tanto el ex presidente Lula da Silva como la actual Dilma Roussef.
El 16 de diciembre en Venezuela habrá elecciones de gobernadores y de legisladores. En abril se completará el ciclo electoral con las elecciones municipales. Serán un nuevo banco de prueba del chavismo ante la eventualidad de tener que continuar sin su líder fundador.

Un país indignado

Habría que estudiar cuidadosamente el fallo de la Cámara Penal de Tucumán para opinar certeramente sobre las motivaciones que llevaron a los jueces a desestimar las pruebas sobre el secuestro de Marita Verón, por el que había 13 personas acusadas de participar de una red de trata de mujeres.
Los testigos, entre ellos chicas que fueron sometidas en sórdidos prostíbulos que operan tras la fachada de wiskerías, hablaron de mujeres explotadas, amenazadas, vejadas y reducidas en esclavitud. Eso sucede al amparo de poderes que callan, encubren, protegen o participan en la explotación de esa actividad. En más de un caso denunciado por el periodismo se habló del precio de esa protección, y la  hermana Martha Pelloni acaba de confirmar casos de este tipo de protección en Corrientes.
Hubo casos en que mujeres que habían logrado escaparse, cuando fueron a buscar ayuda en la comisaría del lugar fueron devueltas a sus captores sin piedad. Hay mujeres que fueron obligadas a prostituirse y tuvieron como clientes a jueces y políticos locales. Otras suplicaron llorando inútilmente a sus clientes que denunciaran su caso. Una chica paraguaya recién después de varios meses de cautiverio logró que se apiadara de ella un cliente y presentara denuncia, pudiendo ser liberada.
Susana Trimarco logró la libertad de decenas de chicas, pero lamentablemente en diez años de lucha no logró liberar a su hija que, a esta altura, es muy improbable que siga viva. Ayer recibió con entereza el fallo que hoy indigna todo un país. Anunció que seguirá en su lucha por la justicia. Que a esta altura incluye luchar por una justicia independiente, no sólo a nivel federal, sino en todas las provincias del país.
Se sabe que nunca se pudo probar algo que toda la ciudad de Chicago y todos los Estados Unidos sabían perfectamente: que Al Capone era un peligroso mafioso a la cabeza de una red delictiva. Terminó su vida en la cárcel por no pagar impuestos. Fue el único delito que se le pudo probar ante un juez. La justicia es eso, para asegurar un juicio justo hay que probar los delitos, no es suficiente que todos sepamos lo que sucede. Pero es muy grave que, sabiendo lo que sucede, las autoridades públicas no intervengan con todo su poder, desde el perfeccionamiento de las herramientas legales a disposición, a elementales tareas de inteligencia para desbaratar las redes de prostitución.
Finalmente, una vez más, sobran elementos para concluir que en nuestro país la dependencia del poder judicial sea una llaga abierta.

lunes, 10 de diciembre de 2012

El cambio climático impone urgencias


En los últimos meses dos noticias confirmaron la necesidad de tomar urgentes medidas para afrontar los efectos del cambio climático.
La primera está relacionada con un proceso natural: durante el verano los hielos marinos de los polos se reducen, para volver a formarse a partir del otoño. En el Polo Norte esa superficie de hielos cada año disminuye más y en forma acelerada. Entre agosto y septiembre, en tres oportunidades el Centro Nacional de los Estados Unidos que monitorea las nieves y los hielos (NSIDC, en su sigla en inglés) corrigió los datos que alcanzaron el mínimo histórico de 3,4 km2. Cuando, en 1979, comenzaron estas mediciones la superficie de los hielos marinos del Ártico durante el verano se reducía a 7-8 millones de km2. En 30 años pasaron a reducirse a menos de la mitad.
Los polos tienen una importante función climatológica para el planeta, influyen sobre vientos y la temperatura de las corrientes marinas. Además, los hielos polares reflejan mucha luz solar, evitando que ésta caliente la superficie de la Tierra en esa zona. Su desaparición crearía graves problemas, comenzando por el aumento de los niveles de los mares.
Peter Wadhams, científico de la Universidad de Cambridge, uno de los más reconocidos expertos mundiales en la evolución de las capas de hielos polares, sostiene que en los próximos cuatro años este ritmo de disminución podría llevar al colapso del sistema, provocando desastres ambientales nunca registrados en la época moderna.
La segunda noticia fue la presentación del informe sobre los costos del cambio climático, Climate Vulnerability Monitor (Monitor de Vulnerabilidad Climática) (1). A pedido de una veintena de países, el documento fue elaborado por 50 científicos, entre economistas y expertos en políticas públicas, coordinados por el grupo DARA, una organización internacional independiente, y el Foro de Vulnerabilidad Climática (2), institución que mide el impacto global del cambio climático y la economía del carbono en 184 países. Presentado en coincidencia de la 67° Asamblea General de las Naciones Unidas, realizada en septiembre, el texto señala que la inacción ante los efectos del cambio climático ya está causando pérdidas equivalentes a 1,6 por ciento del Producto Bruto global. Este valor se determina combinando las pérdidas humanas y materiales provocadas por la contaminación. Se estima que la economía del carbono (que se basa en el uso de los combustibles fósiles) provoca 5 millones de muertes al año, de las cuales 4,5 millones son atribuibles especialmente a la contaminación atmosférica y otras 400.000 a causas, como el hambre y las enfermedades, agravadas por los cambios del clima.
De no tomarse medidas urgentes, sostiene el informe, para 2030 el costo del cambio climático duplicará el actual, afectando el 3,2 por ciento del PBI global. Eso supone costos muy altos para todos los países, aunque en los más pobres la incidencia de ese daño será mucho más alta. Para 2030 la inacción a China le costará 1,2 billones de dólares (un billón es un millón de millones), los Estados Unidos perderán el 2 por ciento de su PBI y la India el 5%. En el caso de los países pobres, los daños, que ya en la actualidad son grandes, impactarán mucho más, hasta el 11 por ciento del PBI en varios países.
Sheikh Hasina, primer ministro de Bangladesh y presidenta del Foro de Vulnerabilidad Climática, explicó que el aumento de un grado en la temperatura supone una reducción del 10% de la producción agrícola y un conjunto de pérdidas equivalentes al 3-4 por ciento del PBI de su país. Una suma que afecta decididamente el crecimiento de este país en desarrollo.
Estos datos aparecieron pocos meses después de la finalización de la Conferencia Río+20, organizada por las Naciones Unidas sobre desarrollo sustentable, en la que no se pudieron alcanzar compromisos concretos para reducir las emisiones de gases contaminantes, ni en materia de sustentabilidad de la economía, luego de que, el año pasado, fracasara la cumbre de Durban, en Sudáfrica, en la que también se buscaba un mayor compromiso de los gobiernos en estos temas, y luego de que en Doha (Qatar), en 8 de diciembre, terminara la Cumbre de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, casi sin resultados concretos y con el débil compromiso de prorrogar hasta el 2020 el ya superado Protocolo de Kioto. 
En octubre, Cn revista señaló otro documento, de la OCDE, que también alertaba sobre las consecuencias de no tomar medidas urgentes por parte de los gobiernos (3).
Nos encontramos frente a un desafío sin precedentes para la comunidad internacional. Todo parece indicar una aceleración del proceso de calentamiento global, fruto de la actividad humana –sobre esto coincide una mayoría de científicos cada vez más amplia–. A su vez, los efectos y los daños sobre la economía del planeta ya son advertibles y afectarán en mayor medida a los países más pobres. La aceleración del proceso indica que hay que actuar con urgencia. Peter Wadhams señala que "los cambios climáticos ya no son algo frente a lo cual podemos tomar medidas en cuestión de decenas de años”.
Por otro lado, los científicos que han publicado el Monitor señalan que un cálculo meramente económico demuestra no sólo la rentabilidad de tomar medidas contra el cambio climático a nivel mundial y regional, sino que las sumas necesarias son notablemente inferiores al costo que ya se está pagando. Lo cual recuerda lo afirmado por el premio Nobel de economía Nicholas Stern, quien ha señalado que destinar el 1 por ciento del PBI mundial no sólo permitiría adaptarse al calentamiento global, sino que tendría un efecto económico benéfico al desarrollar industrias relacionadas con las tecnologías destinadas a combatirlo.
Si hay algo que caracteriza la época actual es la interdependencia. Afrontar el cambio climático requiere tomar decisiones en el más alto nivel internacional, cuya aplicación luego debe penetrar capilarmente en el accionar de los  gobiernos locales. 
En nuestro país hay ejemplos de planes de medidas de “adaptación anticipatoria”, como el de la Dirección de Políticas Ambientales del municipio de Morón (Buenos Aires) y el desarrollo del Sistema Crisis del Ministerio de Defensa. Sería auspicioso que cada provincia y municipio hiciera lo mismo, teniendo en cuenta la necesidad de proteger sobre todo a los más vulnerables.


1) Monitor de Vulnerabilidad Climática. Guía de cálculos fríos para un planeta caliente, el documento está disponible en formato pdf: http://download.daraint.org/CVM2-Low.pdf
2) Grupo DARA y Foro de Vulnerabilidad Climática: http://daraint.org
3) Ver: Hay cada vez menos tiempo, Cn revista, número 537, p.14.

sábado, 1 de diciembre de 2012

Obama: una segunda oportunidad



En su segundo mandato presidencial, Barack Obama intentará cumplir con las asignaturas pendientes. ¿Lo logrará?




La elección del presidente de los Estados Unidos concita naturalmente la atención mundial. El peso político y económico de la más grande potencia global y la influencia de su liderazgo en una comunidad internacional cada vez más interdependiente hace que estas elecciones tengan una importancia, en muchos casos, casi similar a las nacionales.

Barack Obama obtuvo un segundo mandato superando a su adversario Mitt Romney, un triunfo del más progresista partido democrático sobre el más conservador partido republicano. Romney, en efecto, es un multimillonario de religión mormona, sostenedor a ultranza del vigente capitalismo y del liderazgo global de su país a partir de su poderío militar y económico. Entre sus consejeros hay figuras como John Bolton, quien propone que los Estados Unidos salga del sistema de las Naciones Unidas, o políticos del “tea party” cuyo integralismo religioso y moral hizo perder bancas del Senado consideradas seguras.

Pese a la victoria electoral, estrecha a nivel de votos generales, nuevamente Obama no controlará la   Cámara de Representantes (diputados), dependiendo de las negociaciones con los duros adversarios republicanos, mientras que dispondrá de la mayoría entre los senadores. En su primer mandato, esto supuso una traba importante ya que no pudo contar con los votos necesarios para aplicar las reformas de la manera deseada, comenzando por el sistema de salud. Para una gran cantidad de ciudadanos enfermarse sigue siendo un lujo. Un dato no menor, ya que los pobres son el 14 por ciento de la población: más de 40 millones.

La disputa entre estos dos partidos refleja un debate en el que se confrontan dos visiones bastante distintas del rol del Estado en la economía. Los republicanos consideran que éste rol debe ser nulo. La idea es que cada ciudadano debe valerse por sí mismo, es el mercado y la capacidad de cada uno que brindará oportunidades a todos. En un video que se filtró a la prensa, Romney afirmó que el 47 por ciento del país no paga impuestos, se victimiza y vive a cuesta del Estado. Una distracción que, más allá de lo políticamente correcto, reveló sus ideas. Para esta mentalidad la idea de Obama de que el Estado debe intervenir para corregir las desigualdades producidas por los mercados en algunos sectores es una verdadera herejía. Al punto de ser calificado de “comunista”. La intención de Obama de reducir los jugosos beneficios tributarios concedidos al dos por ciento de los ciudadanos más ricos, sobre todo durante la gestión de George W. Bush, chocó con la férrea oposición de los republicanos. Aunque también se hayan levantado voces como la del multimillonario Warren Buffet, quien calificó de injusto e inmoral pagar, como en su caso, proporcionalmente menos impuestos que sus empleados.

Con resultados incompletos, Obama ha intentado modificar este esquema. Pero el problema es que heredó de la gestión Bush un país súper endeudado y sumergido en la peor crisis económico-financiera desde la gran depresión de los años '30, con una tasa de desempleo del 8% y un notable aumento de la pobreza. Las dificultades para conseguir los votos necesarios en el Congreso mermaron la eficacia de sus propuestas, muchas de las cuales han quedado en el tintero. Entre ellas la reforma del sistema inmigratorio, uno de los puntos de su campaña electoral. Un dato importante, puesto que el voto de los inmigrantes latinos fue clave para la reelección (obtuvo el 69%), tal como lo fue el de los afroamericanos, el sector más pobre del país.

En cierto sentido, el primer mandato de Barack Obama se caracterizó por las promesas incumplidas. Algunas de éstas tienen que ver con la política exterior. Obama, en este sentido, desilusionó más al mundo que a su propio país. La llegada del primer afroamericano a la Casa Blanca, sus anuncios iniciales que le valieron un Nobel de la Paz, concedido en modo insólito premiando más bien sus intenciones, no fueron avalados por los hechos. La cárcel militar de Guantánamo, una ofensa a los derechos humanos, sigue abierta y sigue siendo un limbo jurídico que concede carta blanca a los carceleros; en Asia central, Medio Oriente y en los países de la convulsionada primavera árabe, la presidencia de Obama no significó un cambio sustancial.

Volviendo a los temas internos, el segundo mandato de Obama comienza con un primer desafío: antes del 31 de diciembre el presidente quiere lograr un consenso razonable en torno al déficit fiscal. El objetivo es evitar aprobar un paquete de medidas que permita recaudar 500.000 millones de dólares. El presidente afirmó que el peso de este ajuste debe recaer sobre aquellos ciudadanos que ganan más de 250.000 dólares anuales, y se incluyó expresamente entre ellos. Es precisamente el punto que defendieron hasta ahora los republicanos con uñas y dientes. De no mediar un acuerdo, se disparará un mecanismo automático que recortará gastos y aplicará nuevos impuestos. Un “abismo” en el que nadie quiere caer, pues podría provocar una caída del PBI del 3-4%. “No he sido elegido para castigar a la clase media”, ha declarado el presidente. Pero deberá demostrar valerse de las experiencias de su primer mandato. El resto del mundo seguirá atento este debate. Un nuevo freno a la economía estadounidense sería una mala noticia para todos, comenzando por Europa, agobiada por la crisis.

En otras regiones del planeta se considera que la atención de la Casa Blanca en las cuestiones domésticas hará que, por ejemplo, América latina no figure entre las prioridades de Obama. Lo cual reforzará indirectamente el liderazgo de Brasil en la región.
Pero la verdadera prioridad de Obama será la relación con China. Mientras en Washington se discute cómo evitar que se frene la economía, la perspectiva de China es que para 2020 su PBI se duplicará. Aunque el gigante asiático dista mucho de poder asumir un liderazgo parecido al de los Estados Unidos, es un hecho que pronto será la principal economía del planeta. Es todo un tema. 

lunes, 26 de noviembre de 2012

La sociedad civil participará del proceso de paz

La Habana, 25.11.2012. Luego de una semana de hermético silencio sobre el desarrollo de las negociaciones de paz entre el gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC, las partes anunciaron la convocatoria a un Foro sobre Políticas de desarrollo agrario integral. El Foro se llevará a cambo del 17 al 19 de diciembre próximo y al mismo no participarán ni la guerrilla ni el gobierno. La iniciativa contará con la colaboración de la sede de las Naciones Unidas en Colombia y la Universidad Nacional -Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz- y tendrá como objetivo recoger los aportes de la participación ciudadana sobre este primer punto de la agenda de trabajo de la mesa de paz, por intermedio de las dos instituciones convocadas.
Los otros puntos en la agenda de paz son la desmovilización y la entrega de las armas de la guerrilla y su paso a la actividad política del país, la solución del problema del narcotráfico y las reparaciones a las víctimas de la guerra civil.
Las reuniones en La Habana comenzaron con el anuncio de la guerrilla de un alto el fuego unilateral de dos meses. Un gesto que el gobierno colombiano aceptó con prudencia y sin actuar con reciprocidad, dada la experiencia pasada. Algunos choques armados con las fuerzas de seguridad han puesto en discusión la real buena voluntad de las FARC. Sin embargo, desde la guerrilla se acusa al ministro de defensa y a los altos mandos militares de haber simulado el choque. “Basta ya de este inútil derramamiento de sangre”, declaró desde Cuba el guerrillero Rubén Zamora (el nombre es un pseudónimo) y propuso que haya organizaciones internacionales que controlen la efectividad de la tregua.
No faltan en Colombia los escépticos sobre este proceso de paz, que consideran el del presidente Juan Manuel Santos un error político, entre ellos el ex presidente Alvaro Uribe, partidario de la solución militar. Tampoco faltan aquellos que, a río revuelto, en estas décadas de guerra civil, aprovecharon la oportunidad para hacer sus intereses. Sin embargo, pese a las dificultades, se comienza a vislumbrar un camino luego de casi medio siglo de sangriento enfrentamiento.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Un imprevisto brete político


Buenos Aires, 23.11.2012. El fallo del juez de Nueva York Thomas Griesa pone a la Argentina en un brete político difícil de solucionar, incluso porque acatarlo es imposible. Si el gobierno cumple con la orden de pagar a los fondos buitres, tenedores de ese 7% de bonos de la deuda que no entraron en la reestructuración realizada en 2005, y además si abonara lo debido en una única solución y por el total del valor nominal de los papeles, automáticamente entraría en funcionamiento otra cláusula por la que debería beneficiar del mismo modo a los que participaron del canje, es decir, el restante 93 por ciento de los acreedores. Eso absorbería por completo nuestras reservas y todavía más y, además, sería un verdadero disparate.
El problema es complejo también porque en el medio entran mecanismos que hemos aceptado en su momento al endeudarnos, como las cláusulas relativas a los fueros judiciales a los que hay que someterse, y que hemos ratificado con las sucesivas y más recientes reestructuraciones. Además de los mecanismos que actúan internacionalmente entre las instituciones financieras cuando un país entra en una situación, sea o no técnica, de cesación de pago.
El camino por lo tanto tiene dos instancias: una es demostrar la imposibilidad de cumplir con un fallo que perjudica en realidad a todos: al deudor y a los acreedores, lo cual es bastante insólito en la aplicación de una sentencia que debería, en cambio, ser beneficiosa para todos. En este sentido, hay que argumentar que este fallo pone en peligro cualquier otra reestructuración de una deuda, ya que nadie tendría la seguridad de cualquier negociación con la mayoría de los acreedores, si un juez puede echar por tierra el acuerdo alcanzado. Lejos de beneficiar la seguridad jurídica, este fallo la perjudica.
Otro discurso sería imponer a la Argentina que los bonos que no entraron en el canje sean incluidos en el mismo y reciban el mismo trato que recibieron los demás. Sería más oneroso para el país, relativamente, pero permitiría no contar más con títulos en default. Incluso permitiría el tratamiento en forma comunitaria, en caso de una reestructuración, y no sólo individualmente.
La otra instancia, es la cuestión de las decisiones de un país soberano que no pueden ser puestas al mismo nivel que el de cualquier litigante. Este principio merece una profunda discusión a nivel internacional, y merece ser analizada la legitimidad constitucional de cláusulas de este tipo incluidas en acuerdos financieros. Es parte de las reglas del juego del crédito internacional que hay que modificar.  Cabe recordar que, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos y Gran Bretaña quedaron endeudados con la Argentina y no pudiendo cumplir con sus obligaciones entraron en cesación de pago. La experiencia no fue lo mejor en cuanto a cómo negociar en modo leal, a nuestro país les fue impuesto aceptar las condiciones que conveían a las dos potencias. Y no hubo modo de discutirlo. Sin embargo, queda claro que el estado de necesidad de un país, como en el caso de dos potencias que había gastado importantes recursos para defender Occidente de la amenaza nazi-fascista, prevalece siempre sobre los intereses comerciales de entidades privadas. Las reglas de acceso al crédito interncional a las que tuvo que someterse el país en los años 80 y 90, lesionaron fuertemente su soberanía. Y los títulos cuyo pago reclaman los así llamados "fondos buitres" por intermedio del juez Griesa, pertenecen precisamente a esa desafortunada etapa de nuestra historia.
El gobierno deberá elaborar una estrategia jurídica, acompañado seguramente por todo un país al que no le sobran recursos. No es la hora de la retórica ni de los pases de factura, sino de la Política con mayúscula. 

jueves, 22 de noviembre de 2012

Una tregua no es la paz

Una tregua no es la paz, aunque es mejor que el enfrentamiento armado. Había que evitar un ulterior baño de sangre que exalta a los fanáticos y sólo siembre más odio entre palestinos e israelíes. Pero se sostiene precariamente el cese de las hostilidades entre las fuerzas armadas de Israel y los milicianos de Hamas que ocupan la Franja de Gaza.
La primera consideración que cabe realizar es que queda claro que hay dos palestinas: los territorios de Cis-Jordania bajo el control de la Autoridad Nacional Palestina y la Franja de Gaza. ¿Supone eso que cualquier solución del conflicto palestino israelí deberá prever la convivencia en un mismo territorio de tres Estados y no dos?
El escenario presenta más complejidades, porque otros factores influyen en este momento en Medio Oriente. Egipto trata de desarrollar su rol de eje diplomático y político del mundo árabe. El presidente Morsi, exponente de los Hermanos Musulmanes, grupo que ha adquirido un rol clave a partir de la primavera árabe, esgrime una postura firme con Israel, pero bastante más moderada que en el pasado.
Su objetivo es acotar, por un lado, los intentos de Irán de adquirir peso político y expandir su influencian la región (cabe recordar que los misiles lanzados por Hamas eran en gran parte de fabricación iraní), por otro tiene que evitar que el régimen de Teherán sea remplazado por el emirato de Qatar, dominado por el radicalismo salafita, enemigo declarado de Irán por cuestiones religiosas.
Los salafitas han avanzado políticamente en varios países de la región, ayudados por los abundantes recursos financieros que les proveen gas y petróleo. Han financiado y apoyado el derrocamiento del régimen de Kadhafi en Libia y sucesivamente el de Siria, el más importante aliado de Irán entre los países árabes. La crisis siria está teniendo sus coletazos también en el cercano Líbano.
Se habla de un próximo informe de la agencia de la ONU para la energía atómica (AIEA), según el cual Irán estaría cerca de alcanzar resultados militares en su programa nuclear. Un temor que tiene su peso en la próxima cita electoral en Israel, pues apoya las posturas de los sectores partidarios de liquidar militarmente la cuestión del programa nuclear iraní. 
Es un escenario de tensión, en el que pueden producirse nuevos estallidos cuyas consecuencias no son fáciles de prever. En realidad, más que el mentado “choque de civilizaciones”, concepto que cada vez más demuestra su construcción artificial, estamos en presencia de un proceso interno en el mundo islámico, entre sectores fundamentalistas de matriz chiita y sunitas, como los salafitas de Qatar y Arabia Saudita. Este enfrentamiento produce nuevos actores que participan del nunca resuelto conflicto entre palestinos e israelíes.
El tema de fondo es encontrar una fórmula que permita la convivencia entre estos dos pueblos. Hasta que ésta no aparezca, la sangre derramada es tanta que sólo tendremos treguas más o menos largas, pero no la paz.

Niveles récord de los gases contaminantes

Las concentraciones de dióxido de carbono (CO2), el gas principal responsables del calentamiento global, alcanzaron niveles récord en la atmósfera durante el 2011. La noticia ha sido confirmada por la Organización Meteorológica Mundial (www.wmo.int), la oficina climatológica de las Naciones Unidas. Este gas presente en la atmósfera retiene el calor provocando el aumento global de la temperatura y los consiguientes efectos climáticos extremos.
Se estima que la concentración de CO2 en la atmósfera fue de 390 partes por millón y eso es un 40 por ciento más que en el período previo a la revolución industrial, cuando las emisiones eran 275 partes por millón.
Los datos fueron difundidos por Michel Jarraud, secretario general de la organización, durante una conferencia de prensa celebrada ayer en su sede de Ginebra.
El dióxido de carbono permanece en la atmósfera durante cien años, en los cuales continúa produciendo sus efectos químicos-físicos. Una parte de este gas es emitido naturalmente, por la descomposición de vegetales y animales muertos, pero para gran parte de los científicos no hay dudas de que la mayoría de estas emisiones provienen de la quema de combustibles fósiles. La naturaleza tiene capacidad por absorber una parte de este gas, por ejemplo, a través de los océanos y los bosques, pero esta capacidad está siendo desbordada por el nivel alcanzado por las emisiones.
“La humanidad produjo 350.000 millones de toneladas de métricas de CO2 desde 1750 que permanecerán por siglos en la atmósferas, causando que nuestro planeta se caliente todavía más e impactando en todos los aspectos de la vida en la Tierra. Las emisiones futuras sólo agravarán la situación”, alertó Jarraud. En los últimos 20 años, las emisiones de gases contaminantes provocaron un aumento del 30 por ciento del calentamiento del clima.
Hay otros gases que también contribuyen al cambio climático, como el metano, que aumentó su concentración del 159 por ciento comparando con los niveles pre-industriales, se pasó de 700 partes por mil millones a las actuales 1.813 partes por mil millones. También el metano es producido naturalmente, pero la ganadería, los cultivos de arroz, la quema de combustibles fósiles, vertederos y la incineración han contribuido a acrecentar su concentración.
Aunque se detuviera por completo las emisiones contaminantes, igualmente las concentraciones presentes en la atmósfera seguirían produciendo sus efectos durante décadas. En efecto, se estima que los cambios climáticos actuales provienen de las emisiones realizadas hasta fines de los años ‘60. Este año, entre otros efectos climáticos, los hielos flotantes del Polo Norte alcanzaron su mínimo histórico durante el verano boreal (poco más de 4 millones de km2), momento del año en que éstos se reducen.

¿No hay alternativas?

"No hay alternativas". Lo repite el gobierno español de Mariano Rajoy, pero de ello están convencidos gran parte de los gobernantes europeos, quienes están practicando un ajuste tras otro en una Europa azotada por la crisis financiera. Y eso sin que nadie logre permitir entrever una perspectiva de salida.
Lo repitió ayer un ministro español ante las multitudinarias manifestaciones en su propio país y a pocos días del suicidio de una mujer que se vio acorralada por el desalojo forzado de su vivienda. La noticia impactó y los desalojos fueron suspendidos por dos años. Es decir, al menos una alternativa había.
Esta misma frase se escuchaba hace treinta años. Solía repetirla la "dama de hierro", la primera ministro británica Margaret Thatcher, en los debates por las privatizaciones, cuando siguiendo los principios de la economía neoliberista que imponían el Estado mínimo, miles de mineros quedaron en la calle como efecto de un ajuste llevado a cabo sin contemplaciones. La expresión fue condensada en una acrónimo TINA formado por las iniciales de las palabras en inglés (there is no alternative). El ex primer ministro aleman Schröder lo tradujo a su idioma:  “Es gibt keine Alternativen”.
Esta ausencia de alternativas ha provocado pocas mejoras, mucha desigualdad y mucha exclusión. En los países pobres supuso el comienzo de la época del problema de la deuda externa y los ajustes estructurales del FMI y el Banco Mundial. Hoy estas mismas recetas se aplican en Europa, porque en los países pobres de América latina, por ejemplo, se demostró que había una alternativa: la combinación de comercio en condiciones de igualdad con potencias económicas como China e India y políticas de transferencias de recursos y mejor redistribución del ingreso dieron los resultados esperados. De hecho, lo admite el mismo Banco Mundial, en la región la clase media creció un 50 por ciento en menos de una década.
En Europa hoy aparecen los efectos de las políticas de los ochenta. Hay barrios enteros de Londres poblados por familias que viven de los subsidios y de madres solteras. La exclusión fácilmente se torna resentimiento y tanto en la capital británica como en París ya ha habido brotes de violencia en repetidas oportunidades.
Se repite que no hay alternativas mientras que las medidas de ajuste combinadas con la crisis han destruido 250.000 mil empresas en España, al tiempo que el desempleo ha alcanzado el 25 por ciento de los trabajadores. El mismo guarismo alcanzado en Grecia. Con el agravante de que entre los jóvenes el desempleo llega al 40 y 50 por ciento. En toda Europa más del 11 por ciento de los trabajadores está sin empleo.
Sin embargo, repasando las medidas adoptadas por el gobierno español, entre las cuales figura el aumento del IVA, reducciones del gasto público en general y también en salud y educación, congelamiento de salarios públicos, etc., no se encuentra una sola tentativa de tasar las rentas financieras, de hacer pesar el mayor costo del ajuste sobre quienes más ganan. Ningún gobierno, por ejemplo, ha querido reducir el peso de la deuda pública reestructurándola con una quita indispensable a esta altura, o reteniendo durante unos años esos títulos pero a una tasa mínima. Eso no se toca. Sí se tocaron las viviendas de gente que no tiene ninguna responsabilidad de esta crisis claramente provocada por una elite política irresponsable. Se prefirió escuchar el dictamen de los mercados financieros, corresponsables del descalabro.
Se equivoca ese ministro español: alternativas hay, lo que no hay es coraje para aplicarlas.

Desmanejos financieros


¿Los gobiernos europeos en crisis conocen el verdadero monto de sus deudas? Se diría que no. Quizás el default y una reestructuración de la deuda sería el camino más racional y, acaso, más democrático.


Las reiteradas operaciones de salvataje solicitadas por algunos de los gobiernos de la Unión Europea acosados por la dura crisis económica que los azota, llevan a preguntarse si esos países conocen a ciencia cierta el monto real de su endeudamiento. ¿Cómo se explican las reiteradas ayudas? Los ministros ¿no conocían de entrada la envergadura de las necesidades financieras?
La periodista y economista alemana Stefane Claudia Müller describe eficazmente el caso de España en un artículo suyo publicado en varios diarios económicos de su país, de los que es corresponsal. “En noviembre de 2011, el gobierno (español) dijo que el déficit público era del 6% del Producto Bruto Interno (PBI); a finales de diciembre, el nuevo gobierno dijo que le habían engañado y que el déficit público era superior al 8%”, relata Müller. “Luego de rehacer el cálculo a finales de marzo el Ejecutivo anunció un déficit del 8,5% del PBI (...), dos semanas después, la Comunidad de Madrid dijo que sus cifras eran erróneas y el Ayuntamiento de la capital igual... el déficit era ya del 8,7%. Pero en agosto el Instituto Nacional de Estadística dijo que el PBI de 2011 estaba sobrevaluado y, con la nueva cifra, el déficit era del 9,1%; dos días después Valencia dijo que su déficit era de 3 mil millones de euros más; o sea, que estamos en el 9,4% y las otras 15 comunidades autónomas y 8.120 ayuntamientos aún no han corregido sus cifras de 2011”. Müller concluye que el déficit real de 2001 puede estar encima del 11%.
No es cualquier error, el déficit sería el doble de lo que se calculó al comienzo. Hay algo que no cierra.
Para la economista italiana Loretta Napoleoni, de la Judge Business Scholl de  Cambridge, la explicación es que los países mediterráneos de la Unión Europea, como Grecia, Italia y España, no han blanqueado el real monto de su deuda soberana. De ahí la dificultad de establecer también la envergadura de su déficit.
¿Cómo se llegó a esto? Napoleoni lo explica recurriendo al ejemplo italiano. Durante los años 90 y 2000, Lehman Brother, la famosa compañía de servicios financieros, envió a decenas de jóvenes entrenados en Nueva York para vender nuevos productos financieros extrapolando de los balances públicos dinero líquido, a cambio de jugosas comisiones. Efectivamente, mediante estratagemas financieras Lehman y demás bancos de negocios crearon obligaciones sobre el gasto de las administraciones locales presentadas como títulos con garantía del Estado italiano. Se trata de papeles que en teoría no se podían emitir, porque inciden sobre el balance de la región y del Estado central. Pero el obstáculo fue sorteado con un sofisticado juego de prestigio financiero. En el caso de una de las regiones italianas, Campania, Lehman compró primero las deudas de la administración de salud de la región y pagó a los acreedores (los proveedores) al contado. La región devolvería la deuda después de 10 años, pero mientras Lehman la transformó enseguida en títulos a 30 años que vendió en el mercado internacional con la garantía del Estado italiano. Sin correr riesgos, Lehman ganó una comisión por crear el producto y sobre la venta de los títulos, más los intereses sobre la deuda contraída por las entidades locales.
Si el gobierno de Roma hubiera realizado la operación sin duda que le habría resultado más barata. Pero los títulos emitidos habrían engrosado la deuda pública, mientras que recurriendo a un banco de negocios privado se trata de una deuda privada, si bien con garantías del Estado, y ésta no aparece en los balances del gobierno. Todo regular, cumpliendo con la letra de los límites que impone el Banco Central europeo. Pero endeudando por décadas a los ciudadanos de la región Campania.
Cientos de episodios como el relatado explican la dificultad de establecer la real entidad de las deudas públicas. La responsabilidad que le cabe a políticos y financistas es evidente.

¿Cuál es la salida?
A largo plazo es necesario reducir el peso de la economía financiera sobre la real (la producción de bienes y servicios). La desregulación del mercado financiero permitió transformar el mercado bursátil en un ámbito para la especulación y, literalmente, el juego de azar.
En el corto plazo, el  camino de la reestructuración de deuda con un calendario de pagos y una importante quita sobre el monto adeudado se presenta como una solución racional.
Es lo que ha hecho Dubai cuando, en 2009, dos importantes sociedades garantizadas de hecho por el Estado se declararon incapaces de pagar vencimientos por 30.000 millones de dólares. La rápida intervención del vecino emirato de Abu Dhabi, que garantizó las deudas de Dubai, permitió calmar en seguida los mercados. Luego, durante las negociaciones, se logró una quita de casi la mitad de la deuda. En 2011, Dubai volvió a poder emitir obligaciones que fueron suscriptas sin problemas en el mercado internacional.
En 2008 Islandia eligió el camino de la bancarrota. Su derrumbe fue tremendo: la deuda pública era mil veces superior a su PBI. Los ciudadanos de este pequeño país (apenas 320 mil habitantes) primero exigieron la renuncia del gobierno responsable del desbarajuste. Luego, dos veces se negaron, por referéndum, a pagar sólo a algunos acreedores privilegiados (Holanda, Reino Unido y los bancos internacionales) endeudándose por décadas. Sucesivamente persiguió penalmente a banqueros y políticos responsables del desastre, y algunos han sido condenados. En 2011 Islandia volvía a conseguir créditos por mil millones de dólares a poco más del 3 por ciento de interés. Posiblemente, porque su planteo era creíble.
Cabe recordar que también la Argentina utilizó la reestructuración de la deuda, como señalan también Napoleoni y economistas como Joseph Stiglitz y Paul Krugman, los últimos dos son Nobel de economía. Quizás la Unión Europea debería tener en cuenta esta posibilidad en lugar de seguir castigando a sus ciudadanos por los desmanes de los dirigentes políticos y financieros.

(1) Loretta Napoleoni, Il contagio, Milan, 2011, pp.61-69.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Las FARC anuncian una tregua unilateral

Sorpresivamente, antes de comenzar ayer en la Habana las negociaciones de paz con el gobierno colombiano, el líder de la guerrilla de las FARC, “Iván Márquez” anunció una tregua unilateral de dos meses. El anuncio es importante por dos razones: las dos partes comenzaron las negociaciones hace un mes en Oslo (Noruega) sin haber proclamado un cese del fuego. Por otro lado, en oportunidad de la primera etapa de conversaciones en la ciudad europea, algunas declaraciones de “Márquez” fueron consideradas muy duras, fuertemente teñidas de críticas ideológicas hacia la gestión del gobierno colombiano y parecieron enfriar las esperanzas de quienes apostaban a que el proceso de paz pudiera llegar a buen puerto.
La guerrilla anunció ayer el cese de toda operación ofensiva contra las fuerzas públicas y de los actos de sabotaje contra la infraestructura pública y privada. El gobierno de Juan Manuel Santos, si bien apuesta a lograr el cese de este conflicto que dura desde hace casi 50 años, ha encarado este proceso sin ningún tipo de concesiones y planteando requisitos con los que las FARC tuvieron que cumplir para sentarse a la mesa de las negociaciones, como la liberación de todos los rehenes.
En base a los acuerdos pactados desde el comienzo de reuniones secretas llevadas a cabo hace seis meses y en la primera fase celebrada en Oslo, el primer punto en discusión en La Habana será el tema de la tierra. Hay cientos de miles de refugiados y desplazados que han perdido la tierra que cultivaban con motivo del conflicto armado y ha habido especuladores y latifundistas que se han aprovechado de las circunstancias.
El proceso de paz cuenta con el apoyo de Cuba y Noriega como garantes y del acompañamiento de los gobiernos de Chile y Venezuela. 

jueves, 15 de noviembre de 2012

La mecha encendida en Gaza

Gaza es nuevamente teatro del enfrentamiento entre los palestinos de Hamas y los israelíes. El ejército de Israel respondió a los lanzamientos de centenares de misiles que se han producido desde hace meses con bombardeos realizado por aviones con y sin tripulación (drones), buques de la armada y tanques que han aparecido en la Franja de Gaza. Esta semana se recurrió a la eliminación selectiva de exponentes de Hamas y fue muerto en su auto el jefe militar de Hamas, la organización bajo cuyo dominio ha recaído el angosto territorio de Gaza (en los territorios de Cisjordania el control está en manos de Fatah).
Se cuentan varias decenas de civiles muertos por los bombardeos del ejército de Israel, algunos de los cuales bebés y niños, al tiempo que al menos tres ciudadanos israelíes perdieron la vida por el lanzamiento de cohetes, algunos de los cuales llegaron hasta las inmediaciones de Tel Aviv.  Se están usando cohetes medianos con un alcance de 75 km, de hecho sus instalaciones han sido blanco de los ataques de las fuerzas israelíes.
El contexto político en el que recrudece este interminable enfrentamiento es complejo. Por un lado los palestinos han solicitado un pronunciamiento de las Naciones Unidas a los efectos de ser reconocidos como Estado, lo cual genera un elemento de tensión sobre todo porque una parte de sus territorios, precisamente la franja costera de Gaza, es controlada por Hamas, sector más radicalizado. Durante el trascurso de este mes debería votarse la resolución. Por otro lado, se aproximan las elecciones anticipadas en Israel y los sectores que quieren imponer la lucha frontal contra Hamas.
El ejército y los servicios de inteligencia tienen mucho peso y lo están utilizando. A su vez, en el mundo árabe los cambios producidos en los últimos dos años todavía no han alcanzado un punto de equilibrio. Los Hermanos Musulmanes, hoy con propuestas políticas más moderadas, han ido ganando las elecciones pero el crecimiento de los sectores salafitas, más fundamentalistas, está complicando los equilibrios en muchos países.
Esto ha producido una fractura en Hamas, desde siempre vinculado a los Hermanos Musulmanes, entre los partidarios de una postura más moderada, cercana por ejemplo a la del presidente egipcio Morsi, y los más radicalizados partidarios de la solución armada. En efecto, el presidente Morsi ha enviado una delegación ministerial al territorio de Gaza, precisamente con el objetivo de evitar una escalada militar. En el medio, influyen también los temores suscitado por los planes nucleares de Irán, argumento que desde siempre enciende la mecha de las tensiones en la región.
En realidad, en el medio está la población civil, de un lado como del otro. La que suele pagar el precio más alto. Muertos y heridos, la permanente tensión, el miedo a una explosión que modifique tu vida para siempre.
La Franja de Gaza es una lengua de tierra de unos 51 km en su lado más largo y de 11 km en el punto más ancho, en la frontera con Egipto. Podemos imaginarla como desde Avellaneda hasta La Plata, con un ancho irregular que se reduce a un par de kilómetros en los puntos más angostos. Allí viven un millón y medio de palestinos, la gran parte refugiados que perdieron sus casas desde el surgimiento del conflicto con Israel.
Una llaga que nunca se ha cerrado. El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu ha anunciado a la prensa el uso de “bombardeos quirúrgico” para destruir las plataformas de lanzamiento de los cohetes, algunos caseros aunque no por eso inocuos. Pero se trata de un eufemismo al que nadie puede resignarse: lo dicen la veintena de muertos causados por las represalias del ejército israelí, entre ellos dos bebés de menos de un año, varios niños, chicos que jugaban en una canchita de fútbol, un enfermo mental que se acercó demasiado a la línea de frontera... Los heridos son más de 150 en hospitales precarios, donde se da prioridad a casos más graves, aunque abundan heridas de bala, amputaciones traumáticas, etc. Por momento falta la energía eléctrica cortada desde territorio israelí.
Un rol fundamental en esta coyuntura puede ser precisamente la del presidente egipcio Morsi quien podría aprovechar la oportunidad para apaciguar los ánimos y, de paso, disminuir las relaciones con Israel que se han tensado mucho. Una postura más radicalizada para salvar diferencias internas en Hamas, pero aportaría muy poco y echaría nafta al fuego de una situación explosiva. Sin embargo, no es de descartar esta actitud. La comunidad internacional no aparece como un actor que en lo inmediato puede actuar eficazmente. La única chance para que cesen las hostilidades es que las partes comprendan que con las armas nunca jamás podrán resolver un conflicto que ya ha durado demasiado.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Los franceses y la verdad

Hay que decirle la verdad a los franceses, parece ser el lema del presidente François Hollande. Quizás el problema reside en qué momento decirla. Por lo visto, no es durante la campaña electoral que hay que ser sincero. ¿De qué manera interpretar si no el giro político de este socialista que, una vez alcanzada la máxima magistratura del país, aplicó primero un ajuste de 30 mil millones de euros, en un paquete de medidas que aumentó incluso el IVA? Este impuesto regresivo ha sido detestado desde siempre por la izquierda, y el mismo presidente lo denunció durante la campaña electoral.
Hoy Hollande se declara satisfecho por la tranquilidad de los mercados que permiten a Francia refinanciar su deuda pública descomunal a tasas del 2 por ciento. Y con la misma soltura oratoria anunció ayer que su país reconoce a la nueva coalición opositora de Siria como la única representante del pueblo. Acto seguido añadió que deberá ser planteada la fornitura de armas a los rebeldes, en un conflicto interno que ya ha provocado más de 30 mil muertos. El anunció no es menor. Hasta ahora el trabajo sucio de proveer de armas a los rebeldes ha sido realizado por Turquía, ya que formalmente los países occidentales rechazaban esta idea. Una tarea que incluye el apoyo de grupos terroristas vinculados a Al Qaeda, como ha sido denunciado en más de una oportunidad.
En realidad, los servicios de inteligencias de Francia, Reino Unido y Estados Unidos, en cooperación con Arabia Saudita y Qatar nunca han dejado de apoyar la desestabilización del gobierno del presidente El Assad. Hollande repite el guión utilizado por su predecesor Nicolas Sakozy fogoneando la rebelión en Libia, el año pasado, para derrocar al líder de ese país Khadafy. También en materia de política exterior, por lo tanto, Hollande da un giro importante siguiendo los pasos de la derecha. En cuanto a Europa, Hollande se declara a favor de varias velocidades dentro del bloque, considerando las diferentes potencialidades de los países miembros del bloque.
Ayer, en conferencia de prensa, el presidente se dijo a favor de un plan de apoyo a Grecia.
Hábil orador, el presidente durante un largo diálogo con 400 periodistas ha invitado a los franceses a unirse en un bloque monolítico para respaldar el gobierno en una tarea que no será fácil. Debido al elevado nivel de la deuda pública. Pero la oratoria de Holland no sirve para mejorar su imagen: apenas un 35 por ciento de opinión favorable según las encuestas.
Al fin y al cabo a la gente no le falta sentido común, aunque por cierto, un sondeo no se puede comparar a la emisión del voto. El presidente de Francia tiene el resto del mandato para demostrar que cree en el ideario socialista que lo llevó a ser el inquilino del Eliseo.

martes, 13 de noviembre de 2012

Crece la clase media en América latina

Entre 2003 y 2009 más de 50 millones de personas pasaron a integrar la clase media y los pobres se redujeron un 30 por ciento.
Según un informe del Banco Mundial (BM) entre 2003 y 2009 la clase media en América latina creció a niveles inéditos. Mejores ingresos y mejor distribución permitieron  más de 50 millones de personas de la región mejoraran su calidad de vida abandonando a menudo situaciones de pobreza. Según el documento los ciudadanos de clase media en América latina pasaron de 103 a 152 millones, lo cual supone un aumento del 50 por ciento respecto de estadísticas anteriores. El dato revierte décadas de indicadores que mostraron un franco deterioro de las clase media en la gran parte de los países latinoamericanos.
La población de la región se divide aproximadamente en tercios: un 30 por ciento es pobre, otro 38 por ciento es clase media baja, altamente vulnerable, el 30 por ciento es clase media mientras que los ricos son el restante 2 por ciento. En 1995, informa el BM, los pobres eran el 45 por ciento de la población, el 20 por ciento pertenecía a la clase media y el 33 por ciento estaba en un sector de clase media baja altamente vulnerable.
La mejor distribución del ingreso, el crecimiento del Producto Bruto Interno a una tasa anual promedio del 2,2 por ciento desde el comienzo del 2000 y el aumento de los ingresos salariales fueron la combinación que permitieron esta mejora que es considerada alentadora. Para el Banco Mundial es de clase media una familia de cuatro personas en la que ingresen entre 14.600 y 73.000 dólares anuales. Argentina, Colombia, Uruguay, Chile – país en que la clase media representa el 70 por ciento - y Brasil son los países que han registrado los mejores índices de ascenso social, aunque la región, según datos de la CEPAL (Comisión económica de la ONU para América latina y Caribe), sigue siendo la más desigual del mundo.

domingo, 11 de noviembre de 2012

El día después de mañana

Las palabras del rey Juan Carlos de Borbón pronunciadas durante la 22ª Cumbre Iberoamericana celebrada en Cádiz  tienen el tono de un llamado: “El mundo es hoy muy diferente al que existía cuando empezamos las cumbres. Iberoamérica está en alza. A este lado del Atlántico hemos visto surgir situaciones difíciles por la crisis. Nuestras miradas se vuelven hacia ustedes. Necesitamos más Iberoamérica”.
“El monarca pide ayuda a América”, titula al día siguiente El País de Madrid. Parece una escena de la película El día después de mañana, de R. Emmerich, en la que se imagina una catástrofe climática de enormes proporciones que transforma gran parte de los Estados Unidos en un bloque de hielo, y cuyos habitantes cruzan desesperados la frontera con México pidiendo asilo.
Las palabras del rey no fueron motivadas por una catástrofe climática, sino por el desastre económico español cuyo emblema son el 25 por ciento de desempleo y los suicidios de personas desesperadas por recibir la orden de desalojo. Los destinatarios de sus palabras en la Cumbre Iberoamericana son precisamente aquellos jefes de Estado y de gobierno tratados como populistas o extremistas por la prensa europea, por tratar de cuidar los intereses de sus países desde reglas más justas, desde el boliviano Evo Morales al ecuatoriano Rafael Correa, a la Argentina que aún es un paria de los mercados internacionales por haber osado restructurar una deuda impagable.
Son los representantes de pueblos que por décadas han sufrido penas inenarrables, la miseria y la injusticia provocadas muy a menudo precisamente por las reglas inicuas del mercado propiciadas precisamente también por aquellos países europeos que hoy no saben cómo afrontar la oleada de pobres que está provocando una crisis inédita.
Sería un error mirar esta circunstancia sólo desde el punto de vista de más o menos comercio. Es la oportunidad para aprovechar estas circunstancias para rescribir las reglas del comercio y de los mercados financieros desde pautas de justicia y de igualdad y no desde la fuerza que concede el estado de necesidad del otro. Podemos aprender de la historia y fortalecernos mutuamente. Hoy más que nunca revelan su actualidad y su sentido profético las palabras del papa Paulo VI, cuando en su documento Populorum progressio, en 1968, invitaba a realizar una comunión de bienes entre países ricos y pobres.  Quizás porque hoy las fronteras entre ricos y pobres son muy indefinidas. Acaso porque nos descubrimos cada vez más interdependientes, todos débiles individualmente. Acaso la verdadera fuerza reside en descubrirnos hermanos.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Frente a una protesta masiva

Hay un dato de la realidad que no se puede desconocer de la multitudinaria manifestación de ayer: este poder de convocatoria demostrado hoy nadie está en condiciones de emularlo y menos todavía en forma gratuita.
Si bien  no hay duda de que hubo grupos y organizaciones que han colaborado con la difusión del llamado a concurrir, y si bien éste contó con el beneplácito de los más duros adversarios del gobierno comenzando por algunos grupos mediáticos, atribuir exclusivamente a su acción la convocatoria de ayer sería un error.
Tal como sería un error atribuir a sectores extremistas la representatividad de la protesta. Sin duda estos sectores habrán ponderado positivamente la iniciativa y habrán participado, pero no dejan de ser muy minoritarios e incapaces de una movilización tan popular.
Tampoco una manifestación de protesta, por concurrida que sea, puede ser transformada en la decisión de una mayoría de las voluntades, porque a nivel electoral la mayoría del país se ha manifestado y con contundencia el año pasado: el 54 por ciento votó por el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. En efecto, la continuidad y la total legitimidad de su mandato no está en discusión y no tiene por qué figurar en una agenda de temas.
Quien escribe está convencido de que no estamos frente a un planteo electoral y sería un error reducir el juego democrático a la mera confrontación en las urnas, que es cuando culmina la complejidad de la vida política. En democracia se cuenta con un más rico abanico de formas de expresión. Por lo tanto, el tema es detectar si lo que se manifiesta tiene o no fundamento, expresa o no algo real, más allá de que quien lo haga sea incluso un sector minoritario.
Los temas sobre los que se protestó anoche eran varios: desde la inflación y la inseguridad, a menudo negados por el gobierno, a la cuestión de un tercer mandato de la presidenta. Al respecto, es cierto que no hay ningún proyecto presentado formalmente en el Congreso. Como también es cierto que desde legisladores del oficialismo a sectores vinculados al gobierno se ha aludido al tema. Otros temas de la protesta fueron la corrupción y las presiones sobre la justicia que en estas semanas se han agudizado a raíz del enfrentamiento en torno de la así llamada "Ley de medios". No faltaron carteles contra el cepo al dólar y algunas alusiones a la libertad de expresión.
Desde la oposición se ha celebrado que la protesta haya convocado a tantos ciudadanos. Y algunos referentes lo han destacado como un elemento de esperanza. Pero quizás a la oposición en su conjunto se le escapa que, una vez más, el rol que debería ejercer es realizado ahora por la protesta popular, en otros momentos por algunos medios de comunicación. Eso habla de su debilidad y también de una escasa representatividad.
Desde el oficialismo, en cambio, se contesta a los que salieron a la calle con el argumento de que no se puede cambiar la  política del Gobierno nacional, precisamente por el compromiso asumido con quienes en 2011 votaron su propuesta electoral.
Pero aquí el tema no es desnaturalizar el programa de un Gobierno legítimamente instituido, sino demostrar un compromiso fuerte y coherente en algunas áreas sensibles que cosechan el descontento y con razones de peso.
Una es la inflación: mal se podrá reducirla si no se admite su existencia, y a niveles mucho más altos de los que reconoce el Indec. Ni el propio Gobierno cree que sea menos del 10 por ciento, de lo contrario no propondría pautas de aumentos salariales que llegan al doble de la estimación del Indec. La insistencia en negar esta evidencia irrita, más allá de que no se puede negar la mejora generalizada de los salarios de la gran mayoría de los trabajadores, de los jubilados y la reducción de la pobreza. El tema es que todos sabemos el peligro que encierra vivir con un alto nivel de inflación durante años y, encima, negarla.
Un segundo tema sensible es el de la corrupción. La percepción, evidentemente difusa, es que el gobierno no logra demostrar que interviene rápida y decididamente en casos de corrupción. Se necesitó la tragedia de Once para que se actuara con las empresas de transporte ferroviario, donde el desmanejo estaba a la vista. Bastaba circular en tren.
Es muy probable que actuar eficazmente sobre estos dos temas de fondo, descontando el compromiso del Gobierno en materia de inseguridad o que le asisten razones para decidir de limitar el acceso al dólar, recibiría la aprobación de la gran parte de la ciudadanía.
Si bien no figuraba entre los cuestionamientos en el caceroleo de ayer, quien escribe sostiene que bajar el actual nivel de enfrentamiento, comenzando por el tono del discurso oficial, también produciría un mejor clima de convivencia. Y eso sin renunciar a ninguno de los principios que se pretende defender desde la gestión. El cómo se hacen las cosas es a veces tan importante como las cosas que se hacen.