miércoles, 14 de noviembre de 2012

Los franceses y la verdad

Hay que decirle la verdad a los franceses, parece ser el lema del presidente François Hollande. Quizás el problema reside en qué momento decirla. Por lo visto, no es durante la campaña electoral que hay que ser sincero. ¿De qué manera interpretar si no el giro político de este socialista que, una vez alcanzada la máxima magistratura del país, aplicó primero un ajuste de 30 mil millones de euros, en un paquete de medidas que aumentó incluso el IVA? Este impuesto regresivo ha sido detestado desde siempre por la izquierda, y el mismo presidente lo denunció durante la campaña electoral.
Hoy Hollande se declara satisfecho por la tranquilidad de los mercados que permiten a Francia refinanciar su deuda pública descomunal a tasas del 2 por ciento. Y con la misma soltura oratoria anunció ayer que su país reconoce a la nueva coalición opositora de Siria como la única representante del pueblo. Acto seguido añadió que deberá ser planteada la fornitura de armas a los rebeldes, en un conflicto interno que ya ha provocado más de 30 mil muertos. El anunció no es menor. Hasta ahora el trabajo sucio de proveer de armas a los rebeldes ha sido realizado por Turquía, ya que formalmente los países occidentales rechazaban esta idea. Una tarea que incluye el apoyo de grupos terroristas vinculados a Al Qaeda, como ha sido denunciado en más de una oportunidad.
En realidad, los servicios de inteligencias de Francia, Reino Unido y Estados Unidos, en cooperación con Arabia Saudita y Qatar nunca han dejado de apoyar la desestabilización del gobierno del presidente El Assad. Hollande repite el guión utilizado por su predecesor Nicolas Sakozy fogoneando la rebelión en Libia, el año pasado, para derrocar al líder de ese país Khadafy. También en materia de política exterior, por lo tanto, Hollande da un giro importante siguiendo los pasos de la derecha. En cuanto a Europa, Hollande se declara a favor de varias velocidades dentro del bloque, considerando las diferentes potencialidades de los países miembros del bloque.
Ayer, en conferencia de prensa, el presidente se dijo a favor de un plan de apoyo a Grecia.
Hábil orador, el presidente durante un largo diálogo con 400 periodistas ha invitado a los franceses a unirse en un bloque monolítico para respaldar el gobierno en una tarea que no será fácil. Debido al elevado nivel de la deuda pública. Pero la oratoria de Holland no sirve para mejorar su imagen: apenas un 35 por ciento de opinión favorable según las encuestas.
Al fin y al cabo a la gente no le falta sentido común, aunque por cierto, un sondeo no se puede comparar a la emisión del voto. El presidente de Francia tiene el resto del mandato para demostrar que cree en el ideario socialista que lo llevó a ser el inquilino del Eliseo.

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