Hay que decirle la verdad a los franceses, parece ser el lema del
presidente François Hollande. Quizás el problema reside en qué momento
decirla. Por lo visto, no es durante la campaña electoral que hay que
ser sincero. ¿De qué manera interpretar si no el giro político de este
socialista que, una vez alcanzada la máxima magistratura del país,
aplicó primero un ajuste de 30 mil millones de euros, en un paquete de
medidas que aumentó incluso el IVA? Este impuesto regresivo ha sido
detestado desde siempre por la izquierda, y el mismo presidente lo
denunció durante la campaña electoral.
Hoy Hollande se declara satisfecho por la tranquilidad de los
mercados que permiten a Francia refinanciar su deuda pública descomunal a
tasas del 2 por ciento. Y con la misma soltura oratoria anunció ayer
que su país reconoce a la nueva coalición opositora de Siria como la
única representante del pueblo. Acto seguido añadió que deberá ser
planteada la fornitura de armas a los rebeldes, en un conflicto interno
que ya ha provocado más de 30 mil muertos. El anunció no es menor. Hasta
ahora el trabajo sucio de proveer de armas a los rebeldes ha sido
realizado por Turquía, ya que formalmente los países occidentales
rechazaban esta idea. Una tarea que incluye el apoyo de grupos
terroristas vinculados a Al Qaeda, como ha sido denunciado en más de una
oportunidad.
En realidad, los servicios de inteligencias de Francia, Reino Unido y
Estados Unidos, en cooperación con Arabia Saudita y Qatar nunca han
dejado de apoyar la desestabilización del gobierno del presidente El
Assad. Hollande repite el guión utilizado por su predecesor Nicolas
Sakozy fogoneando la rebelión en Libia, el año pasado, para derrocar al
líder de ese país Khadafy. También en materia de política exterior, por
lo tanto, Hollande da un giro importante siguiendo los pasos de la
derecha. En cuanto a Europa, Hollande se declara a favor de varias
velocidades dentro del bloque, considerando las diferentes
potencialidades de los países miembros del bloque.
Ayer, en conferencia de prensa, el presidente se dijo a favor de un plan de apoyo a Grecia.
Hábil orador, el presidente durante un largo diálogo con 400 periodistas ha invitado a los franceses a unirse en un bloque monolítico para respaldar el gobierno en una tarea que no será fácil. Debido al elevado nivel de la deuda pública. Pero la oratoria de Holland no sirve para mejorar su imagen: apenas un 35 por ciento de opinión favorable según las encuestas.
Hábil orador, el presidente durante un largo diálogo con 400 periodistas ha invitado a los franceses a unirse en un bloque monolítico para respaldar el gobierno en una tarea que no será fácil. Debido al elevado nivel de la deuda pública. Pero la oratoria de Holland no sirve para mejorar su imagen: apenas un 35 por ciento de opinión favorable según las encuestas.
Al fin y al cabo a la gente no le falta sentido común, aunque por
cierto, un sondeo no se puede comparar a la emisión del voto. El
presidente de Francia tiene el resto del mandato para demostrar que cree
en el ideario socialista que lo llevó a ser el inquilino del Eliseo.
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