Dilma
Rousseff obtuvo un segundo mandato luego de una dura campaña
electoral en la que pocos explicaron cómo afrontarían los problemas
del país. Ganó la continuidad de una gestión exitosa en lo social.
jueves, 30 de octubre de 2014
miércoles, 1 de octubre de 2014
Los diferentes Brasiles en campaña electoral
Los artículos de Eliane Brum se pueden leer, entre otros medios, en la edición internacional del País de Madrid. No será nada raro que se trate de textos largos y, se advierte, bien elaborados. Su autora tiene mucho que decir y, por más que contradiga la ley que impone espacios limitados a los textos, sus análisis son interesantes y atrapan al lector al sumergirlo en la complejidad de las temáticas que encara. Dejo en portugués sus respuestas, porque no es difícil entenderlas en su idioma originario. Es una batería de preguntas a las que aceptó responder a fines de setiembre de 2014, en plena campaña electoral, cuando no estaba asegurada la victoria de la hoy presidenta Dilma Rousseff. Digno de ser destacado el análisis de las dos componentes ideológicas de la izquierda brasileña, la que encarna el PT y su líder, Lula da Silva, y la que encarna otra Silva, Marina, la conocida ambientalista. Buena lectura.
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martes, 19 de agosto de 2014
Hillary Clinton admite que el Estado Islámico (ISIS) es "nuestra creación"
A confesión de parte, relevo de prueba. Hace tiempo que venimos documentando que el conflicto en Siria responde a los intereses externos de otros países, cuyo objetivo, al menos en la apariencia, es el de desestabilizar el régimen del presidente Bachar Al Assad. Siria es para la Casa Blanca uno de los "Estados canallas" acusado de financiar el terrorismo y de reprimir los derechos democráticos, aplicando una despiadada represión.
Que esta tesis chocaba contra la realidad, entre ellas el apoyo masivo que recibe el gobierno de Assad, reelecto hace poco en forma casi plebiscitaria, lo hemos señalado más de una vez. Y también señalamos el peligro de desestabilizar recurriendo al apoyo de grupos yihadistas, como sucedió en Libia, desatando un caos que todavía perdura.
En agosto de 2012, mencionamos el planteo de un legislador estadounidense, Ron Paul, quien alertó que el apoyo a los rebeldes sirios significaba financiar grupos terroristas (1) con el dinero del contribuyente estadounidense. Mientras tanto, la situación derivó en guerra gracias a la masiva presencia de milicianos extranjeros, a los que no se unió triunfalmente la población Siria. Por el contrario, los pocos elementos locales rebeldes se disolvieron demostrando su inconsistencia. Ya había hecho su aparición en Iraq el Estado Islámico de Iraq y el Levante (EIIL, o ISIS por su sigla en inglés, hoy rebautizado Estado Islámico, EI) y su brazo armado en Siria, Al Nousra. En junio señalamos la presencia de armas enviadas a Siria por la CIA en manos de los milicianos del EI (2), encargados del "trabajo sucio".
Pero hoy es la misma ex ministra de relaciones exteriores de los Estados Unidos, Hillary Clinton, quien admite el apoyo brindado por la Casa Blanca a las milicias del ISIS o EI, que luego de ocupar parte de Iraq y de Siria, está llevando a cabo una limpieza étnica contra cristianos y yazidies (minoría curda de religión zoroastriana), perpetrando atroces asesinados, incluso de niños y mujeres.
En una entrevista concedida al medio digital The Atlantic (3), Clinton admite que esta milicia ha sido creada por la Casa Blanca pero que se le escapó de las manos. "Hemos fracasado en crear una guerrilla anti-Assad creíble... El fracaso de este proyecto ha llevado al horror al que estamos asistiendo hoy en Iraq". La ex secretaria de Estado, incluso menciona una conversación con su presidente del febrero pasado, en la que le mencionó expresiones cuyo sentido comprende recién ahora. "Cuando tienes un ejército de profesionales que actúa contra campesinos, carpinteros e ingenieros que comienzan una protesta tienes que hacer algo - le habría dicho Obama- Lamentablemente, modificar la ecuación de las fuerzas en lucha es difícil, casi nunca uno lo logra".
Para Clinton, que no se escandaliza por el método utilizado, sino que más bien critica la falta de mayor energía por parte del presidente Barack Obama, el modelo a seguir sería el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu en su reacción contra los guerrilleros de Hamas en Gaza, que ha provocado más de 2000 víctimas, el 75 por ciento civiles, entre ellas más de 500 niños, además de más de 10 mil heridos y cuantiosas destrucciones. Las críticas internacionales, incluso de referentes y comunidades judías, por el exceso de fuerza utilizado, no tienen mucha importancia por la ex ministro. "Las víctimas civiles, los niños, las mujeres, son todos efectos colaterales de una política justa", sostiene la líder política. "Si hubiéramos actuado con la misma determinación en Siria, los combatientes yihadistas no se nos habrían escapado de las manos, como luego ha sucedido", concluye.
El simplismo ético del que padece Hillary Clinton, y por lo visto importantes sectores políticos de los Estados Unidos, aparece aquí con todo su dramatismo. La Casa Blanca ha destapado una nueva caja de Pandora al contribuir a crear un despiadado grupo terrorista.
No es la primera vez, pasó con el escándalo Irán - Contra nicaragüense, pasó en la guerra contra la Unión Soviética en Afganistán, cuando el apoyo a los guerrilleros afganos produjo el nacimiento de Al Qaeda. Pasó en Libia, entregando el país al caos. La misma Clinton afirma, al pasar, que su país ha hecho cosas que no la enorgullecen también en América latina. Alude sin duda al apoyo a las dictaduras militares, con sus "efectos colaterales" de desaparecidos, tortura y violación a los derechos humanos. "Pero en ese entonces teníamos un objetivo más grande - explica -. Y lo hemos conseguido. Todo el resto pasa en segundo plano".
El resto que pasa en segundo plano es, en realidad, un reguero de muerte, dolor y destrucción. Clinton lo acepta, son "efectos colaterales", es decir, un eufemismo que admite que hay personas de las que se pude prescindir... si se consigue el resultado. Sí, porque el nudo de la cuestión para Hillary Clinton, no es la tragedia de mujeres degolladas, niños crucificados, yazidíes enterrados vivos, sino que no se consiguió el resultado previsto. De haberlo hecho, "todo el resto pasa en segundo plano".
1) Grupo Editorial Ciudad Nueva, 7.8.2012, denuncia del congresista estadounidense Ron Paul, "Estados Unidos apoya Al Qaeda".
2) Grupo Editorial Ciudad Nueva, 24.6.2014, "Las armas de la CIA en las manos equivocadas".
3) www.theatlantic.com, 10.12.2014, Hillary Clinton: failure to help syrian rebels led to the rise of Isis
Que esta tesis chocaba contra la realidad, entre ellas el apoyo masivo que recibe el gobierno de Assad, reelecto hace poco en forma casi plebiscitaria, lo hemos señalado más de una vez. Y también señalamos el peligro de desestabilizar recurriendo al apoyo de grupos yihadistas, como sucedió en Libia, desatando un caos que todavía perdura.
En agosto de 2012, mencionamos el planteo de un legislador estadounidense, Ron Paul, quien alertó que el apoyo a los rebeldes sirios significaba financiar grupos terroristas (1) con el dinero del contribuyente estadounidense. Mientras tanto, la situación derivó en guerra gracias a la masiva presencia de milicianos extranjeros, a los que no se unió triunfalmente la población Siria. Por el contrario, los pocos elementos locales rebeldes se disolvieron demostrando su inconsistencia. Ya había hecho su aparición en Iraq el Estado Islámico de Iraq y el Levante (EIIL, o ISIS por su sigla en inglés, hoy rebautizado Estado Islámico, EI) y su brazo armado en Siria, Al Nousra. En junio señalamos la presencia de armas enviadas a Siria por la CIA en manos de los milicianos del EI (2), encargados del "trabajo sucio".
Pero hoy es la misma ex ministra de relaciones exteriores de los Estados Unidos, Hillary Clinton, quien admite el apoyo brindado por la Casa Blanca a las milicias del ISIS o EI, que luego de ocupar parte de Iraq y de Siria, está llevando a cabo una limpieza étnica contra cristianos y yazidies (minoría curda de religión zoroastriana), perpetrando atroces asesinados, incluso de niños y mujeres.
En una entrevista concedida al medio digital The Atlantic (3), Clinton admite que esta milicia ha sido creada por la Casa Blanca pero que se le escapó de las manos. "Hemos fracasado en crear una guerrilla anti-Assad creíble... El fracaso de este proyecto ha llevado al horror al que estamos asistiendo hoy en Iraq". La ex secretaria de Estado, incluso menciona una conversación con su presidente del febrero pasado, en la que le mencionó expresiones cuyo sentido comprende recién ahora. "Cuando tienes un ejército de profesionales que actúa contra campesinos, carpinteros e ingenieros que comienzan una protesta tienes que hacer algo - le habría dicho Obama- Lamentablemente, modificar la ecuación de las fuerzas en lucha es difícil, casi nunca uno lo logra".
Para Clinton, que no se escandaliza por el método utilizado, sino que más bien critica la falta de mayor energía por parte del presidente Barack Obama, el modelo a seguir sería el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu en su reacción contra los guerrilleros de Hamas en Gaza, que ha provocado más de 2000 víctimas, el 75 por ciento civiles, entre ellas más de 500 niños, además de más de 10 mil heridos y cuantiosas destrucciones. Las críticas internacionales, incluso de referentes y comunidades judías, por el exceso de fuerza utilizado, no tienen mucha importancia por la ex ministro. "Las víctimas civiles, los niños, las mujeres, son todos efectos colaterales de una política justa", sostiene la líder política. "Si hubiéramos actuado con la misma determinación en Siria, los combatientes yihadistas no se nos habrían escapado de las manos, como luego ha sucedido", concluye.
El simplismo ético del que padece Hillary Clinton, y por lo visto importantes sectores políticos de los Estados Unidos, aparece aquí con todo su dramatismo. La Casa Blanca ha destapado una nueva caja de Pandora al contribuir a crear un despiadado grupo terrorista.
No es la primera vez, pasó con el escándalo Irán - Contra nicaragüense, pasó en la guerra contra la Unión Soviética en Afganistán, cuando el apoyo a los guerrilleros afganos produjo el nacimiento de Al Qaeda. Pasó en Libia, entregando el país al caos. La misma Clinton afirma, al pasar, que su país ha hecho cosas que no la enorgullecen también en América latina. Alude sin duda al apoyo a las dictaduras militares, con sus "efectos colaterales" de desaparecidos, tortura y violación a los derechos humanos. "Pero en ese entonces teníamos un objetivo más grande - explica -. Y lo hemos conseguido. Todo el resto pasa en segundo plano".
El resto que pasa en segundo plano es, en realidad, un reguero de muerte, dolor y destrucción. Clinton lo acepta, son "efectos colaterales", es decir, un eufemismo que admite que hay personas de las que se pude prescindir... si se consigue el resultado. Sí, porque el nudo de la cuestión para Hillary Clinton, no es la tragedia de mujeres degolladas, niños crucificados, yazidíes enterrados vivos, sino que no se consiguió el resultado previsto. De haberlo hecho, "todo el resto pasa en segundo plano".
1) Grupo Editorial Ciudad Nueva, 7.8.2012, denuncia del congresista estadounidense Ron Paul, "Estados Unidos apoya Al Qaeda".
2) Grupo Editorial Ciudad Nueva, 24.6.2014, "Las armas de la CIA en las manos equivocadas".
3) www.theatlantic.com, 10.12.2014, Hillary Clinton: failure to help syrian rebels led to the rise of Isis
viernes, 15 de agosto de 2014
La campaña electoral brasileña en un compás de espera
El domingo se celebrará el entierro del líder socialista Eduardo Campos. Sólo después el socialismo y sus aliados decidirán sí Marina Silva, compañera de fórmula, es la natural sucesora del político fallecido imprevistamente. Eso puede cambiar radicalmente el un escenario electoral.
Sin duda el escenario político brasileño, en vista de las presidenciales que se disputarán en octubre, quedó profundamente sacudido por la muerte del candidato socialista, ex gobernador del Estado de Pernambuco, Eduardo Campos.
La pregunta es quién tomara su lugar como candidato a la presidencia. ¿Será otra figura del partido o su natural sucesora, la ambientalista Marina Silva, compañera de fórmula presidencial? ¿O acaso será oportuno volver a la antigua alianza con el PT de Dilma Roussef renunciando a la competencia?
Campos fue miembro de la alianza de partidos que sostienen el actual gobierno y, en su momento, ministro del entonces presidente Lula da Silva.
La decisión final deberá tener en cuenta también a los demás partidos aliados de los socialistas con los cuales Campos había sellado compromisos de campaña.
En casa del movimiento Red Sustentabilidad, fundado por Marina Silva, la consigna es el silencio hasta el entierro del compañero y amigo Eduardo Campos, que será celebrado este domingo. El rigor de Silva es conocido y su intención es la de respetar ante todo el duelo de una familia y de un sector que perdió a un ser querido y a un líder amado y respetado por su transparencia.
La alianza entre Silva y Campos surgió luego de que el movimiento de la ambientalista no pudo conseguir las firmas suficientes para constituirse como partido y competir por sus propios medios en la campaña electoral. En 2010 la ambientalista obtuvo veinte millones de votos y obligo a Dilma Rousseff a disputar la segunda vuelta.
Silva, ex integrante y co fundadora del PT, perfilaba entonces como la mejor opción en las encuestas para las presidenciales, si bien ya había tomado cierta distancia del partido. Pero su apego a los valores éticos por los que aboga hizo que Rousseff fuera preferida por Lula, interesado en lanzar una figura más en sintonía con el pragmatismo del ex presidente y líder del PT.
Mientras tanto, el Partido Socialista de Campos se afirmaba en las elecciones como el de mayor crecimiento en los últimos años. A comienzos de 2014 se selló su alianza con Marina Silva luego de meses de diálogo y sucesivamente de trabajo conjunto. “Fueron 10 meses de intensa convivencia, comenzamos a hilar juntos la esperanza de un mundo mejor y más justo. Eduardo estuvo empeñado en esas ideas hasta su último segundo de vida”, afirmó anteayer la ambientalista.
El partido tiene 10 días para definir quién será su sustituto. Y es posible que los primeros días de la semana que viene se llegue a una determinación. El nombre de Marina Silva como candidata a la presidencia y apoyada por el socialismo y sus aliados dibuja un escenario distinto. Hay sondeos que indican que hoy la intención de voto hacia ella la ubica de inmediato muy próxima al social demócrata Aecio Neves, que disputa el segundo lugar tras el 38 por ciento que apoyaría a a Rousseff.
En abril, el instituto Datafolha publicó una encuesta sobre intención de voto con Silva como aspirante a la presidencia, antes de conocerse los candidatos: obtuvo el voto del 27% de los encuestados, frente al 16% de Aécio Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), y sólo por detrás de Dilma Rousseff, con el 39%.
Se analiza que los 20 millones de votantes que en 2010 apoyaron a Silva tardaban en confluir en la alianza con Campos, no entendiendo la razón por la que Silva figuraba como candidata a vice y no liderando la fórmula presidencial. De ser escogida como sucesora de su compañero, eso podría provocar la adhesión masiva de sus electores. Por otra parte, una hipotética segunda vuelta entre Rousseff y Silva pondría al tradicional adversario del PT, el Partido Social Demócrata de Brasil de Aecio Neves, amigo personal de Campos, ante la disyuntiva de apoyar a una de las dos mujeres y eso podría inclinar ulteriormente la balanza hacia la ambientalista. Sería el escenario que quizás el PT más teme. Es acaso por ello que, según algunas fuentes, representantes del PT han comenzado a acercarse a líderes socialistas presionando por un regreso al oficialismo.
Desde este jueves, Marina Silva además tiene un aliado de peso. El abogado Antonio Campos, hermano del candidato fallecido, dijo al diario O Estado de S. Paulo, que la ecologista debía asumir la candidatura. “Si mi hermano llamó a Marina para ser su vicepresidenta, demostró así su voluntad”, dijo. Así, no habría mucho margen de maniobra para buscar otro nombre. Algunos aliados del socialismo, temerosos del rigor con el que Silva defiende la renovación de la política siguiendo valores éticos, han destacado que han notado en ella la capacidad de escuchar y comprender, lo cual la transformaría en la sucesora natural, sobre todo por su gran popularidad.
La política de Brasil vive un compás de espera ante una decisión que será tomada luego de esta pausa duelo. La campaña electoral puede esperar.
Sin duda el escenario político brasileño, en vista de las presidenciales que se disputarán en octubre, quedó profundamente sacudido por la muerte del candidato socialista, ex gobernador del Estado de Pernambuco, Eduardo Campos.
La pregunta es quién tomara su lugar como candidato a la presidencia. ¿Será otra figura del partido o su natural sucesora, la ambientalista Marina Silva, compañera de fórmula presidencial? ¿O acaso será oportuno volver a la antigua alianza con el PT de Dilma Roussef renunciando a la competencia?
Campos fue miembro de la alianza de partidos que sostienen el actual gobierno y, en su momento, ministro del entonces presidente Lula da Silva.
La decisión final deberá tener en cuenta también a los demás partidos aliados de los socialistas con los cuales Campos había sellado compromisos de campaña.
En casa del movimiento Red Sustentabilidad, fundado por Marina Silva, la consigna es el silencio hasta el entierro del compañero y amigo Eduardo Campos, que será celebrado este domingo. El rigor de Silva es conocido y su intención es la de respetar ante todo el duelo de una familia y de un sector que perdió a un ser querido y a un líder amado y respetado por su transparencia.
La alianza entre Silva y Campos surgió luego de que el movimiento de la ambientalista no pudo conseguir las firmas suficientes para constituirse como partido y competir por sus propios medios en la campaña electoral. En 2010 la ambientalista obtuvo veinte millones de votos y obligo a Dilma Rousseff a disputar la segunda vuelta.
Silva, ex integrante y co fundadora del PT, perfilaba entonces como la mejor opción en las encuestas para las presidenciales, si bien ya había tomado cierta distancia del partido. Pero su apego a los valores éticos por los que aboga hizo que Rousseff fuera preferida por Lula, interesado en lanzar una figura más en sintonía con el pragmatismo del ex presidente y líder del PT.
Mientras tanto, el Partido Socialista de Campos se afirmaba en las elecciones como el de mayor crecimiento en los últimos años. A comienzos de 2014 se selló su alianza con Marina Silva luego de meses de diálogo y sucesivamente de trabajo conjunto. “Fueron 10 meses de intensa convivencia, comenzamos a hilar juntos la esperanza de un mundo mejor y más justo. Eduardo estuvo empeñado en esas ideas hasta su último segundo de vida”, afirmó anteayer la ambientalista.
El partido tiene 10 días para definir quién será su sustituto. Y es posible que los primeros días de la semana que viene se llegue a una determinación. El nombre de Marina Silva como candidata a la presidencia y apoyada por el socialismo y sus aliados dibuja un escenario distinto. Hay sondeos que indican que hoy la intención de voto hacia ella la ubica de inmediato muy próxima al social demócrata Aecio Neves, que disputa el segundo lugar tras el 38 por ciento que apoyaría a a Rousseff.
En abril, el instituto Datafolha publicó una encuesta sobre intención de voto con Silva como aspirante a la presidencia, antes de conocerse los candidatos: obtuvo el voto del 27% de los encuestados, frente al 16% de Aécio Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), y sólo por detrás de Dilma Rousseff, con el 39%.
Se analiza que los 20 millones de votantes que en 2010 apoyaron a Silva tardaban en confluir en la alianza con Campos, no entendiendo la razón por la que Silva figuraba como candidata a vice y no liderando la fórmula presidencial. De ser escogida como sucesora de su compañero, eso podría provocar la adhesión masiva de sus electores. Por otra parte, una hipotética segunda vuelta entre Rousseff y Silva pondría al tradicional adversario del PT, el Partido Social Demócrata de Brasil de Aecio Neves, amigo personal de Campos, ante la disyuntiva de apoyar a una de las dos mujeres y eso podría inclinar ulteriormente la balanza hacia la ambientalista. Sería el escenario que quizás el PT más teme. Es acaso por ello que, según algunas fuentes, representantes del PT han comenzado a acercarse a líderes socialistas presionando por un regreso al oficialismo.
Desde este jueves, Marina Silva además tiene un aliado de peso. El abogado Antonio Campos, hermano del candidato fallecido, dijo al diario O Estado de S. Paulo, que la ecologista debía asumir la candidatura. “Si mi hermano llamó a Marina para ser su vicepresidenta, demostró así su voluntad”, dijo. Así, no habría mucho margen de maniobra para buscar otro nombre. Algunos aliados del socialismo, temerosos del rigor con el que Silva defiende la renovación de la política siguiendo valores éticos, han destacado que han notado en ella la capacidad de escuchar y comprender, lo cual la transformaría en la sucesora natural, sobre todo por su gran popularidad.
La política de Brasil vive un compás de espera ante una decisión que será tomada luego de esta pausa duelo. La campaña electoral puede esperar.
sábado, 12 de julio de 2014
La logica del "ojo por ojo"
Luego de casi una semana de bombardeos, hay más de un centenar de muertos y más de setecientos heridos, éstos últimos casi todos del lado palestino.
Las fuerzas armadas israelí han reaccionado en modo desmedido a los ataques de Hamas, como ya lo han condenado numerosos países. Sin embargo, negociar un acuerdo sigue siendo la única y más cuerda de las soluciones.
Nadie en el mundo civilizado pone en tela de juicio el derecho del Estado de Israel a existir y desarrollarse en paz con sus vecinos. Lo ha expresado, por si fuera necesario, con claridad y sin medias tintas el Papa Bergoglio en su reciente viaje a Tierra Santa. Eso ubica entre los delirantes a quienes pretenden negar este derecho y hace que se auto marginen de la convivencia civil. El grupo palestino Hamas comete un doble error al seguir reivindicando esta postura, utilizando, además, el arma del terrorismo, que no es otra cosa que odio ciego, incapaz incluso de determinar las víctimas. Por un lado acentúa una situación desesperante, aprovechando el fanatismo de gente que ya tiene muy poco que perder, y sin medir las consecuencias. En segundo lugar, desaprovecha la posibilidad de trasladar al plano político la cuestión, aprovechando el apoyo internacional que en su gran mayoría sólo celebraría un acuerdo que permitiera formalizar el nacimiento de un Estado palestino. Eso le quitaría por completo argumentos al gobierno de Jerusalén para seguir ampliando los asentamientos en territorio palestino, que violan las fronteras existentes en 1967.
Sin embargo, en estos días la reacción desmedida de las fuerzas armadas israelí, y es lamentable que no es la primera vez que acontezca, establece una similitud metodológica precisamente con el terrorismo contra el cual se pretende luchar, contra la violencia ciega. La única diferencia es la tecnología a la que cada bando recurre, sofisticada de un lado, improvisada del otro.
Son demasiados escasos los indicios en manos del gobierno de Jerusalén para atribuir a Hamas el lamentable asesinato de tres jóvenes israelíes, en una tierra donde la exasperación y la irresponsabilidad de ambos lados sigue provocando lutos. El joven palestino asesinato por un grupo de colonos no ha sido el único caso y seguir la lógica de atentado-represalia sólo lleva a engordar la lista de los muertos, la mayor parte inocentes. En ese contexto de exasperación (con millones de palestinos obligados a vivir como pueden), no faltan, en ambos bandos, los fanáticos dispuestos a echar nafta sobre el fuego recurriendo a la violencia para afirmar, a río revuelto, sus tesis extremistas. Porque hay que tener presente que si Hamas pretende destruir el Estado de Israel, hay grupos israelíes que incluso propugnan la deportación de los palestinos del país.
Las fotos de niños muertos en los bombardeos deberían interpelar las conciencias de ambos lados. Porque como nunca es claro que esta violencia sólo logra ampliar el resentimiento, el odio y la distancia que separa a todo de una posible solución a este conflicto. La lógica del “ojo por ojo”, hasta ahora, ha dejado ciegos a todos.
martes, 1 de julio de 2014
Entre halcones y palomas
Si bien la iniciativa de Francisco de orar por la paz en Tierra Santa entre israelíes y palestinos tuvo un carácter espiritual, es imposible no analizar también su perfil político.
Jorge Mario Bergoglio ha dado sobrados ejemplos de gran capacidad de operar políticamente como para no considerar aspectos que, acaso, habrá tenido en cuenta.
Uno de ellos guarda relación con las circunstancias que parecían sugerir una intervención: el proceso de paz casi impuesto a la fuerza por Washington se encuentra estancado y sin que la diplomacia norteamericana parezca dotada de creatividad y autoridad moral indispensables para proyectar escenarios posibles. Estigmatizar a Hamas como grupo terrorista en Gaza, para luego apoyar el terrorismo en Siria, no parece ser la actitud más apropiada para un mediador de paz.
A su vez, pocos días antes del viaje a Tierra Santa del Papa, a fines de mayo, tomaba forma la reconciliación entre las facciones palestinas de Hamas y Fatah, que había llevado a la virtual partición de Palestina. Siete años atrás, el enfrentamiento fue violento y terminó con Hamas administrando la Franja de Gaza, mientras que Fatah gobernaba en Cisjordania. De consolidarse, esta recobrada unidad política no podrá dar más nivel de representatividad al presidente palestino, Mahmud Abbas.
La invitación del Papa, además, se concretó un mes antes de que finalizara el mandato presidencial de Shimon Peres. Si bien el presidente de Israel cumple con roles más protocolares, pues la acción del Gobierno recae por completo bajo la responsabilidad del primer ministro, la presencia de Peres en los jardines vaticanos sitúa a un alto cargo del Estado israelí en una iniciativa de diálogo y apertura que contrasta con la línea dura del primer ministro, Benjamín Netanyahu. Bergoglio sabía que una invitación digirida al premier se habría encontrado con una negativa. De hecho, el silencio de Netanyahu respecto de la iniciativa vaticana fue más que elocuente.
¿Cómo se explica el contrapunto entre presidente y primer ministro? Precisamente por su función, Peres no arriesgaría el valor de la unidad nacional si no supiese que su postura es compartida por una importante sector de la ciudadanía. Lo cual abre un debate dentro del propio Israel: hasta qué punto el Ejecutivo puede asumirse la responsabilidad de no poner fin a un conflicto por el hecho de contar con una mayoría política que, por su naturaleza, es circunstancial.
El Papa actuó con notable tiempismo político. De hecho, el nuevo presidente de Israel, elegido en junio, Reuven Rivlin, comparte con Netanyahu no sólo la militancia en el conservador partido Likud, integrando su ala más derechista, sino también la política de ampliación de los asentamientos israelíes en territorio palestino y se opone a la formación de un Estado Palestino junto a Israel.
En efecto, si bien cualquier negociación difícilmente podrá evitar tratar con cierto pragmatismo la instalación de medio millón de colonos israelíes en territorio palestino, no hay otro punto de partida para el proceso de paz que la situación territorial previa a la Guerra de los Seis Días (1967), que asignaba a la administración de Jordania, en ese momento representante de los intereses palestinos, la Franja de Gaza y Cisjordania, además de la zona este de Jerusalén. Desde entonces, aunque con el sucesivo reconocimiento de la Autoridad Nacional Palestina, con limitados poderes y sin soberanía, la expansión de los asentamientos, que viola lo dispuesto por las ONU, y la creación de muros de hormigón han transformado el territorio en sectores aislados entre sí.
Poco les ha valido a los palestinos la postura intransigente de grupos como Hamas y Yihad Islámica, que incluso niegan el derecho a existir del Estado de Israel.
El Papa en esto ha sido categórico y claro: tiene derecho a existir imperturbado Israel, así como tiene derecho a ser un Estado soberano Palestina. Bergolio se ha detenido en oración ante el muro de hormigón que separa los sectores palestinos, como también lo ha hecho ante el monumento que recuerda las víctimas israelíes del terrorismo.
Otro factor que indican las circunstancias, es que la intransigencia de Hamas ya no puede contar con la ayuda de Irán o de Siria, que están reviendo su política exterior, al tiempo que hay muchas presiones para que abandone sus posturas radicalizadas. Su presencia en el gobierno palestino es un signo de este cambio, por más que eso provoque la irritación de Netanyahu, quien dijo no estar dispuesto a negociar con terroristas.
Sin embargo, no es muy realista pensar que desaparezca el grupo que ganó las últimas elecciones palestinas (2006). Su postura beligerante también tiene que ver con los abusos cometidos por el gobierno de Israel a los largo de estos años, con un uso desproporcionado de la fuerza e imponiendo con las armas criterios arbitrarios a las condiciones de vida de los palestinos. Una necesidad provocada por la constante inseguridad, se justifica desde Tel Aviv, pero que es cuestionada internacionalmente.
En este largo conflicto nadie está exento de culpas. Además, cabe recordar que en ambos lados hubo líderes que practicaron el terrorismo. Menahem Begin lo hizo durante el mandato británico y Yasser Arafat contra Israel. Eso no impidió que Begin fuera una figura clave para la paz con Egipto y que Arafat lograra transitar del terrorismo a la política. Ambos fueron galardonados con el Nobel de la Paz.
No sería extraño que los halcones más que las palomas terminen por firmar un acuerdo que ponga fin a 66 años de conflicto.
martes, 24 de junio de 2014
Las armas de la CIA en las manos equivocadas
Tres mil toneladas de armas enviadas entre 2012 y 2013 desde Croacia para pertrechar a los rebeldes en Siria, gracias al soporte de la Central de Inteligencia norteamericana, terminaron en manos del Ejército Islámico de Iraq y el Levante. Lo señalan hoy medios serbios y croatas y en su momento lo señaló The New York Times.
En agosto de 2012 publicamos la intervención del congresista estadunidense Ron Paul (1), republicano, quien planteó el problema de que la ayuda del gobierno de los Estados Unidos a los rebeldes sirios terminaría apoyando a los mismos grupos terroristas contra los cuales, se supone decimos nosotros, se estaría combatiendo en todo el orbe. Era más que un temor. Ya había sucedido durante el conflicto desatado en Libia, que grupos que tanto los Estados Unidos como el Reino Unido y también la ONU incluyen entre los terroristas estaban recibiendo la ayuda occidental, planteando, una vez más, que algo turbio se oculta tras las fachadas de estas organizaciones, cuya actividad muy a menudo se entrelaza con los servicios de inteligencia.
Muchos de estos terroristas, aunque habría que pensar más bien en mercenarios, se trasladaron a Siria. Y es allí donde desde 2011 el plan de derrocar al régimen del presidente Bachar al Assad incluye la colaboración con el terrorismo. Entre los grupos activos en Siria figura precisamente el Frente al Nousra, brazo siriano del Estado Islámico de Iraq y el Levante (EIIL), a su vez vinculado con Al Qaeda. La alerta acerca del peligro de financiar estas milicias ha sido dada en varias oportunidades. En efecto, entre 2012 y 2013, hubo 75 vuelos civiles que desde el aeropuerto de Zagreb, en Croacia, trasladaron, con el soporte logístico de Turquía y Jordania, 3 mil toneladas de armamentos con el apoyo de la central de inteligencia de los Estados Unidos, la CIA. De ello daba fe en marzo de 2013 el propio cotidiano norteamericano New York Times (2) entre las varias señalaciones realizadas por la prensa.
Ante el avance del EIIL , que nadie logra explicar, pues es difícil entender cómo una milicia valuada en unos diez mil efectivos haya ahuyentado un ejército regular, el de Iraq, adiestrado y pertrechado durante diez años por el Pentágono, comienzan a aparecer varios elementos que ponen en tela de juicio la posición oficial de la Casa Blanca, que dese hace días amaga con apoyar el gobierno de Bagdad para repeler a los rebeldes, aunque en realidad poco ha hecho, excluyendo como primera cosa, el envío de tropas en territorio iraquí. Si lo hiciera, el problema principal sería que sus efectivos deberían enfrentarse a las mismas armas enviadas hace más de un año y medio desde Croacia. En efecto, varios medios de Serbia y Croacia, entre ellos el Jutarnji List (3) están publicando fotos de los rebeldes del EIIL con armas enviadas en su momento a los rebeldes sirios. La contundencia de la noticia, se debe al hecho de que se trata de armas que no usan otros países en el conflicto (4). El sitio italiano, Analisi Difesa, a menudo cercano a fuentes militares, se hace eco de la denuncia, citando además el blogger birtánico, Eliot Higgins, quien desde marzo de este año estuvo señalando la presencia en Iraq de armas enviadas a Siria, destacando que ningún otro país de la región hace uso de ellas.
Por otra parte, que la actividad diplomática de la Casa Blanca no está apuntando a pacificar la región en la que nuevamente estalló un conflicto, lo confirma el hecho de que la avanzada del EIIL no ha supuesto un problema para la venta del petróleo iraquí, pese a que el EIIL haya ocupado importantes zonas de producción y de oleoductos. Tanto en Siria como en Iraq, uno de los objetivos de los rebeldes han sido las zonas de producción de crudo. Hasta ahora la Exxon Mobil es la que se ha encargado de la venta del crudo del que se ha apoderado el Frente Al Nousra, mientras que la Aramco (que reúne capitales de los Estados Unidos y Arabia Saudita) se está haciendo cargo del petróleo iraquí en manos del EIIL. Se trata de un mercado, el del crudo, demasiado controlado por Washington para no conjeturar que la Casa Blanca no tiene mucho interés en bloquear al EIIL en Iraq, sino más bien lo contrario. Dividir el país en tres estados, es para los estrategas mucho más fácil de controlar que en la situación actual.
1 Cfr “Estados Unidos apoya a Al Qaeda”, en http://www.ciudadnueva.org.ar/areas-tematicas/internacionales/estados-un...
2 Cfr “Arms airlift to Syria rebels with aid from CIA”, en http://www.nytimes.com/2013/03/25/world/middleeast/arms-airlift-to-syria...
3 Cfr Jutarnji List, 16.6.2014, http://www.jutarnji.hr/bozji-ratnici-ruse-iracke-gradove-hrvatskim-oruzj...
4 El lanzagranadas RBG-6, los lanzacohetes antitanques M79 Osa, y el cañón sin retroceso M60
martes, 17 de junio de 2014
Detras de bambalinas
¿Estamos frente al avance arrollador de los terroristas del Ejército Islámico de Iraq y el Levante, o más bien a deserciones masivas en el ejército iraquí? Parece que va tomando forma el proyecto de rediseñar el mapa de Medio Oriente, creando pequeños Estados étnico-confesionales, más fáciles de ser controlados.
A medida que en los medios de comunicación iban apareciendo las noticias del rebrote del conflicto en Iraq, con la “arrolladora” ofensiva del Ejército Islámico de Iraq y el Levante (EIIL), los que seguimos los acontecimientos en Medio Oriente no podíamos ocultar cierto escepticismo y asombro por el contenido de las mismas.
En primer lugar porque la información distaba mucho de ser creíble. Por débil que sea, ¿puede desmoronarse como un castillo de naipes el ejército iraquí que las fuerzas armadas de los Estados Unidos han entrenado y pertrechado a lo largo de diez años, pagando además el costo humano de 4.500 soldados muertos y al menos 60.000 heridos durante la ocupación del país, desde la invasión de 2003? Cualquiera diría que formar un ejercito que se disuelve en una semana (hubo 150.000 desertores) ha sido un pésimo negocio, doblemente caro. Más asombro causa, por lo tanto, el reclamo de los opositores del presidente Barack Obama, los republicanos que exigen una nueva intervención.
Por otro lado, comparando la información (seria) sobre el conflicto en Siria, no podía no llamar la atención que allí el EIIL lejos de ser una preocupación había sido un aliado de la milicia insurgente y, por lo tanto, por los propios occidentales (Francia, Reino Unido y los EE. UU.) que están apoyando la tentativa de derrocar el régimen del presidente Bashir al-Assad.
A comienzos de 2012, el EIIL creó en Siria el grupo Al Jabath al.Nousra, es decir, el Frente de Apoyo al Pueblo del Levante, siendo la rama siria de Al Qaeda a la que profesaba lealtad. Demasiado para que Washington no incluyera el grupo en el elenco de los terroristas. Una lástima, para el ministro de relaciones exteriores de Francia, Laurent Fabius, quien a fines de 2012 sostenía públicamente que los “chicos” de Al Nousra “están haciendo un buen trabajo”.
Lo que acontece en Iraq, y la decisión de los Estados Unidos de no intervenir parece confirmarlo, indica otra cosa: se intenta llevar a cabo el rediseño del mapa de Medio Oriente, como ya ha sido denunciado en otras oportunidades, con la formación de emiratos que responden a los intereses de las mayorías étnico religiosas locales y de quienes están digitando estos conflictos, entre ellos Arabia Saudita. La “huida” del ejército iraquí permitió al EIIL ocupar el territorio que posiblemente se transformará en un emirato sunita (que en Iraq son minoría, cerca del 40%). El norte quedaría bajo el control de los kurdos, que gozan de particular autonomía desde la declaración de zona de exclusión aérea a partir de 1991, todavía bajo el régimen de Saddam Hussein. Y la mayoría chiita quedaría en la restante parte del territorio, ya que esta población representa el 60%. Hay fuentes que aseguran que hubo altos mandos del ejército iraquí que recibieron dinero a través de los servicios de inteligencia estadounidenses para facilitar las deserciones, aprovechando del caos administrativo en Baghdad.
Para algunos medios, la situación es fruto de la política anti sunita del primer ministro iraquí Nuri al–Maliki, perteneciente a la comunidad chiita. Sin embargo, conviene recordar que en abril, en las elecciones legislativas, la coalición de al-Maliki obtuvo el 25% de los votos, tres veces más que su adversario más directo y sumamente superior al resto de los grupos que competían. Difícilmente habría recibido tantos votos si el descontento habría llegado al punto de determinar una insurrección armada.
Arabia Saudita maneja los hilos de esta situación en su tentativa de imponer la versión del Islam practicada por la monarquía saudita, tan fundamentalista en el discurso hacia afuera, como pragmática hacia adentro en sus concepción moral y en su lujosa vida. Tras la figura del líder principal del EIIL, Abu Bakr al-Baghdadi, una figura oscura vinculada a Al Qaeda y liberada inexplicablemente en 2010, y desde entonces comprometido en poner esta milicia sunita bajo el ala de la organización terrorista, se oculta el verdadero conductor del EIIL, el príncipe saudita Abdul Rahman al-Faisal, hermano de Saud al-Faisal, canciller saudita, y Turki al-Faisal, ex directores de los servicios de inteligencia y hoy embajador en Londres y Washington. Aprovechando las circunstancias del desorden en Ucrania, los príncipes Faisal, adquirieron una fábrica de armas en ese país y desde mayo importantes cargamentos de pertrechos están llegando a Iraq vía Turquía, para abastecer al EIIL. Nada podría verificarse sin un visto bueno de la OTAN, ergo, de sus integrantes principales.
Mientras el conflicto en Siria tuvo chances de derrocar al presidente Assad, posiblemente la idea era de una partición del país y de la región (en el mapa se puede visionar una versión del proyecto que remonta a 2006). Más de una voz se levantó para denunciar estos planes, como la del patriarca de los cristianos maronitas, Bechara Rai (1). Pero eso fue antes de que los propios milicianos comenzaran a luchar entre sí y que fracasara la tentativa de obtener el espaldarazo de los bombardeos estadounidenses contra las tropas de Damasco, como represalia por el uso de armas químicas que, en realidad, utilizaron los propios rebeldes. Ese plan, al menos hasta ahora, fue desbaratado gracias a la firme intervención de Rusia que se opuso a un ataque estadounidense contra Siria.
Quedan muchos puntos oscuros, acerca de cuál es el plan general que se está aplicando y, por sobre todo, su lógica. Pero no hay dudas, desde que comenzó la desgraciada aventura de la invasión de Iraq (y de Afganistán), que gran parte de los que se dice no corresponde a la realidad.
A medida que en los medios de comunicación iban apareciendo las noticias del rebrote del conflicto en Iraq, con la “arrolladora” ofensiva del Ejército Islámico de Iraq y el Levante (EIIL), los que seguimos los acontecimientos en Medio Oriente no podíamos ocultar cierto escepticismo y asombro por el contenido de las mismas.
En primer lugar porque la información distaba mucho de ser creíble. Por débil que sea, ¿puede desmoronarse como un castillo de naipes el ejército iraquí que las fuerzas armadas de los Estados Unidos han entrenado y pertrechado a lo largo de diez años, pagando además el costo humano de 4.500 soldados muertos y al menos 60.000 heridos durante la ocupación del país, desde la invasión de 2003? Cualquiera diría que formar un ejercito que se disuelve en una semana (hubo 150.000 desertores) ha sido un pésimo negocio, doblemente caro. Más asombro causa, por lo tanto, el reclamo de los opositores del presidente Barack Obama, los republicanos que exigen una nueva intervención.
Por otro lado, comparando la información (seria) sobre el conflicto en Siria, no podía no llamar la atención que allí el EIIL lejos de ser una preocupación había sido un aliado de la milicia insurgente y, por lo tanto, por los propios occidentales (Francia, Reino Unido y los EE. UU.) que están apoyando la tentativa de derrocar el régimen del presidente Bashir al-Assad.
A comienzos de 2012, el EIIL creó en Siria el grupo Al Jabath al.Nousra, es decir, el Frente de Apoyo al Pueblo del Levante, siendo la rama siria de Al Qaeda a la que profesaba lealtad. Demasiado para que Washington no incluyera el grupo en el elenco de los terroristas. Una lástima, para el ministro de relaciones exteriores de Francia, Laurent Fabius, quien a fines de 2012 sostenía públicamente que los “chicos” de Al Nousra “están haciendo un buen trabajo”.
Lo que acontece en Iraq, y la decisión de los Estados Unidos de no intervenir parece confirmarlo, indica otra cosa: se intenta llevar a cabo el rediseño del mapa de Medio Oriente, como ya ha sido denunciado en otras oportunidades, con la formación de emiratos que responden a los intereses de las mayorías étnico religiosas locales y de quienes están digitando estos conflictos, entre ellos Arabia Saudita. La “huida” del ejército iraquí permitió al EIIL ocupar el territorio que posiblemente se transformará en un emirato sunita (que en Iraq son minoría, cerca del 40%). El norte quedaría bajo el control de los kurdos, que gozan de particular autonomía desde la declaración de zona de exclusión aérea a partir de 1991, todavía bajo el régimen de Saddam Hussein. Y la mayoría chiita quedaría en la restante parte del territorio, ya que esta población representa el 60%. Hay fuentes que aseguran que hubo altos mandos del ejército iraquí que recibieron dinero a través de los servicios de inteligencia estadounidenses para facilitar las deserciones, aprovechando del caos administrativo en Baghdad.
Para algunos medios, la situación es fruto de la política anti sunita del primer ministro iraquí Nuri al–Maliki, perteneciente a la comunidad chiita. Sin embargo, conviene recordar que en abril, en las elecciones legislativas, la coalición de al-Maliki obtuvo el 25% de los votos, tres veces más que su adversario más directo y sumamente superior al resto de los grupos que competían. Difícilmente habría recibido tantos votos si el descontento habría llegado al punto de determinar una insurrección armada.
Arabia Saudita maneja los hilos de esta situación en su tentativa de imponer la versión del Islam practicada por la monarquía saudita, tan fundamentalista en el discurso hacia afuera, como pragmática hacia adentro en sus concepción moral y en su lujosa vida. Tras la figura del líder principal del EIIL, Abu Bakr al-Baghdadi, una figura oscura vinculada a Al Qaeda y liberada inexplicablemente en 2010, y desde entonces comprometido en poner esta milicia sunita bajo el ala de la organización terrorista, se oculta el verdadero conductor del EIIL, el príncipe saudita Abdul Rahman al-Faisal, hermano de Saud al-Faisal, canciller saudita, y Turki al-Faisal, ex directores de los servicios de inteligencia y hoy embajador en Londres y Washington. Aprovechando las circunstancias del desorden en Ucrania, los príncipes Faisal, adquirieron una fábrica de armas en ese país y desde mayo importantes cargamentos de pertrechos están llegando a Iraq vía Turquía, para abastecer al EIIL. Nada podría verificarse sin un visto bueno de la OTAN, ergo, de sus integrantes principales.
Mientras el conflicto en Siria tuvo chances de derrocar al presidente Assad, posiblemente la idea era de una partición del país y de la región (en el mapa se puede visionar una versión del proyecto que remonta a 2006). Más de una voz se levantó para denunciar estos planes, como la del patriarca de los cristianos maronitas, Bechara Rai (1). Pero eso fue antes de que los propios milicianos comenzaran a luchar entre sí y que fracasara la tentativa de obtener el espaldarazo de los bombardeos estadounidenses contra las tropas de Damasco, como represalia por el uso de armas químicas que, en realidad, utilizaron los propios rebeldes. Ese plan, al menos hasta ahora, fue desbaratado gracias a la firme intervención de Rusia que se opuso a un ataque estadounidense contra Siria.
Quedan muchos puntos oscuros, acerca de cuál es el plan general que se está aplicando y, por sobre todo, su lógica. Pero no hay dudas, desde que comenzó la desgraciada aventura de la invasión de Iraq (y de Afganistán), que gran parte de los que se dice no corresponde a la realidad.
miércoles, 11 de junio de 2014
La integracion y sus laberintos
Hay pocas dudas acerca de avanzar en la integración latinoamericana. Para eso hace falta encarar múltiples desafíos, políticos y de infraestructura, con una mirada y con propuestas superadoras.
Hablar de integración suele evocar el sueño de un bloque latinoamericano con su propio peso político y económico. Es difícil saber si se podrá alcanzar este objetivo, aunque sin duda nos encontramos en circunstancias distintas, comparadas con décadas anteriores.
Un giro político
Varios factores intervinieron en este cambio. En primer lugar, la consolidación de Brasil como potencia regional. Hoy su economía figura entre las primeras siete del planeta y, junto con China, Rusia e India, integra el grupo de potencias emergentes conocido como BRIC. Cuenta con la mejor y más profesional plantilla de diplomáticos de la región y nadie puede disputar su liderazgo en América latina.
Por otro lado, mientras mermaba el interés de la Casa Blanca por América latina, en la última década hubo un giro ideológico en los gobiernos de varios países que tomaron distancia del esquema aplicado en el pasado, por el que la región cumplía un rol subalterno a los objetivos de Washington. Una muestra de ello fue el inédito cambio de agenda impuesto en dos Cumbres de las Américas, en 2005 y 2012, respecto de los temas preferidos por la Casa Blanca.
Este distanciamiento fue ampliado por la decisión de Brasil, Argentina, Uruguay, Ecuador y Venezuela de pagar la deuda con el FMI –evitando así las presiones de un organismo influido por la Casa Blanca–, y por la institución de la UNASUR (2008), y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC (2010), dos ámbitos que proponen franquear el excesivo peso estadounidense en la Organización de Estados Americanos (OEA).
Más recientemente comenzó a evidenciarse el rol de la UNASUR, como en el caso de la crisis política de Venezuela, en la que facilitó el diálogo entre gobierno y oposición.
Herramientas
CELAC y UNASUR se constituyen entonces como herramienta de integración política, aunque el sistema sudamericano de organismos de integración que debería haber promovido la segunda entidad no ha ido más allá de las declaraciones y de intentos poco contundentes. La institución del Banco del Sur (BANSUR), en teoría un pilar para la integración latinoamericana, con el fin de promover el desarrollo regional, todavía carece de peso propio y de recursos más sustanciosos. Hasta 2013 disponía del 30 % de los 20 mil dólares de dotación inicial.
La integración económica, respecto de la política, parece avanzar más en clave subregional, siguiendo los pasos de entidades como el ALBA, la CAN, el Mercosur y la más reciente Alianza del Pacífico. Los últimos dos procesos son los que registran más avances.
La Alianza ya abolió los aranceles sobre el 92 % de sus productos y concita la atención hasta de países europeos. La integran Chile, Perú, Colombia y México, y están por ingresar Costa Rica y Panamá. Creada en 2011, ya supera al Mercosur en captación de inversiones externas directas.
Por su parte, luego de cierto estancamiento, el Mercosur ha retomado recientemente dinamismo con la incorporación de Venezuela y próximamente, de Bolivia.
Se critica un supuesto enfoque neoliberal de la Alianza del Pacífico. No coincide con esta visión el ex presidente de Chile, el socialista Ricardo Lagos, quien invitó a superar recelos para mirar estratégicamente las oportunidades que ofrece el comercio con Asia, para lo cual los puertos sobre el océano Pacífico son un verdadero trampolín. Este debate ideológico, para el ex presidente uruguayo, Luis Alberto Lacalle, firmatario del tratado que instituyó en 1991 el Mercosur, puede opacar los objetivos de la integración comercial.
En realidad, el tema de fondo es la ausencia de mecanismos institucionales que permitan avanzar en el proceso sin tener que recurrir a las cumbres de presidentes para resolver temas técnicos, como las trabas a las exportaciones o la competencia entre sectores industriales.
Las rutas del comercio
Los argumentos de Lagos señalan indirectamente el importante déficit de infraestructura de la región: para avanzar en la integración económica es preciso contar con red de transporte que facilite la interconexión entre países: autopistas, puertos, vías fluviales, ferrocarriles, aeropuertos, transporte de energía, gasoductos, etcétera.
En efecto, los datos confirman cuánto influye este déficit puesto que el comercio entre países de América latina representa menos del 20 % de sus exportaciones, mientras que en la Unión Europea (UE) eso representa más del 71 % y en Asia el 58 %.
Aún considerando el diferente nivel económico y la extensa superficie latinoamericana (cinco veces más grande que la europea), la comparación con la infraestructura de la UE dice por dónde “transita” el desarrollo. El Viejo Continente cuenta con 228 mil km de ferrocarriles, 67 mil km de autopistas, 107 mil km de gasoductos y 44 mil km de vías fluviales, más de 3.300 aeropuertos y cientos de puertos. La comparación abruma si se considera que todavía Latinoamérica no cuenta con una red de autopistas que interconecten los países, ni hablar de ferrocarriles (en decadencia en casi toda la región); la ribera atlántica posee apenas dos o tres puertos de aguas profundas, hay contenciosos no resueltos por el dragado de las vías fluviales plurinacionales... Es todavía un proyecto la realización de corredores bioceánicos que interconecten la orilla pacífica con la atlántica de Sudamérica, para facilitar el comercio tanto con Asia como con Europa.
Una nueva mentalidad
Acaso el desafío más importante para todo este proceso sea representado por la adquisición de una “cultura de la integración”. Por un lado se trata de asumir que, interdependientes como somos, ningún país puede alcanzar por sí mismo el desarrollo, concepto que hoy ingloba más aspectos, como el de la sustentabilidad medioambiental o la seguridad, entre otros.
Las barreras mentales a veces son más consistentes que la propia cordillera de los Andes, fruto de las herencias de nuestra historia. Valga como ejemplo las difíciles relaciones entre Perú, Bolivia y Chile, consecuencia de la Guerra del Pacífico disputada hace más de 130 años. Bolivia no sólo no le vende gas a Chile, sino que una cláusula del contrato por el que le vende gas a la Argentina prohíbe que el fluido pueda ser revendido y llegar a tierra chilena. El complejo entuerto de la salida al mar soberana, que Bolivia reclama, hace que sea difícil avanzar en una mejor integración entre los tres países si antes no se supera la cuestión.
Recientemente, Costa Rica y Nicaragua han tenido tensiones por cuestiones limítrofes y también las han manifestado El Salvador con Honduras. El flamante presidente salvadoreño supo dar un buen ejemplo de cómo encarar un conflicto: cuando la disputa con Tegucigalpa por la posesión de una diminuta isla en el Golfo de Fonseca alcanzó un nivel preocupante, realizó una propuesta superadora: transformar ese espejo de agua compartido por su país, Honduras y Nicaragua en un polo de desarrollo económico y comercial, que fue aceptada por sus pares.
Vuelve aquí el tema del liderazgo brasileño, que es clave para enfocar y superar los desafíos de la región. Este liderazgo tiene ventajas pero también costos. Y hasta ahora el gobierno de Brasil no pareció demasiado dispuesto a pagarlos.
El tema no es menor. No habría UE si Francia, Alemania y Reino Unido no se hubieran alternado en el liderazgo. Y fue precisamente eso lo que permitió, apenas cinco años después del segundo conflicto mundial, cuando todavía se estaban recuperando de los destrozos de una guerra en la que fueron enemigos, que Francia, Alemania e Italia dieran comienzo al proceso de integración en 1950.
A veces los desafíos se transforman en laberintos pero, como enseña Leopoldo Marechal, de un laberinto se sale por arriba. El proceso de integración necesita de miradas superadoras.
Hablar de integración suele evocar el sueño de un bloque latinoamericano con su propio peso político y económico. Es difícil saber si se podrá alcanzar este objetivo, aunque sin duda nos encontramos en circunstancias distintas, comparadas con décadas anteriores.
Un giro político
Varios factores intervinieron en este cambio. En primer lugar, la consolidación de Brasil como potencia regional. Hoy su economía figura entre las primeras siete del planeta y, junto con China, Rusia e India, integra el grupo de potencias emergentes conocido como BRIC. Cuenta con la mejor y más profesional plantilla de diplomáticos de la región y nadie puede disputar su liderazgo en América latina.
Por otro lado, mientras mermaba el interés de la Casa Blanca por América latina, en la última década hubo un giro ideológico en los gobiernos de varios países que tomaron distancia del esquema aplicado en el pasado, por el que la región cumplía un rol subalterno a los objetivos de Washington. Una muestra de ello fue el inédito cambio de agenda impuesto en dos Cumbres de las Américas, en 2005 y 2012, respecto de los temas preferidos por la Casa Blanca.
Este distanciamiento fue ampliado por la decisión de Brasil, Argentina, Uruguay, Ecuador y Venezuela de pagar la deuda con el FMI –evitando así las presiones de un organismo influido por la Casa Blanca–, y por la institución de la UNASUR (2008), y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC (2010), dos ámbitos que proponen franquear el excesivo peso estadounidense en la Organización de Estados Americanos (OEA).
Más recientemente comenzó a evidenciarse el rol de la UNASUR, como en el caso de la crisis política de Venezuela, en la que facilitó el diálogo entre gobierno y oposición.
Herramientas
CELAC y UNASUR se constituyen entonces como herramienta de integración política, aunque el sistema sudamericano de organismos de integración que debería haber promovido la segunda entidad no ha ido más allá de las declaraciones y de intentos poco contundentes. La institución del Banco del Sur (BANSUR), en teoría un pilar para la integración latinoamericana, con el fin de promover el desarrollo regional, todavía carece de peso propio y de recursos más sustanciosos. Hasta 2013 disponía del 30 % de los 20 mil dólares de dotación inicial.
La integración económica, respecto de la política, parece avanzar más en clave subregional, siguiendo los pasos de entidades como el ALBA, la CAN, el Mercosur y la más reciente Alianza del Pacífico. Los últimos dos procesos son los que registran más avances.
La Alianza ya abolió los aranceles sobre el 92 % de sus productos y concita la atención hasta de países europeos. La integran Chile, Perú, Colombia y México, y están por ingresar Costa Rica y Panamá. Creada en 2011, ya supera al Mercosur en captación de inversiones externas directas.
Por su parte, luego de cierto estancamiento, el Mercosur ha retomado recientemente dinamismo con la incorporación de Venezuela y próximamente, de Bolivia.
Se critica un supuesto enfoque neoliberal de la Alianza del Pacífico. No coincide con esta visión el ex presidente de Chile, el socialista Ricardo Lagos, quien invitó a superar recelos para mirar estratégicamente las oportunidades que ofrece el comercio con Asia, para lo cual los puertos sobre el océano Pacífico son un verdadero trampolín. Este debate ideológico, para el ex presidente uruguayo, Luis Alberto Lacalle, firmatario del tratado que instituyó en 1991 el Mercosur, puede opacar los objetivos de la integración comercial.
En realidad, el tema de fondo es la ausencia de mecanismos institucionales que permitan avanzar en el proceso sin tener que recurrir a las cumbres de presidentes para resolver temas técnicos, como las trabas a las exportaciones o la competencia entre sectores industriales.
Las rutas del comercio
Los argumentos de Lagos señalan indirectamente el importante déficit de infraestructura de la región: para avanzar en la integración económica es preciso contar con red de transporte que facilite la interconexión entre países: autopistas, puertos, vías fluviales, ferrocarriles, aeropuertos, transporte de energía, gasoductos, etcétera.
En efecto, los datos confirman cuánto influye este déficit puesto que el comercio entre países de América latina representa menos del 20 % de sus exportaciones, mientras que en la Unión Europea (UE) eso representa más del 71 % y en Asia el 58 %.
Aún considerando el diferente nivel económico y la extensa superficie latinoamericana (cinco veces más grande que la europea), la comparación con la infraestructura de la UE dice por dónde “transita” el desarrollo. El Viejo Continente cuenta con 228 mil km de ferrocarriles, 67 mil km de autopistas, 107 mil km de gasoductos y 44 mil km de vías fluviales, más de 3.300 aeropuertos y cientos de puertos. La comparación abruma si se considera que todavía Latinoamérica no cuenta con una red de autopistas que interconecten los países, ni hablar de ferrocarriles (en decadencia en casi toda la región); la ribera atlántica posee apenas dos o tres puertos de aguas profundas, hay contenciosos no resueltos por el dragado de las vías fluviales plurinacionales... Es todavía un proyecto la realización de corredores bioceánicos que interconecten la orilla pacífica con la atlántica de Sudamérica, para facilitar el comercio tanto con Asia como con Europa.
Una nueva mentalidad
Acaso el desafío más importante para todo este proceso sea representado por la adquisición de una “cultura de la integración”. Por un lado se trata de asumir que, interdependientes como somos, ningún país puede alcanzar por sí mismo el desarrollo, concepto que hoy ingloba más aspectos, como el de la sustentabilidad medioambiental o la seguridad, entre otros.
Las barreras mentales a veces son más consistentes que la propia cordillera de los Andes, fruto de las herencias de nuestra historia. Valga como ejemplo las difíciles relaciones entre Perú, Bolivia y Chile, consecuencia de la Guerra del Pacífico disputada hace más de 130 años. Bolivia no sólo no le vende gas a Chile, sino que una cláusula del contrato por el que le vende gas a la Argentina prohíbe que el fluido pueda ser revendido y llegar a tierra chilena. El complejo entuerto de la salida al mar soberana, que Bolivia reclama, hace que sea difícil avanzar en una mejor integración entre los tres países si antes no se supera la cuestión.
Recientemente, Costa Rica y Nicaragua han tenido tensiones por cuestiones limítrofes y también las han manifestado El Salvador con Honduras. El flamante presidente salvadoreño supo dar un buen ejemplo de cómo encarar un conflicto: cuando la disputa con Tegucigalpa por la posesión de una diminuta isla en el Golfo de Fonseca alcanzó un nivel preocupante, realizó una propuesta superadora: transformar ese espejo de agua compartido por su país, Honduras y Nicaragua en un polo de desarrollo económico y comercial, que fue aceptada por sus pares.
Vuelve aquí el tema del liderazgo brasileño, que es clave para enfocar y superar los desafíos de la región. Este liderazgo tiene ventajas pero también costos. Y hasta ahora el gobierno de Brasil no pareció demasiado dispuesto a pagarlos.
El tema no es menor. No habría UE si Francia, Alemania y Reino Unido no se hubieran alternado en el liderazgo. Y fue precisamente eso lo que permitió, apenas cinco años después del segundo conflicto mundial, cuando todavía se estaban recuperando de los destrozos de una guerra en la que fueron enemigos, que Francia, Alemania e Italia dieran comienzo al proceso de integración en 1950.
A veces los desafíos se transforman en laberintos pero, como enseña Leopoldo Marechal, de un laberinto se sale por arriba. El proceso de integración necesita de miradas superadoras.
lunes, 9 de junio de 2014
El gesto espiritual y tambien politico de Bergoglio
La convocatoria al presidente palestino y al de Israel de orar por la superación del conflicto en Tierra Santa, además de un profundo significado religioso, también representa un gesto de mucho peso político.
Si bien la iniciativa del Papa Francisco de orar por la paz en Tierra Santa, entre israelíes y palestinos, tuvo un carácter eminentemente espiritual, es imposible no valorar también su peso político. Jorge Mario Bergoglio es un hombre que ha demostrado en varias oportunidades su gran capacidad de operar políticamente, por lo que es muy posible que su iniciativa haya tenido varios objetivos.
En primer lugar, la presencia de dos altas autoridades de ambas partes en un evento espiritual dice que el conflicto no es religioso, sino político.
A su vez, en coherencia con la permanente invitación que el Papa hace a los cristianos de comprometerse con la realidad en la que vivimos, su gesto sitúa la Iglesia católica en una de las tantas "fronteras" de nuestro siglo: la paz. Entre las reformas internas emprendidas por Francisco, figura también la de devolver a la Iglesia un rol transparente en la defensa y la preservación de la convivencia pacífica, un bien irrenunciable. No ha sido tan clara esta política en años anteriores, cuando la influencia de los neocons estadounidenses llegó hasta los muros vaticanos, pretendiendo indirectamente avalar la invasión de Iraq bajo la categoría de "guerra justa". Un operativo muy sutil que modificó por lo bajo la clara línea política determinada por Juan Pablo II, en ese entonces ya enfermo.
El reciente viaje de Bergoglio a Tierra Santa a fines de mayo, fue oportunidad para afirmar también con total claridad la postura de la Iglesia que reconoce por igual tanto del derecho del Estado de Israel a existir, como el derecho de los palestinos a un Estado independiente y soberano. Bergoglio rezó en el Muro del Templo (conocido con el de los Lamentos), pero rompió el protocolo dos veces, para rezar contra el muro de hormigón que, literalmente, enjaula los poblados palestinos. Ante el indirecto reproche del primer ministro Benjamín Netanyahu, el Papa no tuvo inconveniente de ir a rezar por las víctimas del terrorismo ante el monumento que las recuerda. Con sus gestos, reforzó la postura que reconoce derechos y condena la violencia como método para conseguirlos. Eso le da a la Iglesia la necesaria equidistancia para hablar con autoridad moral. Ningún rabino, de lo contrario, lo habría acompañado al Muro del Templo para fundirse allí en un abrazo junto a un representante del Islam, como lo ha hecho el argentino Abraham Skorka.
Por otra parte, la iniciativa Vaticana acontece en un momento que si bien es crítico para el proceso de paz, estancado como está pese a la iniciativa de Washington, también encierra una excelente oportunidad.
Luego de siete años de divisiones y de luchas internas resueltas incluso con las armas, los palestinos vuelven a recuperar su unidad política con la reconciliación entre sus principales facciones, Hamas y Fatah. El anuncio de un Gobierno de unidad es sin duda una buena notica para el proceso de paz. Pese a su pasado terrorista y fundamentalista, Hamas difícilmente podrá participar de un Ejecutivo que muchos países reconocen como el de un Estado independiente y soberano sin abandonar sus posturas más radicalizadas y violentas, comenzando por el propósito de lograr la destrucción de Israel.
Hay demasiada visibilidad, adquirida también gracias a la iniciativa espiritual del Papa, como para desperdiciar esta oportunidad con gestos irresponsables. Mahmud Abbas lo sabe, de lo contrario difícilmente habría aceptado exponerse tanto al aceptar la invitación papal. Evidentemente, hay un proceso de cambio interno en Hamas.
Si bien la presencia del presidente Shimon Peres no tenía el peso político de su Jefe de Gobierno, puesto que el presidente del Estado de Israel cumple una función más bien protocolar, no caben dudas de que igualmente se trató de una encumbrada figura del aparato estatal además ideológicamente representativa de una importante porción de la opinión pública.
La invitación no fue cursada al primer ministro Netanyahu, porque habría obtenido un rotundo rechazo, como además lo demuestra el silencio que se ha impuesto el propio jefe del Ejecutivo. Sin embargo, Netanyahu tampoco puede negar en nombre de una circunstancial mayoría oficialista que hay una cantidad de conciudadanos que anhelan un acuerdo de paz que ponga fin a un conflicto que dura desde hace 66 años.
Netanyahu se opone a negociar con una Autoridad Nacional Palestina que incluya a los terroristas de Hamas (y también al grupo Yihad Islámica), pero tampoco puede soslayar que su gobierno es sostenido por grupos que propugnan resolver el conflicto deportando a la fuerza a Jordania a todos los palestinos, que su Ejército aplica métodos similares a los que usa el terrorismo, y que su política de ampliación de los asentamientos israelíes en territorio palestino además de una provocación es una injusticia que viola lo dispuesto por las resoluciones de las Naciones Unidad al respecto.
Nadie puede pretender sentarse a una mesa de negociación con una contraparte impoluta. El haber participado de un conflicto hace que todos de algunas maneras lleguen con las manos ensangrentadas. Pero aquí el tema no es el pasado, sino el futuro. La iniciativa del Papa tiene chances de volver a encauzar un proceso al que todo el mundo desea éxito.
Si bien la iniciativa del Papa Francisco de orar por la paz en Tierra Santa, entre israelíes y palestinos, tuvo un carácter eminentemente espiritual, es imposible no valorar también su peso político. Jorge Mario Bergoglio es un hombre que ha demostrado en varias oportunidades su gran capacidad de operar políticamente, por lo que es muy posible que su iniciativa haya tenido varios objetivos.
En primer lugar, la presencia de dos altas autoridades de ambas partes en un evento espiritual dice que el conflicto no es religioso, sino político.
A su vez, en coherencia con la permanente invitación que el Papa hace a los cristianos de comprometerse con la realidad en la que vivimos, su gesto sitúa la Iglesia católica en una de las tantas "fronteras" de nuestro siglo: la paz. Entre las reformas internas emprendidas por Francisco, figura también la de devolver a la Iglesia un rol transparente en la defensa y la preservación de la convivencia pacífica, un bien irrenunciable. No ha sido tan clara esta política en años anteriores, cuando la influencia de los neocons estadounidenses llegó hasta los muros vaticanos, pretendiendo indirectamente avalar la invasión de Iraq bajo la categoría de "guerra justa". Un operativo muy sutil que modificó por lo bajo la clara línea política determinada por Juan Pablo II, en ese entonces ya enfermo.
El reciente viaje de Bergoglio a Tierra Santa a fines de mayo, fue oportunidad para afirmar también con total claridad la postura de la Iglesia que reconoce por igual tanto del derecho del Estado de Israel a existir, como el derecho de los palestinos a un Estado independiente y soberano. Bergoglio rezó en el Muro del Templo (conocido con el de los Lamentos), pero rompió el protocolo dos veces, para rezar contra el muro de hormigón que, literalmente, enjaula los poblados palestinos. Ante el indirecto reproche del primer ministro Benjamín Netanyahu, el Papa no tuvo inconveniente de ir a rezar por las víctimas del terrorismo ante el monumento que las recuerda. Con sus gestos, reforzó la postura que reconoce derechos y condena la violencia como método para conseguirlos. Eso le da a la Iglesia la necesaria equidistancia para hablar con autoridad moral. Ningún rabino, de lo contrario, lo habría acompañado al Muro del Templo para fundirse allí en un abrazo junto a un representante del Islam, como lo ha hecho el argentino Abraham Skorka.
Por otra parte, la iniciativa Vaticana acontece en un momento que si bien es crítico para el proceso de paz, estancado como está pese a la iniciativa de Washington, también encierra una excelente oportunidad.
Luego de siete años de divisiones y de luchas internas resueltas incluso con las armas, los palestinos vuelven a recuperar su unidad política con la reconciliación entre sus principales facciones, Hamas y Fatah. El anuncio de un Gobierno de unidad es sin duda una buena notica para el proceso de paz. Pese a su pasado terrorista y fundamentalista, Hamas difícilmente podrá participar de un Ejecutivo que muchos países reconocen como el de un Estado independiente y soberano sin abandonar sus posturas más radicalizadas y violentas, comenzando por el propósito de lograr la destrucción de Israel.
Hay demasiada visibilidad, adquirida también gracias a la iniciativa espiritual del Papa, como para desperdiciar esta oportunidad con gestos irresponsables. Mahmud Abbas lo sabe, de lo contrario difícilmente habría aceptado exponerse tanto al aceptar la invitación papal. Evidentemente, hay un proceso de cambio interno en Hamas.
Si bien la presencia del presidente Shimon Peres no tenía el peso político de su Jefe de Gobierno, puesto que el presidente del Estado de Israel cumple una función más bien protocolar, no caben dudas de que igualmente se trató de una encumbrada figura del aparato estatal además ideológicamente representativa de una importante porción de la opinión pública.
La invitación no fue cursada al primer ministro Netanyahu, porque habría obtenido un rotundo rechazo, como además lo demuestra el silencio que se ha impuesto el propio jefe del Ejecutivo. Sin embargo, Netanyahu tampoco puede negar en nombre de una circunstancial mayoría oficialista que hay una cantidad de conciudadanos que anhelan un acuerdo de paz que ponga fin a un conflicto que dura desde hace 66 años.
Netanyahu se opone a negociar con una Autoridad Nacional Palestina que incluya a los terroristas de Hamas (y también al grupo Yihad Islámica), pero tampoco puede soslayar que su gobierno es sostenido por grupos que propugnan resolver el conflicto deportando a la fuerza a Jordania a todos los palestinos, que su Ejército aplica métodos similares a los que usa el terrorismo, y que su política de ampliación de los asentamientos israelíes en territorio palestino además de una provocación es una injusticia que viola lo dispuesto por las resoluciones de las Naciones Unidad al respecto.
Nadie puede pretender sentarse a una mesa de negociación con una contraparte impoluta. El haber participado de un conflicto hace que todos de algunas maneras lleguen con las manos ensangrentadas. Pero aquí el tema no es el pasado, sino el futuro. La iniciativa del Papa tiene chances de volver a encauzar un proceso al que todo el mundo desea éxito.
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viernes, 23 de mayo de 2014
Colombia elige enre futuro y pasado
Este domingo los colombianos tendrán que elegir entre seguir en el proceso de paz comenzado por el presidente Juan Manuel Santos o regresar a la opción militar de derrotar con las armas a la guerrilla de las FARC que plantea Osvar Iván Zuluaga.
A tres días de las elecciones presidenciales colombianas, los dos principales candidatos de una campaña fuertemente polémica, el actual presidente Juan Manuel Santos, y el opositor Oscar Iván Zuluaga se encuentran con las intenciones de voto prácticamente empatadas, en el 30 por ciento, mientras que los demás candidatos se estancan, lejos, sin superar el 10 por ciento.
Anoche, los cinco candidatos presidenciales participaron de un debate televisivo para debatir sus propuestas. Hubo duras acusaciones cruzadas entre Santos y Zuluaga. El primero acusó al candidato del Centro Democrático de querer boicotear el delicado proceso de paz con la guerrilla de las FARC, al haber contactado un hacker, hoy detenido, según muestra una grabación de video. Por su parte, el presidente fue acusado de haber recibido en 2010 dinero del narcotráfico para su campaña electoral.
El tema central de este debate es, en realidad, cómo Colombia debe afrontar su futuro inmediato, es decir cómo superar de una vez por todas casi medio siglo de conflicto interno y cómo seguir insertándose en el mundo, aprovechando una coyuntura que le es favorable.
Zuluaga es un economista con experiencia de gestión empresaria, de fuerte vinculación con el ex presidente Álvaro Uribe, como en su momento la tuvo el propio presidente Santos. Uribe representa la solución militar ante el conflicto con la guerrilla y se opone terminantemente al actual proceso de paz. Durante su gobierno, del que Santos fue ministro de Defensa, se pudieron asestar importantes golpes a la guerrilla y recuperar la libertad de trasladarse de una ciudad a otra, luego de años durante los cuales la ciudadanía vivió virtualmente sitiada por los insurgentes. Sin embargo, mantener esta opción militar seguían manteniendo el país en la lógica de un conflicto interno que sólo podrían acabar con la total derrota militar de los enemigos.
Durante su gestión, Uribe condujo el país hacia el aislamiento respecto de la región, con un alineamiento ideológico con la política de Washington. El enfrentamiento y la ruptura de relaciones con Venezuela fue muestra de ello.
Santos conocía muy bien las contrapartidas de estas políticas y optó por romper sus lazos con Uribe al asumir como presidente. Restableció lazos con Venezuela y el resto de la región, y tuvo la lucidez de considerar que una guerra, aún en el caso de ganarla, siempre supone víctimas y también atropellos, vencedores pero también vencidos. Con la ulterior complicación de que en un conflicto interno, todos estos actores y sus heridas abiertas comparten el mismo territorio y a menudo la misma comunidad. De ahí su opción por entablar negociaciones de paz con las FARC.
Lo asiste el convencimiento, que no es sólo el suyo sino también de muchos sectores económicos, de que el país tiene mucho que ganar si logra superar este conflicto, pudiendo incluso disputar a la Argentina el tercer lugar como economía más poderosa de América latina luego de Brasil y México, lo cual significa asegurar crecimiento y desarrollo para todo el país. Colombia sigue creciendo entre un 4 y un 5 por ciento anual y su PBI se acerca a los 450 mil millones de dólares, mientras que la Argentina se ha estancado, con un PBI cercano a los 650 mil millones de dólares.
No ha sido, ni será un proceso fácil. Las FARC están tratando de sacar todas las ventajas posibles, aprovechando de que, además, no se ha establecido una tregua militar durante las negociaciones. Los guerrilleros saben que el seguir en el conflicto no tiene futuro, pero necesitan asegurarse sus supervivencia política una vez depuestas las armas. Por eso mismo, las negociaciones se han prolongado más de la cuenta y en noviembre cumplirán dos años con resultados alcanzados sobre apenas la mitad de los puntos claves en discusión.
Sin embargo, es el equilibro entre la mejor paz posible y el precio de seguir en estado de guerra. La propuesta de Zuluaga, que coincide con la postura de Uribe, es la de borrar de un plumazo el proceso de paz y volver a la opción militar. Es la apuesta a la seguridad garantizada por la fuerzas armadas a los ciudadanos, sobre todo a los escépticos y adversarios de la ideología izquierdista de las FARC, que evidentemente cuenta con bastantes apoyos en la opinión pública.
Quizás haya jugado a favor de este empate, cierta debilidad en el liderazgo manifestada por Santos, sobre todo a la hora de utilizar más pedagogía para explicar a los colombianos los alcances y la importancia de optar por la paz y las oportunidades de desarrollo que implica poner fin al conflicto.
Dentro de tres días, posiblemente los colombianos estar eligiendo como nunca entre proyectarse hacia un futuro promisorio o regresar a un pasado que, al menos aparentemente, da mayor seguridad pese a las muchas incógnitas.
A tres días de las elecciones presidenciales colombianas, los dos principales candidatos de una campaña fuertemente polémica, el actual presidente Juan Manuel Santos, y el opositor Oscar Iván Zuluaga se encuentran con las intenciones de voto prácticamente empatadas, en el 30 por ciento, mientras que los demás candidatos se estancan, lejos, sin superar el 10 por ciento.
Anoche, los cinco candidatos presidenciales participaron de un debate televisivo para debatir sus propuestas. Hubo duras acusaciones cruzadas entre Santos y Zuluaga. El primero acusó al candidato del Centro Democrático de querer boicotear el delicado proceso de paz con la guerrilla de las FARC, al haber contactado un hacker, hoy detenido, según muestra una grabación de video. Por su parte, el presidente fue acusado de haber recibido en 2010 dinero del narcotráfico para su campaña electoral.
El tema central de este debate es, en realidad, cómo Colombia debe afrontar su futuro inmediato, es decir cómo superar de una vez por todas casi medio siglo de conflicto interno y cómo seguir insertándose en el mundo, aprovechando una coyuntura que le es favorable.
Zuluaga es un economista con experiencia de gestión empresaria, de fuerte vinculación con el ex presidente Álvaro Uribe, como en su momento la tuvo el propio presidente Santos. Uribe representa la solución militar ante el conflicto con la guerrilla y se opone terminantemente al actual proceso de paz. Durante su gobierno, del que Santos fue ministro de Defensa, se pudieron asestar importantes golpes a la guerrilla y recuperar la libertad de trasladarse de una ciudad a otra, luego de años durante los cuales la ciudadanía vivió virtualmente sitiada por los insurgentes. Sin embargo, mantener esta opción militar seguían manteniendo el país en la lógica de un conflicto interno que sólo podrían acabar con la total derrota militar de los enemigos.
Durante su gestión, Uribe condujo el país hacia el aislamiento respecto de la región, con un alineamiento ideológico con la política de Washington. El enfrentamiento y la ruptura de relaciones con Venezuela fue muestra de ello.
Santos conocía muy bien las contrapartidas de estas políticas y optó por romper sus lazos con Uribe al asumir como presidente. Restableció lazos con Venezuela y el resto de la región, y tuvo la lucidez de considerar que una guerra, aún en el caso de ganarla, siempre supone víctimas y también atropellos, vencedores pero también vencidos. Con la ulterior complicación de que en un conflicto interno, todos estos actores y sus heridas abiertas comparten el mismo territorio y a menudo la misma comunidad. De ahí su opción por entablar negociaciones de paz con las FARC.
Lo asiste el convencimiento, que no es sólo el suyo sino también de muchos sectores económicos, de que el país tiene mucho que ganar si logra superar este conflicto, pudiendo incluso disputar a la Argentina el tercer lugar como economía más poderosa de América latina luego de Brasil y México, lo cual significa asegurar crecimiento y desarrollo para todo el país. Colombia sigue creciendo entre un 4 y un 5 por ciento anual y su PBI se acerca a los 450 mil millones de dólares, mientras que la Argentina se ha estancado, con un PBI cercano a los 650 mil millones de dólares.
No ha sido, ni será un proceso fácil. Las FARC están tratando de sacar todas las ventajas posibles, aprovechando de que, además, no se ha establecido una tregua militar durante las negociaciones. Los guerrilleros saben que el seguir en el conflicto no tiene futuro, pero necesitan asegurarse sus supervivencia política una vez depuestas las armas. Por eso mismo, las negociaciones se han prolongado más de la cuenta y en noviembre cumplirán dos años con resultados alcanzados sobre apenas la mitad de los puntos claves en discusión.
Sin embargo, es el equilibro entre la mejor paz posible y el precio de seguir en estado de guerra. La propuesta de Zuluaga, que coincide con la postura de Uribe, es la de borrar de un plumazo el proceso de paz y volver a la opción militar. Es la apuesta a la seguridad garantizada por la fuerzas armadas a los ciudadanos, sobre todo a los escépticos y adversarios de la ideología izquierdista de las FARC, que evidentemente cuenta con bastantes apoyos en la opinión pública.
Quizás haya jugado a favor de este empate, cierta debilidad en el liderazgo manifestada por Santos, sobre todo a la hora de utilizar más pedagogía para explicar a los colombianos los alcances y la importancia de optar por la paz y las oportunidades de desarrollo que implica poner fin al conflicto.
Dentro de tres días, posiblemente los colombianos estar eligiendo como nunca entre proyectarse hacia un futuro promisorio o regresar a un pasado que, al menos aparentemente, da mayor seguridad pese a las muchas incógnitas.
domingo, 4 de mayo de 2014
Una crisis humanitaria no reconocida
En México y Centroamérica cientos de miles de personas son desplazadas por la violencia y la falta de perspectivas, y buscan ingresar a los Estados Unidos. Por el camino son víctimas otra vez de la violencia del crimen organizado. Algunas preguntas a Leonir Chiarello, experto en el tema.
Los religiosos de la familia scalabriniana han constituido en New York una oficina ejecutiva de la Scalabrini International Migration Network. Allí, Leonir Chiarello trabaja como coordinador de los programas mundiales de esta red. Su vasta experiencia en el mundo de los migrantes le permite hablar con autoridad sobre este tema que interesa a millones de personas que, en todo el planeta, emigran de un país a otro o bien en su propia patria.
–Pensando en América latina, se diría que la problemática de la migración no parece tener mucha visibilidad.
–Es cierto. La migración fue y sigue siendo uno de los grandes motores de la sociedad latinoamericana. Aquí los grandes movimientos migratorios tuvieron un importante impacto a nivel de incremento de la población, de la economía, de la cultura, en todos los ámbitos de la vida. Hubo tres grandes grupos: los esclavos de África, sucesivamente existió la gran inmigración europea y luego los movimientos internos entre las poblaciones de los mismos países latinoamericanos. A su vez, otros países tuvieron un impacto cuando, a raíz de los problemas políticos de los años 70 y 80, los latinoamericanos comenzaron a emigrar. En la actualidad, muchos de estos últimos migrantes están regresando a la región.
Por cierto, el tema no tiene la misma visibilidad que otros, posiblemente por razones de agenda política y también porque no se quieren asumir las responsabilidades que le cabe a los Estados y a la sociedad civil. Y si bien en América latina la cuestión no ha sido usada con fines políticos, como sucedió en los Estados Unidos y en Europa, el tema está pendiente.
–En este momento hay una verdadera crisis humanitaria, no reconocida oficialmente, por la cantidad de cientos de miles de latinoamericanos que cruzan todo México para llegar a los Estados Unidos y que caen en las redes criminales.
–En los últimos años, el corredor migratorio Centro América-Mexico se convirtió en una crisis humanitaria. Por un lado, los migrantes son víctimas de la falta de garantías del derecho al desarrollo, porque en América Central no se está generando la cantidad suficiente de empleos para que la gente se quede en sus países; por otro, hay situaciones internas de violencia muy graves vinculadas con el tráfico de droga, de armas o de las pandillas que generan inseguridad; los padres huyen llevándose a sus niños para protegerlos de todo eso. Para peor, los migrantes son víctimas de más violencia, como la trata de personas o su explotación para el tráfico de drogas, las deportaciones desde los Estados Unidos (que devuelven a cientos de miles de centroamericanos a sus países). Es una situación muy compleja en la que la violencia estructural de un sistema económico excluyente se une a la violencia de grupos criminales que atacan a los ciudadanos y a la violencia directa contra los migrantes que buscan cruzar las fronteras. Es un clima de desprotección que indica la responsabilidad de generar a largo plazo soluciones duraderas entre gobiernos, organismos internacionales y sociedad civil.
–Llamó la atención la reciente decisión de la Suprema Corte de Justicia de la República Dominicana que ha borrado de un plumazo los derechos a la ciudadanía de muchos descendientes de haitianos que viven allí, incluso desde hace sesenta u ochenta años. ¿Cómo evalúan esta situación?
–Es un precedente único y peligroso. Imaginemos qué sucedería si se tomara una medida de este tipo en la Argentina: millones de personas estarían en una situación de irregularidad que provocaría el descontrol. Hubo un veredicto de la Corte Interamericana que no fue acatado, por lo que se crea un antecedente jurídico que complica las situaciones. Por otro lado, eso provocó más efectos: los descendientes de haitianos que estaban regularizados o habían nacido en República Dominicana habían perdido la ciudadanía de Haití, por lo tanto, se quedaron como apátridas. Nosotros tenemos centros de asistencia en Haití y conocemos bien el tema. Y eso generó toda una industria de tráfico de migrantes que viajaban a Puerto Rico para desde allí seguir a los Estados Unidos, pues hay vuelos a alguna ciudades con menos controles... En situaciones de emergencia, es difícil vislumbrar a primera vista soluciones duraderas. Aquí hay un tema jurídico, un tema de cooperación internacional y de diálogo entre Haití y República Dominicana, que ya se está iniciando principalmente a nivel de sociedad civil.
–Es paradójico que exista un problema de las migraciones en una región forjada por los procesos migratorios. ¿Qué es lo que provoca temores y desconfianza?
–Desde la construcción de los Estados nacionales se nota en América latina un énfasis en la defensa del territorio, principalmente a partir de las dictaduras militares de los años 60, 70, 80. La visibilidad del otro como una potencial amenaza para la sociedad o la seguridad nacional. Todo esto, con su dimensión histórica y política, repercute en una visión cultural. Pensemos que, sin considerar el Caribe, en toda la región se hablan sólo dos idiomas, sin embargo somos más nacionalistas que latinoamericanos. Cuando alguien llega a un país, la reacción depende de si uno tiene o no determinados rasgos étnicos, si es indígena o afroamericano. Las discriminaciones no se verifican sólo en el control migratorio, sino a nivel de inserción laboral, de convivencia social... Las soluciones duraderas para toda la población, incluyendo a los migrantes, pasan por la aplicación de políticas públicas para la integracion de los que llegan, por aspectos culturales de reconocimiento del otro en su dignidad, por aspectos educativos...
–Parece lógico pautar los flujos migratorios para garantizar trabajo para todos, por ejemplo. ¿Cuál podría ser la respuesta sistémica al fenómeno?
–Por un lado, está la capacidad de absorción de un país. Si el 10 % de la población china decidiera migrar a los Estados Unidos, estaríamos hablando de 130 millones de personas. El mismo país tiene la preocupación de su capacidad de absorción dentro de la población existente. Por otro lado, esta preocupación es muy exacerbada por algunos grupos que presentan la migración como una gran amenaza para la identidad de esa sociedad, en el supuesto de que cambiaría.
Hay muchas preocupaciones que no son fundadas y que alimentan la idea de construir muros, de deportar, de aislarse. Es paradójico que un país como los Estados Unidos, que recibió a millones, que es un gran promotor de la libertad y de los derechos humanos, hoy tenga en su interior a 11 millones de indocumentados y deporte unas 400 mil personas al año. A su vez, esta actitud impulsa a otros países receptores a hacer lo mismo. Es justo reconocer que si es cierto que los Estados Unidos cierran mucho sus fronteras, también es porque constituye el país que más migrantes recibe a nivel mundial. A largo plazo creo que es bueno comenzar el diálogo con algunos grupos de migrantes que sí están dispuestos a recibir.
–¿Cómo se explican 11 millones de indocumentados? ¿El problema es respecto de la ley?
–La situación de irregularidad en los Estados Unidos está vinculada con diferentes factores. Por cierto, quienes huyeron de la violencia están dispuestos a vivir en cualquier condición. Pero también es cierto que hay intereses concretos para que haya 11 millones de personas, en edad laboral, que a pesar de haber querido regularizar su posición no pudieron hacerlo porque las normas son muy restrictivas. Sirve a los empleadores y sirve al sistema porque cuando esta gente no pueda trabajar más se tendrá que ir.
En un debate reciente, un investigador estadounidense sostenía que los migrantes se tenían que ir porque no respetaron que el país se formó en la cultura del imperio de la ley. Otro investigador, del mismo país, decía que el problema es que esas normas son tan restrictivas que es muy difícil cumplirlas. La solución duradera es una reforma migratoria teniendo en cuenta la capacidad de absorción del país, pero con una perspectiva de proyección. En la historia de los Estados Uidos los dos boom económicos se dieron a fines del siglo XIX y luego de la Segunda Guerra Mundial, cuando el país abrió completamente sus puertas. Para eso hace falta un liderazgo capaz de definir hacia dónde ir.
lunes, 14 de abril de 2014
Valparaiso lucha contra el fuego
La presidenta Bachelet lo ha definido como el peor incendio en la historia de la ciudad y del país. Las víctimas duplican las del terremoto que a comienzos de abril afectó el norte de Chile.
Dos mil quinientas las viviendas arrasadas por las llamas.
El fuego fue más devastador que el terremoto. Es la inevitable conclusión que se puede sacar luego de más de dos días de incendios devastadores que en Valparaíso han provocado la muerte de quince personas y dejado sin vivienda a unas doce mil personas. "Hubiéramos preferido el terremoto - explica una ama de casa desconsolada a la prensa- porque algo de las cosas se salva, pero el fuego lo destruye todo-".
La presidenta Michelle Bachelet, que a poco más de un mes de haber asumido sus funciones se encuentra ante una nueva catástrofe, luego del sismo de 8,2 grados Richter que impactó en el norte del país, concurrió a la ciudad desastrada para encabezar el comité de emergencia. "Es tal vez el peor incendio en la historia de Valparaíso", comentó Bachelet, quien trató de alentar a los vecinos asegurando el apoyo del Estado. La mandataria tuvo que suspender su viaje a la Argentina, el primero de su mandato, como es tradición. La alusión de la mandataria a un historial de incendios evoca el nombre mapuche que algunos historiadores asignan a la localidad: Alimapu que significa "tierra quemada", acaso por la frecuencia de los incendios en las zonas aledañas. Pero en la misma ciudad, las quebradas y los pastizales de las zonas limítrofes suelen ser afectados por el fuego. En 2008 y 2013 se verificaron los últimos.
Para Iván Poduje, arquitecto y docente de la Universidad Católica, no se trata de un fenómeno natural, sino que hay responsabilidades de las autoridades públicas. La ciudad se ha desarrollado sin planificación y en las zonas altas se han instalados barrios precarios, con casas a menudo construidas con madera y latas, al tiempo que las quebradas se han transformados en basurales. "En los últimos años, en la medida que se acababa el terreno, llegando al límite, se instalaron poblados marginales, que son los que se han visto afectados por este incendio", comenta Poduje al diario español El País. "En el incendio de Valparaíso hay una responsabilidad importante del Estado - sostiene el docente-. Hay una responsabilidad en permitir la instalación de familias en zonas de riesgos y también, lo que es más grave, en regularizarlo", al abrir caminos y realizar los enlaces para luz y agua. "Parecen incorporados a la vida urbana, aunque realmente están en riesgo de inundación, derrumbes e incendios" sostiene Poduje y agrega que lo más grave es que "el Estado no ha hecho ninguna inversión relevante para mitigar el riesgo que un incendio puede generar en materia de propagación".
Las autoridades pronostican el control total del fuego dentro del día de hoy, 48 horas después de comenzado, luego de una lucha ardua que puso a dura prueba a las dotaciones de bomberos, que tradicionalmente en Chile son voluntarios, más una quincena de aeronaves.
Una cadena de solidaridad en todo el país, está canalizando ayudas para socorrer a los compatriotas afectados.
Ahora esta ciudad de casi 300 mil habitantes, ubicada sobre el anfiteatro natural compuesto por los 42 cerros que se asoman a la bahía, deberá volver a la normalidad. No es la primera vez que la tragedia la sacude. En 1906 Valparaíso fue devastada por un terremoto de gran magnitud.
Igualmente, su puerto sigue siendo el segundo de Chile y, por décadas, fue el principal. Esta ciudad ha sido el motor de la innovación en el país, activo polo económico y cultural. En 2003 ha sido declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad, por su original arquitectura de calles y coloridas viviendas colgadas de las laderas de los cerros que bajan al mar. Una belleza que atrajo al gran poeta Pablo Neruda que aquí instaló una de sus originales casas, conocida como "La Sebastiana".
martes, 1 de abril de 2014
Ucrania y su futuro
Algunas claves de interpretación sobre la reciente crisis institucional que se vivió en el país eslavo. Las herencias de la historia y los intereses geopolíticos en juego.
No es fácil hacerse una idea cabal de ciertos acontecimientos, en especial cuando se desarrollan en contextos de fuerte polarización. La pretensión de simplificar las situaciones contraponiendo, por ejemplo, democracia con autoritarismo, golpismo con lealtad institucional, elimina los matices que permitan ahondar el tema. Si a esto agregamos la propensión de los medios a presentar las cuestiones acentuando, intencionalmente o no, las simplificaciones, se comprende la necesidad de claves de lecturas que permitan hacernos una visión más completa de los hechos.
Es lo que, en este tiempo, se pudo apreciar en el caso de la crisis en Libia, en Siria, en Venezuela, para dar algunos ejemplos, y pocas semans atrás en el caso de los eventos que en Ucrania terminaron con la fuga del presidente Viktor Yanukovich y la instauración de un nuevo gobierno.
Dado el poco espacio, daré por conocidos los hechos y me limitaré a señalar algunos aspectos que ayuden a leer el presente del país eslavo.
En primer lugar, conviene destacar que para los mismos ucranianos no es de fácil solución la cuestión que motivó las protestas de la oposición. Más allá de la legítima insatisfacción que genera un gobierno ineficiente y corrupto, no está claramente resuelto si conviene mantener el vínculo con Rusia y su sistema de relaciones o preferir un acercamiento a la Unión Europea (UE) –como parecía estar negociando Yanukovich– con la perspectiva de un futuro ingreso en la OTAN.
Si bien Ucrania no es un conjunto de etnias unidas forzosamente por un gobierno fuerte, como en el caso de la ex Yugoslavia, en ella conviven tendencias pro rusas y otras antirrusas sobre la base de diferencias históricas, lingüísticas y culturales.
Se puede dividir el país en cinco zonas, en las que las características señaladas aparecen en diferentes proporciones: Ucrania occidental, central, sur oriental, sur occidental y Crimea. Se encuentran nacionalistas orgullosos de su idioma, otros que son menos sensibles al tema lingüístico pero son más abiertos a Occidente, hay nostálgicos del período soviético aún sintiéndose ucranianos, y otros que mantienen un vículo cultural y económico con Rusia. En el sudeste y en Crimea convive una minoría rusa que representa el 12 % de la población.
La presencia rusa es producto de los millones de víctimas provocadas en los años veinte por la carestía que padeció el país, consecuencia de la represión estalinista. Los inmigrantes rusos fueron instalados a la fuerza. Desde los años treinta una organización clandestina (OUN-OPA de Stepan Bandera) luchó en Ucrania occidental primero contra la dominación polaca y, luego del pacto Ribbentrop-Molotov, contra los soviéticos. Durante la invasión nazi, a partir de 1941, la OUN-OPA fue disuelta por los alemanes y Bandera perdió a dos hermanos en los campos de concentración. Hay quien acusa a Bandera de colaboración con los nazis, también porque es cierto que en 1944 fue liberado para que guiase a las fuerzas ucranianas contra el Ejército Rojo.
Poco se sabe de esta cruenta revuelta, que luego de la guerra siguió hasta 1956. Es un hecho que hubo muchos ucranianos que militaron, en clave antirrusa como no, entre las filas nazis. Frecuentemente eran de esa nacionalidad los guardias en los campos de concentración y hasta unidades de las terribles SS.
La memoria de tanta violencia permaneció en la población y eso suele aflorar con virulencia en los momentos de confrontación exasperada. Lo cual puede explicar la aparición de grupos de derecha que la oposición democrática no pudo frenar fácilmente. ¿Hechos aislados? Llama la atención su capacidad organizativa, que les permitió oponerse a las fuerzas del orden durante noches enteras y con las bajas temperaturas del invierno ucraniano. Los canales de tv occidentales mostraban escenas (censuradas) de represión policial, mientras que los informativos rusos mostraban policías acosados por manifestantes organizados.
Una segunda clave de lectura es geopolítica. Cuando, a comienzos de los noventa, colapsó el imperio soviético, el golpe quizá más letal provino precisamente de la independización de Ucrania. Por un lado, un país de más de 50 millones de ucranianos decidía tomar distancia de 300 años de historia imperial rusa y del liderazgo ruso (casi por misión divina) de la identidad paneslava común. Por otro lado, se trataba de un territorio industrializado, dotado de una gran riqueza agrícola, que permitía el control del Mar Negro, clave para el acceso al Atlántico de la armada rusa.
No por nada, ya en 1997, en su El gran tablero mundial, Zbigniew Brzezinski, el padre de la política exterior del gobierno del presidente George Bush asignaba al tema de Ucrania una parte relevante del capítulo que analiza las relaciones con Rusia. La visión de Brzezinski, aplicada sucesivamente con la precisón de un guión cinematográfico, dejaba en claro que sin Ucrania sería muy complicado o imposible cualquier intento de Moscú de reconstruir el imperio ruso (el objetivo del presidente Vladimir Putin), es decir una potencia que pudiera competir de igual a igual con los Estados Unidos.
Para ese fin, desde mediados de los noventa, Washington trató de atraer hacia su esfera de influencia (que incluye también a la UE) a varios países del ex imperio soviético, desde Georgia a los de Asia Central, pasando por Ucrania. Con el apoyo del Tesoro estadounidense, organizaciones como Freedom House, National Democratic Institute, Internacional Foundation for Electoral Systems, Internacional Research and Exchanges Board y hasta medios de comunicación han cooperado para tomar distancia de Moscú. Una encumbrada funcionaria de la cancillería norteamericana, Victoria Nuland, admitió en diciembre a la prensa que los Estados Unidos han invertido en Ucrania 5 mil millones de dólares para “darle al país el futuro que se merece”.
La pregunta es si el futuro que Ucrania se merece es el que sueñan los ucranianos, más allá del que se pretende digitar, tanto desde Moscú como desde Washington.
lunes, 31 de marzo de 2014
Turquía planificaba intervenir militarmente en Siria
Una serie de grabaciones aparecidas en YouTube documentan el armado de un plan del Gobierno turco para penetrar militarmente en Siria. Como reacción, el primer ministro Recep Erdogan dispuso silenciar la red social
Los diarios de Turquía, y más allá de sus fronteras, se han hecho eco de algunas grabaciones aparecidas en YouTube, en la que, durante reuniones de alto nivel de la seguridad nacional turca, se analiza la eventualidad de provocar artificialmente una intervención militar en Siria, lo que provocaría un estado de guerra con el país vecino.
Que en el conflicto sirio juegan intereses externos que lo han fomentado y financiado y que entre los países involucrados está presente Turquía ya no es ninguna novedad. Los jueces turcos están investigando a Erdogan, al tiempo que varios ministros tuvieron que renunciar, por el escándalo sobre el desvío de recursos públicos utilizados para financiar la guerra contra el gobierno de Bashar al Assad. En uno de los fragmentos, incluso, se menciona el envío de 2 mil camiones para abastecer de armas y municiones a los rebeldes que pelean en Siria.
La revelación aparece en medio de una campaña electoral al rojo vivo, en la que el Gobierno ya había silenciado la red social Tweeter por disentir con los mensajes que allí aparecen.
La revelación aparece en medio de una campaña electoral al rojo vivo, en la que el Gobierno ya había silenciado la red social Tweeter por disentir con los mensajes que allí aparecen.
El audio en cuestión reproduce reuniones a las que participaron el ministro de Relaciones Exteriores Ahmet Davatoglu, el jefe de inteligencia Hakan Fidan, jefe adjunto de Estado Mayor, Jasar Guler, y Feridun Sinirlioglu quien se desempeña como secretario de Estado para las Relaciones Exteriores.
Durante las conversaciones, se toma en consideración la idea de fabricar un casus belli para realizar una intervención militar en Siria. Una voz atribuida a Fidan propone enviar algunos hombres en territorio sirio para, y desde allí disparar cohetes hacia una zona desértica en territorio turco, o atacar un centro religioso, la tumba de Suleiman Shah, que es un enclave territorial turco en territorio sirio.
Erdogan, que en las conversaciones viene mencionados por los intervinientes como manifiestamente a favor de la intervención, ha tratado de negar la veracidad de la grabación y ha acusado a los ex aliados políticos de la confraternidad islámica Hizmet, cuyo líder Fetullah Gullen es hoy un opositor de su gobierno.
Erdogan, que en las conversaciones viene mencionados por los intervinientes como manifiestamente a favor de la intervención, ha tratado de negar la veracidad de la grabación y ha acusado a los ex aliados políticos de la confraternidad islámica Hizmet, cuyo líder Fetullah Gullen es hoy un opositor de su gobierno.
La autoridad para las telecomunicaciones ha intimado a los responsables de YouTube a levantar la grabación si es que quieren volver a utilizar internet, pese a que la justicia administrativa haya calificado irregular el bloqueo de esta red social. La prensa dio amplia difusión al documento, al tiempo que el tema ha ingresado en la campaña electoral.
El documento es particularmente grave porque revela indirectamente la facilidad con la que el Gobierno de Ankara habría estado dispuesto a intervenir militarmente contra el vecino país, siendo que se trata, nada menos, que de un país miembro de la OTAN, y que Washington auspicia como futuro miembro de la Unión Europea.
El documento es particularmente grave porque revela indirectamente la facilidad con la que el Gobierno de Ankara habría estado dispuesto a intervenir militarmente contra el vecino país, siendo que se trata, nada menos, que de un país miembro de la OTAN, y que Washington auspicia como futuro miembro de la Unión Europea.
Aquí sigue la transcripción de la grabación.
Ahmet Davutoglu (ministro de Relaciones Exteriores): El primer ministro ha declarado que en la actual coyuntura este ataque [contra la tumba de Suleiman Shah] debe ser considerado como una oportunidad para nosotros.
Hakan Fidan (jefe de los servicios secretos): Voy a enviar 4 sirios, si eso es lo que hace falta. Voy a crear un casus belli [1] ordenando un ataque con misiles contra Turquía. También podemos preparar un ataque contra la tumba de Suleiman Shah si es necesario.
Feridun Sinirlioglu (secretario de Estado para las Relaciones Exteriores): Nuestra seguridad nacional se ha convertido en una herramienta práctica y barata de la política.
Yasar Guler (jefe adjunto del estado mayor): Es un casus belli. Quiero decir que lo que vamos a hacer es crear un casus belli.
Ahmet Davutoglu: [...] ¿Qué debe hacer nuestro ministerio de Relaciones Exteriores exactamente? No hablo de la cosa. Hay otras cosas que se supone que debamos hacer. Si nos decidimos sobre ese asunto, tenemos que informar a las Naciones Unidas, al consulado del régimen sirio en Estambul. ¿No?
Feridun Sinirlioglu: Pero si decidimos una operación, hay que crear un efecto impactante. Quiero decir, si vamos a hacerlo. No sé qué vamos a hacer pero, sin importar lo que decidamos, no pienso que sería apropiado que avisemos a alguien por adelantado.
Ahmet Davutoglu: De acuerdo pero de alguna manera vamos a tener que preparar. Para evitar los cortocircuitos en materia de derecho internacional. Acababa precisamente de darme cuenta, mientras hablaba con el presidente [Abdullah Gul], que si los tanques turcos van allá eso significa que estamos allá, en todo caso. ¿No?
Yasar Guler: Eso significa que estamos allá. Sí.
Ahmet Davutoglu: Sí, pero hay una diferencia entre ir con aviones e ir con tanques…
Yaşar Güler: Quizás podemos decir al consulado general sirio que el Emirato Islámico en Irak y el Levante trabaja actualmente del lado del régimen y que ese lugar es tierra turca. Ciertamente tendríamos…
Ahmet Davutoglu: Eso ya lo dijimos y enviamos varias notas diplomáticos.
Yasar Guler: A Siria…
Feridun Sinirlioglu: Exactamente.
Ahmet Davutoglu: Sí, las hemos enviado muchas veces. Por lo tanto, yo quisiera saber qué es lo que el jefe del estado mayor espera de nuestro ministerio.
Yasar Guler: Quizás su intención era decir que… en verdad no sé. Él se reunió con el señor Fidan.
Hakan Fidan: Bueno, él mencionó esta parte pero no nos detuvimos en los detalles.
Yasar Guler: Puede ser que lo que él quería decir era… ¿una nota diplomática dirigida a Siria?
Hakan Fidan: Puede ser que el ministerio de Relaciones Exteriores esté destinado a la coordinación…
Ahmet Davutoglu: Quiero decir, yo puedo coordinar la diplomacia… pero la guerra civil… el ejército…
Feridun Sinirlioglu: A eso me refería. Por un lado, la situación es diferente. Una operación contra el EIIL tiene bases sólidas en derecho internacional. Lo presentaremos como al-Qaeda. No hay problema si es algo que tiene que ver con al-Qaeda. Y se trata de defender la tumba de Suleiman Shah, es una cuestión de protección de nuestra tierra.
Yasar Guler: No tenemos problema con eso.
Hakan Fidan: Cuando suceda eso va a provocar una gran conmoción interna. La frontera no está bajo control…
Feridun Sinirlioglu: Quiero decir… sí habrá atentados, claro está. Pero recuerdo nuestra conversación de hace 3 años…
Yasar Guler: El señor Fidan tendría que recibir respaldo con toda urgencia y tenemos que ayudarlo a abastecer en armas y municiones a los rebeldes. Tenemos que hablar con el ministro…. nuestro ministro del Interior… nuestro ministro de Defensa. Tenemos que hablar de esa cuestión y llegar a una decisión, señores.
Ahmet Davutoglu: ¿Cómo fue que llegamos a poner a nuestras especiales en acción cuando hubo una amenaza en el norte de Irak? Teníamos que haber hecho lo mismo allí también. Teníamos que haber entrenado a esa gente y enviar hombres. En todo caso, nosotros no podemos hacerlo, nosotros podemos hacer únicamente lo que la diplomacia…
Feridun Sinirlioglu: En aquella época yo se lo dije a ustedes, por el amor de Dios, en general. Ustedes saben cómo fue que llegamos a tener aquellos tanques allí. Ustedes estaban presentes.
Yasar Guler: ¿Qué? ¿Usted quiere decir, nuestros asuntos?
Feridun Sinirlioglu: Sí. ¿Cómo piensan ustedes que logramos enviar nuestros tanques a Irak? ¿Cómo? ¿Cómo logramos implicar fuerzas especiales y tropas. Yo estuve metido en eso. Permítanme ser claro. No había una decisión del gobierno sobre eso. Nosotros logramos eso con una sola orden.
Yasar Guler: Bueno, estoy de acuerdo con usted en una cosa, nosotros no tenemos por qué discutir sobre eso. Pero hay varias cosas que Siria puede hacer desde ahora.
Ahmet Davutoglu: General, la razón por la que decimos «no» a esta operación es porque conocemos la capacidad de esos hombres.
Yasar Guler: Mire, señor. ¿MKE [Mechanical and Chemical Industry Corporation] no está a las órdenes del ministro? Señor, quiero decir, Qatar está buscando municiones para comprarlas al contado, en efectivo. Entonces, ¿por qué no lo hacemos nosotros? Es por orden del señor ministro…
Ahmet Davutoglu: Pero es el lugar. No podemos actuar de forma integrada, no podemos coordinar.
Yasar Guler: Entonces, nuestro primer ministro puede convocar al ministro de Defensa y al señor ministro al mismo tiempo. Después, puede hablarles directamente.
Ahmet Davutoglu: Nosotros, el señor Siniroglu y yo, hemos literalmente suplicado al señor primer ministro para obtener una reunión privada. Hemos dicho que las cosas no estaban marchando tan bien.
Yasar Guler: Además, él no tiene por qué estar sobrecargado de reuniones. Usted mismo, el señor ministro de Defensa, el señor ministro del Interior y nuestro jefe de estado mayor. Con 4 de ustedes es suficiente. No hace falta una multitud. Porque, señor ministro, la necesidad principal es que haya armas de fuego y municiones. Ni siquiera armas, principalmente municiones. Precisamente acabamos de hablar de eso, señor. Digamos que posicionamos un ejército allí, de unos 1 000 hombres. Si los metemos en esa guerra sin darles como mínimo 6 meses de municiones, entonces van a venir a vernos nuevamente al cabo de 2 meses.
Ahmet Davutoglu: Ya están regresando.
Yasar Guler: Van a venir a vernos a nosotros, señor.
Ahmet Davutoglu: Van a venir de… ¿cómo era? De Cobanbey [punto de control cercano a la ciudad turca de Elbeyli].
Yasar Guler: Así es, señor. Ese asunto no puede quedar como una carga sobre las espaldas del señor Fidan él solo, como en este momento. Es inaceptable. Quiero decir, no podemos entender eso. ¿Por qué?
***
Ahmet Davutoglu: Aquella noche habíamos llegado a una resolución. Y yo pensaba que las cosas estaban tomando un rumbo favorable. El nuestro…
Feridun Sinirlioglu: Habíamos emitido la resolución del MGK [Consejo de Seguridad Nacional] al día siguiente. Después hablamos con el general…
Ahmet Davutoglu: Y las otras fuerzas hacían verdaderamente un buen seguimiento de nuestra debilidad. Usted dice que usted va a capturar ese lugar y que los hombres allí constituyen un factor de riesgo. Usted hace que se retiren. Captura la plaza. Refuerza y envía nuevamente sus tropas para allá.
Yasar Guler: Exactamente, señor. Tiene usted toda la razón.
Ahmet Davutoglu: ¿De verdad? Así es como yo lo interpreto. Pero después… la evacuación no es una necesidad militar. Eso ya es otra cosa.
***
Feridun Siniroglu: Hay algunos cambios serios en la geopolítica mundial y regional. Eso puede propagarse ahora a otros lugares. Usted mismo lo dijo hoy y otros están de acuerdo… Nos dirigimos hacia un juego diferente ahora. Tendríamos que ser capaces de verlos [los cambios]. Que el EIIL y todo ese circo, todas esas organizaciones son extremadamente abiertas a la manipulación. Tener una región que se componga de organizaciones de la misma naturaleza constituye un riesgo de seguridad vital para nosotros. Y cuando estuvimos por primera vez en Irak del Norte, siempre existía el riesgo de que el PKK hiciera estallar aquello. Si consideramos atentamente los riesgos y apoyamos eso… como el general acaba de decir…
Yasar Guler: Señor, cuando usted estaba adentro hace un momento, nosotros estuvimos conversando sobre todo esto. Abiertamente. Quiero decir que las fuerzas armadas son una «herramienta» necesaria para usted a cada momento.
Ahmet Davutoglu: Por supuesto. Siempre le digo al primer ministro, cuando usted no está, en lenguaje universitario, usted no puede mantenerse en esas tierras sin «hard power». Sin «hard power» no puede haber «soft power».
Yaşar Güler: Señor.
Feridun Sinirlioglu: La seguridad nacional se ha politizado. No recuerdo nada como esto en la historia política turca. Se ha convertido en una cuestión de política interna. Todos nuestros discursos sobre la defensa de nuestras tierras, sobre la seguridad de nuestra frontera, sobre nuestras tierras reclamadas allá, todo eso se ha convertido en una herramienta cómoda y barata de nuestra política interna.
Yaşar Güler: Exactamente.
Feridun Siniroglu: Eso nunca había sucedido anteriormente. Desgraciadamente, pero…
Yasar Guler: Quiero decir, ¿no habrá al menos uno de los partidos de oposición que le aportaría a usted su apoyo sobre este tipo de asunto de alta seguridad nacional? Señor, ¿es este un sentido justificable de la seguridad nacional?
Feridun Sinirlioglu: No recuerdo ningún momento así.
Yasar Guler: ¿En qué campo podemos estar unidos si no es con respecto a una cuestión de seguridad nacional de tanta importancia? En ninguno.
Ahmet Davutoglu: [...] En 2012, no lo hicimos en 2011. Si al menos hubiésemos tomado medidas serias en aquella época, incluso en el verano de 2012.
Feridun Sinirlioglu: Ellos estaban en su peor momento en 2012.
Ahmet Davutoglu: En el plano interno estaban exactamente como Libia. Quién entra o sale del poder no tiene la menor importancia para nosotros. Pero ciertas cosas…
Yasar Guler: Señor, para evitar cualquier confusión, lo que necesitábamos en 2011 eran armas y municiones. En 2012, en 2013, e incluso ahora seguimos necesitando lo mismo. Estamos exactamente en el mismo punto. Tenemos que encontrar eso a toda costa y resolver el asunto.
Ahmet Davutoglu: Los fusiles y las municiones no son tan necesarios allí. Lo que no logramos resolver allí fue el factor humano.
Hakan Fidan: Enviamos alrededor de 2 000 camiones cargados con material.Yasar Guler: No pienso que las armas sean tan necesarias allí. Es mi opinión personal. Lo que necesitamos son municiones. Sí señor. El señor Hakan [Fidan], aquí présente, lo sabe. Nosotros ofrecimos darles un general. El señor Hakan lo pidió él mismo, personalmente. Nosotros lo aprobamos. Escogimos el general y el general fue allá.
Feridun Sinirlioglu: Para ser prácticos, el ministro de Defensa tendría que firmar lo que haga falta por el bien de la nación. Nuestro primer ministro tendría que ordenarlo, claramente.
Ahmet Davutoglu: De hecho, esta misma noche…
Yasar Guler: Esta noche, señor. No tenemos problema.
Feridun Sinirlioglu: Se había dado una orden para una operación esta noche.
Yasar Guler: Nosotros dimos un mensaje de «blitzkrieg». El propio señor Fidan debe saberlo.
Ahmet Davutoglu: Hakan, ¿qué complicaciones puede haber si mandamos tanques?
Hakan Fidan: Bueno… sin coordinación, si consideramos la correlación de fuerzas…
Yasar Guler: Por eso necesitamos la coordinación del MIT [servicios secretos turcos], señor ministro.
Hakan Fidan: …no es posible sin el número de gente armada y sus capacidades.
Yaşar Gulen: Es por eso que ponemos la coordinación del MIT como un prerrequisito. Señor ministro, no tiene usted por qué preocuparse por esta noche. Ni por esta noche, ni por más tarde. Pero tenemos cosas que resolver a largo plazo.
Ahmet Davutoglu: Estoy considerando eso como una opción pero no podemos convencer a la gente. Mandaremos tanques y haremos fortificaciones. A partir de entonces tenemos que considerar un estado de guerra y al hacerlo estamos entrando en guerra. Estamos haciendo una operación militar.
Yasar Guler: Es una causa directa de guerra. Quiero decir, lo que vamos a hacer es una causa directa de guerra.
Hakan Fidan: No con Siria.
Feridun Sinirlioglu: No es un acto de guerra contra Siria.
Yasar Guler: No, esa gente…
Hakan Fidan: Lo que quiero decir es que sabemos que 2 y 2 son 4. Ahora bien, sabemos que lo que sucede allí no tiene verdadero valor estratégico para nosotros, más allá de la imagen política y todo eso. Ahora, si vamos a entrar en guerra, déjennos planearlo de antemano. Ahora, yo…
Yasar Guler: Eso es lo que venimos diciendo desde el principio.
Hakan Fidan: Lo que no puedo aceptar es lo siguiente: estamos aceptando el riesgo de recurrir a las armas para salvar la tumba de Suleiman Shah. Son como 4 hectáreas de nuestro territorio nacional y estamos aceptando el riesgo de una guerra por eso, por la «cosa» de nuestros 22 o 28 soldados allí. ¡Por Dios! ¿Cuántos kilómetros de tierra de este país tienen frontera con Siria? Y no nos arriesgamos a una guerra por miles de kilómetros de territorio ¿y las vidas de millones de personas? ¡Esto no es lógico! Si vamos a recurrir a las armas, hagámoslo desde el principio. Si estos tipos representan una amenaza…
Feridun Sinirlioglu: Ahora hay una excusa para eso…
Hakan Fidan: Esto es diferente, teniendo una excusa y justificación.
Yasar Guler: Bueno, nuestro ministro de Relaciones Exteriores nunca encuentra una excusa para eso… pero pueden encontrarla para esto.
Hakan Fidan: Déjenme decirles algo…
Ahmet Davutoglu: Entre nosotros, el primer ministro me dijo por teléfono que, en esta coyuntura, consideramos esto [el falso ataque contra la tumba] como una opción para nosotros.
Hakan Fidan: Comandante, si realmente necesitamos una razón, yo mando 4 tipos del otro lado a que tiren 8 cohetes donde no haya nadie… ¡Eso no es un problema! Si necesitamos una razón, podemos fabricarla. Lo importante es mostrar nuestro mutuo deseo de hacerlo. Estamos formulando aquí la voluntad de entrar en guerra, pero estamos cometiendo el mismo error que siempre cometemos. Y ese error es no ser capaces de pensar como es debido.
Feridun Sinirlioglu: Déjenme decirles algo. Son unas 4 hectáreas de tierra. Cuatro hectáreas representan una justificación muy válida en materia de derecho internacional. Además, en términos de justificación, si hacemos esta operación contra el EIIL todo el mundo estará de nuestra parte. No se preocupen por eso.
Yasar Guler: Eso no nos preocupa.
Feridun Sinirlioglu: Lo digo para todo el mundo. Así que…
Yasar Guler: Señor ministro, nuestras fuerzas están listas desde hace un año, están esperando. No es algo que comenzamos ayer. Hace un año que están esperando.
Hakan Fidan: No entiendo por qué estamos esperando por todo ese asunto de Suleiman Shah.
Ahmet Davutoglu: Hemos hecho todo lo posible en el plano diplomático.
Feridun Sinirlioglu: Necesitamos justificación, justificación.
Hakan Fidan: Ya dije que yo puedo fabricar la justificación si hace falta. No hay problema con la justificación.
Feridun Sinirlioglu: Fabricándola es otro asunto. Ya tenemos una bastante fuerte.
Hakan Fidan: Si hace falta podemos montar un ataque allí [contra la tumba], los mandamos a que ataquen. Eso haremos. Lo que estoy tratando de entender es…
Feridun Sinirlioglu: Todo eso se puede hacer. Podemos hacer lo que haga falta…
Hakan Fidan: Quiero decir que si estamos dispuestos a hacer todo esto, tenemos que hacerlo en un momento y un lugar determinados.
Ahmet Davutoglu: Hakan, como ya dijo usted mismo, si a usted le parece que hay falta de estrategia en la fabricación de una justificación, así es. Contra esos tipos…
Un oficial: Señor, antes de eso...
Ahmet Davutoglu: (OK, allá vamos, allí estaré en un momento.) Lo que quiero decir es que no podemos decirle al secretario de Estado americano que tome grandes precauciones
Hakan Fidan: Lo que quiero decir es…
Ahmet Davutoglu: Ellos podrían decir: «Bueno, ustedes ni siquiera están defendiendo su propia tierra». Muchas veces he tenido conversaciones amistosas con Kerry y él me interrogó precisamente sobre lo que habíamos acordado sobre una decisión final respecto a ese ataque.
Yasar Guler: Señor, lo hemos hecho cientos de veces, con Estados Unidos.
Feridun Sinirlioglu: Escuchen, hace 3 días ocurrió algo en la oficina del jefe del estado mayor. Ellos tuvieron una reunión de coordinación de crisis. Yo lo veía por primera vez. Los americanos…
Yasar Guler: No, ¡hemos hecho esto todo el tiempo!
Feridun Sinirlioglu: No, no. En esa reunión los americanos distribuyeron planos de la «No Fly Zone». ¿Ustedes saben algo de eso?
Hakan Fidan: Lo que quiero subrayar es que si estamos preparados para tomar una decisión tan seria por una razón como la tumba de Suleiman Shah… si estamos dispuestos a tomar tal decisión…
Feridun Sinirlioglu: No, no sólo por la tumba…
Hakan Fidan: Lo que digo es lo siguiente: si estamos preparados a tomar tal decisión, ya deberíamos haberlo hecho. Porque nuestros intereses están amenazados. Eso es lo que estoy tratando de decir (…)
Ahmet Davutoglu: Sí. Si hubiésemos tomado esta decisión antes a más pequeña escala, no estaríamos hoy ante esta disyuntiva.
Yasar Guler: ¡Pero ya habíamos tomado esta decisión!
Hakan Fidan: No se ejecutó.
Yasar Guler: No podemos ejecutar el plan. Estamos paralizados por varias razones. Los instrumentos del Estado no funcionan.
Ahmet Davutoglu: Yo no puedo aceptar eso debido a la herencia del Estado que me enseñaron. ¿Aceptarían ustedes algo así? ¿Qué pasaría si, por razones políticas, las cosas no funcionaran como es debido en el ministerio de Relaciones Exteriores? ¡Eso no tendría justificación! Cada cual tiene que asumir sus responsabilidades con determinación. Si el consulado me dice: «Señor ministro, me quieren echar. Están echando a todo el mundo. ¿Qué puedo hacer?» Pues, yo le digo: «Jubílese y pondremos a otro en su lugar.» Así es como yo veo las cosas. Así es como funciona la democracia.
Yasar Guler: Señor ministro, tiene usted toda la razón.
Ahmet Davutoglu: Por lo que yo entiendo, este Estado funciona gracias a unas pocas personas e instituciones que aún son capaces de tomar las decisiones necesarias.
Yasar Guler: Así es, señor.
Ahmet Davutoglu: ¿Vamos a echarnos atrás en este asunto?
Yasar Guler: No, señor ministro. No lo haremos.
Ahmet Davutoglu: Bien, pasemos a otra cosa.
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