viernes, 15 de agosto de 2014

La campaña electoral brasileña en un compás de espera

El domingo se celebrará el entierro del líder socialista Eduardo Campos. Sólo después el socialismo y sus aliados decidirán sí Marina Silva, compañera de fórmula, es la natural sucesora del político fallecido imprevistamente. Eso puede cambiar radicalmente el un escenario electoral.

Sin duda el escenario político brasileño, en vista de las presidenciales que se disputarán en octubre, quedó profundamente sacudido por la muerte del candidato socialista, ex gobernador del Estado de Pernambuco, Eduardo Campos.
La pregunta es quién tomara su lugar como candidato a la presidencia. ¿Será otra figura del partido o su natural sucesora, la ambientalista Marina Silva, compañera de fórmula presidencial? ¿O acaso será oportuno volver a la antigua alianza con el PT de Dilma Roussef renunciando a la competencia?
Campos fue miembro de la alianza de partidos que sostienen el actual gobierno y, en su momento, ministro del entonces presidente Lula da Silva.
La decisión final deberá tener en cuenta también a los demás partidos aliados de los socialistas con los cuales Campos había sellado compromisos de campaña.
En casa del movimiento Red Sustentabilidad, fundado por Marina Silva, la consigna es el silencio hasta el entierro del compañero y amigo Eduardo Campos, que será celebrado este domingo. El rigor de Silva es conocido y su intención es la de respetar ante todo el duelo de una familia y de un sector que perdió a un ser querido y a un líder amado y respetado por su transparencia.
La alianza entre Silva y Campos surgió luego de que el movimiento de la ambientalista no pudo conseguir las firmas suficientes para constituirse como partido y competir por sus propios medios en la campaña electoral. En 2010 la ambientalista obtuvo veinte millones de votos y obligo a Dilma Rousseff a disputar la segunda vuelta.
Silva, ex integrante y co fundadora del PT, perfilaba entonces como la mejor opción en las encuestas para las presidenciales, si bien ya había tomado cierta distancia del partido. Pero su apego a los valores éticos por los que aboga hizo que Rousseff fuera preferida por Lula, interesado en lanzar una figura más en sintonía con el pragmatismo del ex presidente y líder del PT.
Mientras tanto, el Partido Socialista de Campos se afirmaba en las elecciones como el de mayor crecimiento en los últimos años. A comienzos de 2014 se selló su alianza con Marina Silva luego de meses de diálogo y sucesivamente de trabajo conjunto. “Fueron 10 meses de intensa convivencia, comenzamos a hilar juntos la esperanza de un mundo mejor y más justo. Eduardo estuvo empeñado en esas ideas hasta su último segundo de vida”, afirmó anteayer la ambientalista.
El partido tiene 10 días para definir quién será su sustituto. Y es posible que los primeros días de la semana que viene se llegue a una determinación. El nombre de Marina Silva como candidata a la presidencia y apoyada por el socialismo y sus aliados dibuja un escenario distinto. Hay sondeos que indican que hoy la intención de voto hacia ella la ubica de inmediato muy próxima al social demócrata Aecio Neves, que disputa el segundo lugar tras el 38 por ciento que apoyaría a a Rousseff.
En abril, el instituto Datafolha publicó una encuesta sobre intención de voto con Silva como aspirante a la presidencia, antes de conocerse los candidatos: obtuvo el voto del 27% de los encuestados, frente al 16% de Aécio Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), y sólo por detrás de Dilma Rousseff, con el 39%.
Se analiza que los 20 millones de votantes que en 2010 apoyaron a Silva tardaban en confluir en la alianza con Campos, no entendiendo la razón por la que Silva figuraba como candidata a vice y no liderando la fórmula presidencial. De ser escogida como sucesora de su compañero, eso podría provocar la adhesión masiva de sus electores. Por otra parte, una hipotética segunda vuelta entre Rousseff y Silva pondría al tradicional adversario del PT, el Partido Social Demócrata de Brasil de Aecio Neves, amigo personal de Campos, ante la disyuntiva de apoyar a una de las dos mujeres y eso podría inclinar ulteriormente la balanza hacia la ambientalista. Sería el escenario que quizás el PT más teme. Es acaso por ello que, según algunas fuentes, representantes del PT han comenzado a acercarse a líderes socialistas presionando por un regreso al oficialismo.
Desde este jueves, Marina Silva además tiene un aliado de peso. El abogado Antonio Campos, hermano del candidato fallecido, dijo al diario O Estado de S. Paulo, que la ecologista debía asumir la candidatura. “Si mi hermano llamó a Marina para ser su vicepresidenta, demostró así su voluntad”, dijo. Así, no habría mucho margen de maniobra para buscar otro nombre. Algunos aliados del socialismo, temerosos del rigor con el que Silva defiende la renovación de la política siguiendo valores éticos, han destacado que han notado en ella la capacidad de escuchar y comprender, lo cual la transformaría en la sucesora natural, sobre todo por su gran popularidad.
La política de Brasil vive un compás de espera ante una decisión que será tomada luego de esta pausa duelo. La campaña electoral puede esperar. 

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