El 10% más rico de la población en América Latina y el Caribe paga una tasa efectiva de impuesto sobre la renta personal excepcionalmente baja si se la compara con la tasa aplicada al ingreso de los trabajadores asalariados, de acuerdo con la investigación Tributación para un crecimiento inclusivo presentada hoy por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la ONG OXFAM.
En algunos países de la región, el estrato de mayores ingresos paga por concepto de este impuesto entre el 1 y el 3 por ciento de su ingreso bruto, mientras que en otros países aporta alrededor del 10 por ciento. En comparación, en Estados Unidos la tasa efectiva para el 10 por ciento más rico es de 14,2 por ciento y en algunos países europeos incluso excede el 20 por ciento, explica el documento. “Salvaguardar los avances ya logrados por América Latina y garantizar un crecimiento inclusivo y sostenible deben ser prioridades para todos los países de la región. En consecuencia, la CEPAL y OXFAM hemos firmado un acuerdo para trabajar de manera conjunta en la promoción y construcción de un nuevo consenso contra la desigualdad”, planteó Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL.
El acuerdo de cooperación suscrito, que incluye la planificación e implementación de actividades conjuntas en diversos ámbitos, está orientado a fortalecer el consenso entre gobiernos y organizaciones sociales respecto a la necesidad de promover una agenda de políticas que aborden la desigualdad y la pobreza en todas sus formas estructurales. El informe presentado alerta que la recaudación de impuestos en América Latina es, en general, demasiado baja, por lo que la gran mayoría de los países de la región no recaudan lo suficiente para suplir las necesidades mínimas de la población en materia de salud y educación públicas, por ejemplo, ni para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (para lo cual se estima una recaudación mínima del 20 por ciento del producto interno bruto, PIB).
El sistema fiscal de la región favorece la recaudación de impuestos al consumo, como el IVA, lo que pone a las personas con menores ingresos en una gran desventaja frente a personas y empresas más ricas con beneficios de exenciones tributarias y facilidades para eludir impuestos, advierte el estudio. “Entre 2002 y 2015, las fortunas de los multimillonarios de América Latina crecieron en promedio un 21 por ciento anual, es decir, un aumento seis veces superior al del PBI de la región. Gran parte de esta riqueza se mantiene exenta del pago de impuestos o en paraísos fiscales. Es vergonzoso que en la mayoría de los países de la región continúe el aumento progresivo en la tasa y los bienes que pagan IVA, en vez de atacar la evasión fiscal y reducir las exenciones que reciben los que más tienen”, planteó Simon Ticehurst, Director de OXFAM para América Latina y el Caribe.
Según la investigación conjunta, los gobiernos otorgan un trato favorable a las compañías multinacionales en materia de impuestos, por medio de reducciones excesivamente generosas de las tasas del impuesto de sociedades. De acuerdo con algunos cálculos, la carga impositiva para las empresas nacionales equivale al doble de la carga efectiva soportada por las compañías multinacionales. En el documento, OXFAM y CEPAL hacen un llamado a los gobiernos de América Latina y el Caribe a reequilibrar los impuestos directos e indirectos, de forma que quienes más tienen –los individuos adinerados y las grandes empresas-, sean quienes más paguen.
Esto implica trasladar la carga de impuestos desde los trabajadores y el consumo, hacia el capital y la riqueza, gravando, por ejemplo, las transacciones financieras, las herencias y ganancias de capital, y revisando los incentivos que reciben las compañías multinacionales. Para Bárcena, “un sistema tributario internacional arcaico y disfuncional también proporciona a las empresas y a los ricos amplias oportunidades para que eviten pagar los impuestos que les corresponden en justicia”. Según datos de la CEPAL, la evasión de impuestos sobre la renta personal, corporativa y del IVA le cuesta a América Latina y el Caribe más de 320.000 millones de dólares al año, es decir, 6,3 por ciento del PIB. Para hacerse una idea de la incidencia de esta suma en la economía de la región, se estima que los grandes proyectos de infraestructura, que podrían incrementar el comercio interno latinoamericano, se sitúan en torno a unos 160.000 millones de dólares, la mitad de lo evadido.
El reporte lanzado hoy exhorta a los gobiernos a reducir en un 50 por ciento la evasión y la elusión fiscal en los próximos cinco años y un 75 por ciento en 10 años, participando en el debate global para redefinir el sistema fiscal internacional. Esto incluye poner fin a los paraísos fiscales y permitir que todos los países de la región puedan recaudar por lo menos el 20 por ciento de su PIB.
No hay comentarios:
Publicar un comentario