miércoles, 9 de marzo de 2016

LA UE acuerda devolver a Turquía a los refugiados que llegan a sus costas

Calificar de vergonzosa la decisión pactada entre la Unión Europea y Turquía es poco. Estamos a niveles muy bajos de la política. 

El gobierno de Ankara y de la UE han pactado un cambio radical en la gestión de la crisis de refugiados. La desesperación por frenar el flujo migratorio combinada con la estrategia turca han llevado a acordar la devolución a Turquía de todo extranjero que ingrese a las costas griegas, incluso a los sirios. A cambio, la UE traerá desde Turquía a un número de refugiados equivalente al de expulsiones.
El trato incluye elevar a 6 mil millones de euros el aporte económico de la UE a Turquía para atender a los refugiados. A cambio se amaga un primer paso para el proceso de ingreso de Turquía en la UE: a partir de junio sus ciudadanos no deberán recurrir al visado para viajar a la UE.
La UE hace por lo tanto oídos sordos a lo que los medios de prensa turcos están ventilando al punto de molestar permanentemente su Gobierno, con la clausura de varios diarios. Uno de éstos ha denunciado abiertamente el apoyo brindado por Turquía al Isis, además de los ataques permanentes contra los kurdos sirios, quienes se defienden precisamente del terrorismo practicado por este grupo. Esta ambigüedad del Gobierno de Ankara suscita muchas dudas acerca de su posibilidad de poder integrar el bloque europeo. 
La lógica del acuerdo es que "los sirios pueden solicitar asilo en Turquía. Y eso es un punto de inflexión", según el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, en la conferencia de prensa conjunta ofrecida junto al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu. Para Tusk es "un gran logro". La canciller alemana, Angela Merkel, por su parte, calificó de "gran paso" el acuerdo. "El asilo se pide en el punto de llegada y que el refugiado no elige dónde ir", recalcó Merkel, obviando en realidad las normas internacionales sobre el asilo político que en las últimas horas ha recordado la ONU que impide devolver a quien solicita ese amparo. La agencia de Naciones Unidas dedicada a los demandantes de asilo (ACNUR), manifestó ayer su inquietud al respecto. “Estoy profundamente preocupado por el acuerdo”, ha admitido el alto comisionado de la ONU, Filippo Grandi, quien concurrió al Parlamento Europeo para hablar de los problemas de los demandantes de asilo. “No se puede firmar ningún acuerdo que no salvaguarde las garantías que tienen los refugiados en el derecho internacional”, destacó el alto comisionado provocando aplausos entre los europarlamentarios de Estrasburgo.
El ingreso de refugiados sirios desde Turquía deberá luego transformarse en cuotas de aceptación por parte de cada país de la UE. Pero al respecto ya se conoce la incomodidad de Hungría, poco disponible a recibir refugiados. Tampoco se mostraron entusiastas con el apresuramiento con el que se llegó al acuerdo Chipre y Francia. El 17 y 18 de marzo habrá que definir todo más en detalle.
Europa quiere dar una señal clara, luego de haber amagado mayor apertura el año pasado: hay que ingresar legalmente al continente. Sin embargo, la decisión es de incierta legalidad. El tema no afecta a migrantes comunes, sino a personas que piden asilo también porque objeto de persecución en su país. Baste con pensar en los cristianos perseguidos por los terroristas u otras minorías. 
El primer ministro turco, Davutoglu, fue luego obligado, ante los periodistas, a pronunciarse sobre la libertad de prensa. Davutoglu sostuvo que el cierre del principal diario del país se debió a indicios de blanqueo de dinero. "Nadie puede acusar a Turquía de no tener libertad de prensa”, se defendió alegando que es un valor común con la UE.
No parece fácil contrarrestar la impactante cantidad de evidencias que indican incluso el comercio de petróleo de figuras de la familia del presidente Erdogan con el Isis. Sin embargo, todo puede esperarse en tiempos en que el presidente francés François Hollande concede la Legión de Honor al ministro de Interior de Arabia Saudita, país que detenta un récord de ejecuciones capitales que supera el del Isis, y que ha sido acusado de financiar a extremista tanto en Siria, como en el actual conflicto en Yemen.



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