No se despejan las dudas sobre la salud del presidente de Venezuela Hugo Chávez, quien regresó a su país proveniente de Cuba, donde fue sometido en diciembre a una cuarta intervención quirúrgica para extirpar el cáncer que lo afecta. Las fotos difundidas lo han mostrado sonriente, aunque se sabe que no puede hablar todavía.
La situación es delicada, porque Chávez ganó las elecciones que lo consagraron nuevamente presidente pero no pudo asumir en enero cumpliendo con el requisito del juramento como dicta el artículo 231 de la carta magna.
Su equipo de gobierno asegura que el presidente está en funciones y, por su estado de salud no pudo cumplir con el requisito del acto público del juramento, pero ejerce la conducción y ha tomado las decisiones más recientes, algunas de las cuales son importantes, como la devaluación de la moneda nacional.
Fuera de su entorno familiar, lo ha visto sólo el presidente boliviano Evo Morales, según aseguran fuentes oficiales, desde que fue internado en el noveno piso del Hospital Militar de Caracas.
Sin duda se trata de un caso sin precedentes: un presidente electo, que aseguran estar en funciones, pero sin la ceremonia de asunción del mando. La duda acerca de quién efectivamente está gobernando el país es legítima.
Qué tipo de inhabilitación sufre, qué tiempos se estiman para su recuperación y, luego de ésta, ¿podrá ejercer su función? La cuestión tiene que ver, nada menos, con la persona a la que en octubre millones de electores le confirieron el mandato presidencial. El estado de salud, aunque se preserven detalles que sí son privados, ya no es un tema privado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario