miércoles, 27 de febrero de 2013

Cuando la indignación es una virtud

Falleció Stephane Hessel, el intelectual francés que fue una suerte de ideólogo para el movimiento de los "indignados". 
 
A los 95 años de edad, falleció el 27 de febrero el intelectual francés Stèphane Hessel, quien fue una suerte de ideólogo de los "indignados", la movilización espontánea de la sociedad civil que en los últimos dos años ha dado la vuelta al mundo. Sus primeros y más significativos pasos se dieron en España, como reacción a los feroces ajustes fiscales aplicados desde el estallido dramático de la crisis financiera comenzada en 2008. La protesta se opuso a las medidas del gobierno que ha trasladado sobre los sectores asalariados el costo monetario y social de errores cometidos y tolerados por los sectores políticos y de la alta finanzas.
La patente injusticia con la cual se ha procedido en el Viejo Continente para encarar la crisis motivó el libro en el que Hessel recogió sus ideas y que en francés se titulaba justamente "Indignez-vous" (¡Indígnense!, en español).
El movimiento de los indignados ingresó en la arena política de la primavera árabe y tuvo otras de sus expresiones en el movimiento "Occupy Wall Street" en referencia de los piquetes realizados en la más famosa plaza financiera del planeta, y sus ramificaciones llegaron a Grecia, Italia, Portugal, Irlanda, además que en la misma Francia, entre otros países.
Si hay algo que subraya la labor de Hessel y de los indignados es precisamente la virtud de saberse indignar. Porque lo que está aconteciendo en gran parte del planeta es literalmente indignante. Lo confirma la lectura que hacen de cómo está siendo encarada la crisis por parte de los muchos y autorizados observadores del fenómeno, desde economistas como Stiglitz, Krugman, Napoleoni a sociólogos como Bauman, para citar algunos nombres.
Luego de la fiesta de dinero virtual generado por las más descaradas especulaciones financieras que se haya visto en la historia, luego de que los sectores políticos han cerrado un ojo sobre el problema, pocos de los responsables del descalabro han pagado los platos rotos. Cabe recordar la... indignación del mismo presidente de los Estados Unidos ante los estratosféricos beneficios cobrados por los mismos que provocaron el problema, altos ejecutivos de entidades financieras. Mientras en Estados Unidos, España, Grecia e Italia el desempleo alcanzaba niveles inéditos, el peso fiscal cayó sobre los asalariados que, en promedio, tienen una carga fiscal que ronda el 40 por ciento de sus ingresos, mientras que la renta financiera sólo recientemente está comenzando a tener impuestos en torno al 25 por ciento.
Indignarse, es bueno recordarlo, es cosa distinta de odiar y menos todavía de recurrir a la violencia. Es, por cierto, un sentimiento y en ciertos casos también una virtud, porque supone no sólo denunciar una situación de patente injusticia, sino también de hacerse cargo de ésta.
Hay muchas cosas que deberían indignarnos, desde la desatención con la que a menudo la política desatiende los reclamos ciudadanos, a la escandalosa persistencia de la pobreza, a las desigualdades que terminan avalando la existencia de mundos paralelos e incomunicados, el de la exclusión y el del bienestar. Debería indignarnos la incapacidad de los sectores dirigentes de interpretar los cambios de este mundo desde la perspectiva del bien común y no de los intereses particulares.
Los cambios climáticos en curso están provocando nuevos futuros pobres y más miserias entre las poblaciones más vulnerables, pero demoran las medidas gubernamentales y en el plano de los oasis os multilaterales como la ONU, con tal de no perjudicar quienes hacen negocios con los combustibles fósiles, entre los principales responsables del calentamiento global, o con las otras industrias más contaminantes.
Hessel, quien en su juventud conoció la guerra y la deportación, supo Indignarse, así como lo hizo Gandhi, Muhammad Yunus, fundador del microcrédito, como Francisco de Asís y como el mismo Jesús, quien por cierto no fue tierno con los ricos. No por el mero hecho de serlo, sino acaso por sentirse tan seguros, protegidos por su buen pasar, que habían perdido la capacidad de indignarse ante la pobreza de los demás.

martes, 26 de febrero de 2013

La despedida de Benedicto XVI

Ante una multitud reunida en la plaza San Pedro, Joseph Ratzinger ha invitado a entregarse a Dios como lo hacen los niños. “El Señor está siempre al lado nuestro”.
Antes de pasar a ser papa emérito, Benedicto XVI se despidió hablando a la multitud reunida en la plaza San Pedro para saludarlo. El tono del Papa fue sereno, habló pausadamente, se diría con dulzura. Agradeció a todos, a sus colaboradores, a los cardenales que lo han acompañado... y también a las tantas personas que con sencillez se han dirigido a él por escrito, con cartas que venían del corazón, gente que, como él mismo ha comentado, se dirige al Papa no como se escribe a un jefe de Estado.
El suyo fue un discurso sencillo, trasparente, abierto y lleno de confianza en Dios. “Siempre he sabido que en la barca de Pedro, que no es nuestra, no es mía, está el Señor”. El Papa recordó que en los ocho años de pontificado hubo momento de luz y de alegría, pero también momentos difíciles. Acerca de su decisión de renunciar:  “Amar la Iglesia también significa tener el coraje de hacer elecciones difíciles y sufridas por el bien de la Iglesia”. Sin embargo, esto no significa alejarse del llamado a acompañar la vida eclesial: “No regreso a la vida privada, no abandono la cruz sino que sigo al servicio de la Iglesia y en cierto modo en el precinto de San Pedro, acompañaré con la oración y la reflexión”. Con palabras cálidas invitó a todos a entregarse a Dios con la confianza de los niños:  “Quisiera que cada uno sintiera la alegría de ser cristiano... El Señor nos acompaña y está cerca de nosotros”. “Yo también los he querido a todos”, testimonia no sin cierto candor. Como decir: también el Papa ama al prójimo.
Durante todo su papado, con las palabras, los escritos (“Dios es amor” ha sido el título de su primera encíclica) y sus gestos, entre ellos el de tomar la decisión de renunciar por carecer de las energías necesarias para ejercer el ministerio petrino, y hasta en este último discurso, Joseph Ratzinger ha recordado constantemente que el amor es el combustible indispensable que da sentido a la Iglesia (“un cuerpo vivo”) y permite comprender su naturaleza.
Esta clave permite, quizás, entender también las circunstancias duras y dolorosas que hoy están afectando a toda la cristiandad y la enlodan, comenzando por hechos aberrantes como los abusos de menores o como las luchas intestinas, que surgen precisamente cuando se pierde el horizonte del amor que debe alimentar y orientar los comportamiento de cada miembro de la Iglesia.
Sin amor, y Jesús convoca a cada cristiano a vivirlo y dar testimonio de ello en su vida, el “cuerpo vivo” de la Iglesia se torna cuerpo muerto, la teología se vuelve ideología, las enseñanzas morales duros dictados sin sentido, el servicio para el bien de todos se vuelve árida burocracia y, cuando no, espacio de poder.
S. Kierkegaard decía que el cristianismo no es una doctrina, es el encuentro con una persona. La Iglesia, pese a que a veces su navegación pasa por momentos por aguas tormentosas, tiene la inmensa tarea de dar testimonio de haberse encontrado con Jesucristo vivo, presente entre sus miembros porque, como recuerda el Evangelio de Mateo, “donde dos o más están reunidos en mi nombre, yo estoy en medio de ellos”.

domingo, 24 de febrero de 2013

El voto en medio de la incertidumbre


Hoy y mañana lunes los italianos votan para llegar a un nuevo gobierno. Pero, en medio de una crisis que sigue azotando el país, hay serias dudas sobre la gobernabilidad.

Entre las tantas peculiaridades del sistema político italiano, está también la celebraciones de los comicios electorales que abarcan el domingo y el lunes hasta las 14,00 hs. Los electores de la península, sin embargo, tendrán entre hoy y mañana la ardua tarea de despejar algo del sombrío panorama político y económico. De hecho, ninguno de los partidos que muestras chances de acceder al gobierno podrá hacerlo, con toda probabilidad, con los votos suficientes para gobernar. Ni la centro izquierda, ni la propuesta del último jefe de gobierno, Mario Monti, ni Silvio Berlusconi y ni Beppe Grillo, un humorista televisivo pasado a liderar un movimiento reformador de la política, dan muestra de poder alcanzar los votos suficientes para gobernar. Hará falta una coalición que se anuncia débil. En efecto, no falta quien hable de nuevas elecciones en octubre. 
Las angustias políticas de los italianos no son pocas: el gobierno entrante heredará una deuda pública que casi llega al 130 por ciento del Producto Bruto Interno. La fragmentación política ha alcanzado niveles inéditos, pese a la tentativa en los ‘90 de reducir la cantidad de partidos políticos, al tiempo que una seguidilla de escándalos por corrupción salpica todos los sectores. El más antiguo banco italiano, el Monte dei Paschi di Siena, ha sido sacudido por las denuncias de uso ilegal de los fondos. La Liga Veneta, del secesionista Umberto Bossi, hoy paga el precio de haberse creído impoluta, hasta descubrir el caprichoso uso de los fondos del partido por parte de la familia de su mismo líder. Berlusconi, cuyo regreso a la política es considerado una catástrofe por los mismo aliados de Italia en la Unión Europea, está demostrando un nivel surreal de desfachatez. En un país donde el consumo ha bajado un nivel nunca alcanzado desde el fin de la Segunda Guerra Mundia, ha cerrado su campaña con declaraciones de un populismo insultante. Luego de proponer elevar las jubilaciones mínimas y devolver a los italianos la tasa sobre los inmuebles, una suma sideral, y ante el costo de la maniobra, espetó públicamente: “Pero ¿qué son al fin y al cabo 4.000 millones de euros? (4.000 millones de dólares)”, y prometió sostener al erario público con su propio patrimonio. “Como es valuado en 4.500 millones de euros, si me quedo con 500 millones tendré lo suficiente”. 
El fenómeno nuevo de estas elecciones es el crecimiento del “Movimento 5 Stelle” de Beppe Grillo. Surgido sobre la onda del hartazgo por la política corrupta y los escándalos que la han envuelto en estos años, la propuesta del ex cómico es de un cambio radical, una suerte de “que se vayan todos”, comenzando por los legisladores procesados por la justiciay llegando a recortar los privilegios que se ha concedido la casta de los representantes del pueblo y los funcionarios públicos de alto rango. Sin embargo, el problema del país es el de una gobernabilidad que asegure estabilidad y no sólo figuras probas en el gobierno. 
En este sentido, no termina de seducir la propuesta del centro izquierda liderado por el Partido Democrático, que recoge tanto a ex comunistas como a ex socialistas y sectores de centro, que en estos años no se ha caracterizado por decir algo nuevo acorde a sus ideales partidarios de justicia social. 
Finalmente, una característica común a los gobiernos de cualquier que se han sucedido en los últimos 30 años es no haber sabido afrontar con determinación el cáncer de la mafia, cada vez más expendido a todo el país. Y eso supone un precio muy alto, ya que los negocios mafiosos contribuyen a mantener sumergida la economía del sur, inundan el país de dinero reciclado y facturan en torno a los 150.000 millones de euros al año. 
Un fin de semana electoral incierto, por lo tanto, y un futuro que lo es todavía más. Siempre y cuando las urnas no reserven a los italianos alguna sorpresa, por improbable que sea. 
 

miércoles, 20 de febrero de 2013

La salud de Chávez

No se despejan las dudas sobre la salud del presidente de Venezuela Hugo Chávez, quien regresó a su país proveniente de Cuba, donde fue sometido en diciembre a una cuarta intervención quirúrgica para extirpar el cáncer que lo afecta. Las fotos difundidas lo han mostrado sonriente, aunque se sabe que no puede hablar todavía.

La situación es delicada, porque Chávez ganó las elecciones que lo consagraron nuevamente presidente pero no pudo asumir en enero cumpliendo con el requisito del juramento como dicta el artículo 231 de la carta magna.

Su equipo de gobierno asegura que el presidente está en funciones y, por su estado de salud no pudo cumplir con el requisito del acto público del juramento, pero ejerce la conducción y ha tomado las decisiones más recientes, algunas de las cuales son importantes, como la devaluación de la moneda nacional.

Fuera de su entorno familiar, lo ha visto sólo el presidente boliviano Evo Morales, según aseguran fuentes oficiales, desde que fue internado en el noveno piso del Hospital Militar de Caracas.

Sin duda se trata de un caso sin precedentes: un presidente electo, que aseguran estar en funciones, pero sin la ceremonia de asunción del mando. La duda acerca de quién efectivamente está gobernando el país es legítima.

Qué tipo de inhabilitación sufre, qué tiempos se estiman para su recuperación y, luego de ésta, ¿podrá ejercer su función? La cuestión tiene que ver, nada menos, con la persona a la que en octubre millones de electores le confirieron el mandato presidencial. El estado de salud, aunque se preserven detalles que sí son privados, ya no es un tema privado.

lunes, 18 de febrero de 2013

Diálogo sí, pero con todos

Se necesita abrir un diálogo con las organizaciones del campo para aprovechar el gran potencial que representa para el país.

Llama la atención cómo en determinadas situaciones el Gobierno nacional invoque la necesidad del diálogo como herramienta esencial para alcanzar acuerdos políticos y en otras directamente se cierre a practicarlo. Uno de estos casos tiene que ver con el campo.
Nuestra economía posee un perfil agroganadero, es innegable. Tan solo la soja y sus derivados generan exportaciones por 25 mil millones de dólares, lo cual supone ingresos fiscales por unos 9 mil millones de dólares. El país ha alcanzado y superado el hito de los 100 millones de toneladas de granos.
Habría que incluir a estos montos, todo lo que significa a nivel interno y externo, el resto de la producción agraria, la actividad ganadera y cárnica, el sector de la leche y sus derivados. Sectores como la uva y la vitivinicultura, la fruta en general, son conocidos por haber alcanzados niveles de excelencia. Y habría que considerar los demás sectores industriales que dependen del campo: la industria de alimentos (panadería, pastas, arroz, aceite, dulces, etc.). Si se hace una estimación de todo lo que se impulsa desde el campo, nos encontraremos con sumas siderales que mueven sin duda parte sustancial de la economía argentina.
Sin embargo, el desencuentro entre el Gobierno nacional y el campo es evidente como nunca. Como si hubiera emprendido un camino de no retorno. Lo cual es inexplicable.
Lo es porque al mismo tiempo, el Ejecutivo ha abierto un gran debate en torno de la decisión del Gobierno de abrir un diálogo nada meno que con Irán. Se trata del país cuyo gobierno que nuestra justicia sospecha involucrado con el atentado a la AMIA, nada menos. Es el país cuyos mayores referentes niegan la Shoa, uno de los más tremendos crímenes cometidos en la historia contra la humanidad, y proclaman la destrucción del Estado de Israel. No es menor esta postura ya que en la Argentina vive una de las más numerosa comunidad judía del mundo, principal víctima del terrible atentado cometido en 1994.
Quien escribe sostiene que ante la necesidad de esclarecer ese hecho delictivo y de hacer justicia es preciso dialogar con quien sea. Más allá del juicio que podamos tener sobre el documento firmado por las dos partes. Ese ya pasa a ser otro tema. Del mismo modo, siempre es necesario encontrar un equilibrio entre postura crítica hacia ciertas políticas interna de algunos países y exclusión de los ámbitos de discusión. Poco o nada bueno ha producido el anacrónico boicot y la exclusión de Cuba de la OEA. El diálogo siempre es la herramienta preferencial precisamente para allanar diferencias.
Pero si esto vale por el gobierno de Irán, cabe preguntarse por qué no vale con las organizaciones rurales, a las cuales claramente el gobierno busca dividir para discutir por separado lo que ellas en cambio quieren negociar en conjunto.
El ninguneo y la cerrazón no producirán nada bueno.
Y no es cuestión de alimentar una opinión idílica hacia ciertos productores agropecuarios, que en los años pasado han sido ejemplo de egoísmo y de aprovechamiento de circunstancias favorables, con poca sensibilidad para con el resto del país.
El tema pasa en cambio por el reconocimiento de un gigantesco recurso que el país posee y que puede ser fuente de mayor desarrollo.
Es del diálogo que podrá surgir el establecimiento de reglas del juego más clara, comenzando por diferencias entre grandes, medianos y pequeños productores. No se puede tratar al mismo modo un pool de siempre anónimo, que de la fertilidad de la tierra no se preocupa y que dispone de cientos de miles de hectáreas en las que se practica el monocultivo de la soja y a un poseedor de 100 hectáreas que todos los años se arriesga a sembrar. El 80 % de la tierra está en manos de grandes productores, que son el 20 % de los titulares, y el restante 20 % de la superficie sembrada pertenece a pequeños y medianos productores, que son el 80 %. ¿De qué manera evitar el cierre de frigoríficos, 120 en los últimos años? ¿De qué manera evitar que los tamberos abandonen su actividad? ¿De qué manera inserir el campo en las economías regionales? ¿Qué mecanismos pueden financiar el campo? En Brasil el gobierno de Dilma Roussef habilitó 57 mil millones de dólares para financiar el campo, que este año alcanza los 184 millones de toneladas. ¿Cómo vincular las carreras universitarias con la industria alimenticia? ¿Y cómo ampliar los mercados internacionales de ésta?...
Son dilemas que se pueden resolver también sentándose a discutir con las organizaciones rurales, estableciendo algunos pocos puntos que determinen políticas de Estado. Cerrarse a esta posibilidad es un gesto que sólo podrá perjudicar a largo plazo el país.

Victoria aplastante de Correa

El actual presidente logró un tercer mandato recogiendo el 57 por ciento de las preferencias. El apoyo a su gestión abarca a todos los sectores sociales.

Nadie dudaba de que el presidente ecuatoriano Rafael Correa lograría el tercer mandado. En todo caso, el tema era con qué margen ganaría. Ayer Correa logró casi el 57 por ciento de los votos. El segundo lugar lo ocupó el banquero Guillermo Lasso con casi el 24 por ciento de los votos y tercero, muy lejos, quedó el ex presidente Lucio Gutiérrez con un escaso 6 por ciento. Más de 30 puntos sobre el adversario que sigue en una votación dicen la comodidad de la victoria de Correa, y haber cosechado una mayoría tan amplia dice que recibe apoyos desde todos los sectores sociales.

El eje de su discurso electoral, ya que en realidad no apareció un claro programa de gobierno, se centró en la profundización de los cambios que ha logrado Ecuador desde su primer mandato, en 2007. Y estos cambios no son menores.

La mejor distribución del ingreso ha permitido sacar de la pobreza a millones de ecuatoriano que, en el pasado, tenían en la emigración la única fuente de esperanza de un futuro mejor. El acceso a la salud, gratuita y pública, y a la educación ha mejorado notablemente, gracias también a la construcción de escuelas y hospitales. Mejoras en la previsión social, la implementación de un subsidio de 50 dólares mensuales para los sectores más vulnerables (2 millones de personas), el subsidio al costo del transporte, la construcción de nuevas rutas que permiten mejorar la comunicación de este país montañoso son parte de los resultados que explican la popularidad alcanzada por Rafael Correa.

Su gestión se caracteriza también por el histórico proceso de revisión de la deuda externa del país. Un lastre que pesaba desde hacía décadas. Luego de un estudio por parte de una comisión, el 39 por ciento de la deuda fue declarado ilegítimo. Esto permitirá ahorrar 7.500 millones de dólares en los próximo años, pero permitió al país fortalecer su posición luego de años de pasiva sumisión ante los dictados del mundo financiero representado por el FMI.

La clausura de la base militar estadounidense de Manta, la más grande de la región, también supuso un nuevo protagonismo de un gobierno que ha optado claramente por la integración latinoamericana hoy representada por el surgimiento de la UNASUR, la Celac, la Alianza del Pacífico (junto a Perú, Colombia y México). El asilo político concedido al creador de Wikileaks, Julian Assange, perseguido por Estados Unidos por la publicación de cables reservados en la web, es fruto de este cambio de rumbo dado a nivel de política exterior.

Pero la mejora del ingreso, la disminución de la pobreza y el aprovechamiento de los recursos naturales en beneficio del país y no en desmedro (Correa ha cambiado las relaciones contractuales con las corporaciones que explotan los recursos petroleros como la hecho en Bolivia su par, Evo Morales), no serán los únicos desafío del presidente de aquí al 2017. La cuestión de la explotación de los recursos mineros supone un debate con los ambientalistas y las comunidades indígenas que pondrá a prueba el protagonismo que estos sectores han adquirido con la nueva constitución aprobada en 2009. Es un tema, éste, común a mucho de los países de la región desde que los precios internacionales, desde la suba de los precios internacionales. Es decir, mayores ingresos versus preservación del medio ambiente. Encontrar un camino equilibrado no será fácil.

Rafael Correa también deberá cuidar de la calidad democrática y la institucionalidad si quieres consolidar el camino recorrido y transformarlo en conquistas definitivas. Desde la sociedad civil se señala la tentación desde el gobierno de cooptar voluntades y posturas, ero por la vía de los hechos dificultado la real participación de los sectores representados por estas organizaciones. A la larga, el desarrollo de un país depende no sólo de la distribución del ingreso, sino también de la calidad de la democracia.

martes, 12 de febrero de 2013

Otros casos de renuncia papal

Hacía casi 600 años que no se producía la renuncia de un papa a su ministerio. El antecedente más similar es el de Celestino V.

Non son muchos los papas que en la historia milenaria de la Iglesia presentaron su renuncia al ministerio. En la casi totalidad de los casos, se trató de decisiones forzadas por circunstancias externas: exilios forzados con amenaza de muerte, disputas internas en la que se llegó a elegir a varios papas a la vez. Los historiadores coinciden en indicar a Ponciano (230-235) como el primero en utilizar la renuncia, ante su exilio decretado por el emperador romano Maximino el Tracio. Ante la eventualidad de morir, el papa abdicó. Algo parecido ocurrió con el papa Silverio quien habría renunciado semanas antes de su fallecimiento, en 537, desde su destierro en una isla del Mediterráneo.
Entre 963 y 965 se da la deposición y abdicación de Juan XII, León VIII y Benedicto V quienes participaron de las disputas por el poder entre papado e imperio. Algo parecido aconteció en la secuencia entre Benedicto IX, Silvestre III y Gregorio VI entre 1044 y 1046. En tales casos no hay unanimidad entre los historiadores.
Más claro es el caso de la renuncia de Celestino V (en la imagen), Pedro de Morone, elegido papa en 1294. El 31 de diciembre de ese mismo año, alegando ignorancia e incapacidad propia, regresó a la vida monacal que había llevado hasta ese momento, incluso alcanzado fama de santidad. Finalmente, también en el agitado contexto de las disputas políticas que llevaron a la presencia de tres papas cada uno acompañado por el apoyo de diferentes reinos europeos, Gregorio XII elegido, quien había sido elegido legítimamente, renunció en 1415.
Sin duda, la renuncia que acaba de presentar Benedicto XVI guarda mucha relación con la de Celestino V, ya que en ambos casos se trata de motivaciones personales y no de presiones o amenazas externas.
En el libro entrevista "Luz del mundo", (2010) del periodista aleman Peter Seewald, Benedicto XVI se refirió a la eventualidad de una renuncia. "Cuando un papa llega a la clara consciencia de no estar más en condiciones físicas, psicológicas y mentalmente de desempeñar el cargo confiado - declaró -, entonces tiene el derecho y en algunas circunstancias también el deber de dimitir".

lunes, 11 de febrero de 2013

La cruz del Papa

El gesto de renuncia de Joseph Ratzinger es coherente con ese Evangelio que ha predicado constantemente. En él hay mucho coraje y realismo.
 
Luego de la noticia que ha tomado por sorpresa a todo el mundo, en los medios de comunicación y en las redes sociales abundan los análisis y especulaciones sobre los motivos de la renuncia del Papa a seguir en el ministerio petrino. Hay de todo. Desde las lecturas más serias y profundas, a los que evocan supuestas profecias, signos premonitores u oscuros complotes internos. Ha habido quienes han juzgado negativamente la renuncia del Papa, acusándolo de no querer soportar el peso de la conducción de la Iglesia católica, otros ven en este gesto el ingreso en ella de aspectos de la modernidad.
Sin duda, la Iglesia no pasa por un momento fácil, sacudida como es por los efectos de escándalos como el de abuso de menores, una llaga todavía abierta y una dolorosa mancha para toda la comunidad católica, y otros que han revelado la presencia de luchas intestinas en ámbitos muy cercanos al mismo Papa.
El Evangelio es una fuente permanente de luz y un deber ser con el que, junto a todas las Escrituras, el Pueblo de Dios tiene que medirse constantemente. Que Jesús haya prometido su presencia en la Iglesia y la asistencia del Espíritu no significa que esté exenta de las dificultades y las incertidumbres de una época como la nuestra, caracterizada por la complejidad de los cambios en curso.
Lo expresa eficazmente el Papa en el discurso en el que anuncia su decisión: "En el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de san Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor, tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado".
Josep Ratzinger, en coherencia con ese Evangelio que invita a saber dar la vida por los demás, ha mirado al bien de la Iglesia. Y con la misma sencillez evangélica que invita a hablar con claridad, pues Jesús enseñaba que nuestro hablar fuera "sí, sí, no, no", ha comunicado su decisión.
Un gesto que revela coraje y realismo. El Papa no se ha bajado de la cruz, acaso ha comprendido cuál era la suya.

sábado, 9 de febrero de 2013

Ojos que no ven

Los Estados Unidos disponen de una flota de 8 mil drones (aviones no tripulados). El Pentágono recluta entre los campeones de los video games los que los manejan.
 
La experiencia dice que matar es un oficio tan poco natural que en gran parte de los soldados que participan de la guerra se producen severas secuelas psicológícas. Entre los veternos estadounidenses de Iraq y Afganistán el número de miliares con secuelas es de varias decenas de miles, al tiempo que la tasa de suicidios es muy alta. Según fuentes oficiales, en 2009 hubo 18 suicidios por día. Lo cual confirma que un 20 por ciento de los 30 mil suicidios que cada año se registran en los Estados Unidos, son ex combatientes.
Recién después de 12 años casi de ocupación de Afgnanistán y 10 de Iraq, el Pentágono ha llegado a la conclusión de la imposibilidad de combatir el terrorismo con la presencia militar en el territorio. Eso implica ciento de miles de efectivos, una cantidad grande de vehículos y una costosa logística, la que confirmará la estimación del economista Joseph Stiglitz de que la guerra en Iraq terminará costando (incluyendo la atención sanitaria a los heridos y el tratamiento previsional) unos 3 millones de millones (billones) de dólares.
Más eficaz, se está demostrando el uso de los drones. Aviones armados no triupulados, dirigidos a distancia exactamente del mismo modo con el que las consolas de video juegos entretienen a mucho jóvenes y menos jóvenes. Tanto es así, que el Pentágono presta mucha atención a los campeones conocidos en video juegos (muchas simulaciones reconstruyen precisamente los campos de batalla contra el terrorismo), a los que suele contratar para que desarrolen esa habilidad al servicio de las fuerzas armadas. ¿La ventaja? La distancia. Como el avión no es tripulado, el piloto no sufre el estres del riesgo personal de su vida. Por otro lado, revive en la pantalla el juego al que está acostumbrado, sin que tenga que ver de cerca las consecuencias de sus ataques. Y desde la Segunda Guerra Mundial, la experiencia enseña que los pilotos que no tuvieron oportunidad de ver los efectos de sus bombardeos sobre las personas, reportaron menos secuelas que aquellos que sí asistieron al efecto de las bombas o de los disparos.
Se supo que los Estados Unidos disponen de una flota de 8 mil drones, dislocados en las áreas donde actúan los teroristas o supuestos tales. La efectividad ha sido comprobada y está impulsando el retiro de tropa y el despliegue de más drones. Ante la crisis en Mali, donde un área de 900 mil km2 de desierto ofrece a los militantes de la Guerra Santa (la jihad) presentes en la zona un enorme territorio donde ocultarse, el gobierno del vecino Niger, que comparte 800 km de fronteras con los malíes, ha aceptando la instalación de drones para vigilar la actividad terrorista. Gracias al seguimiento de los enemigos por satélite, luego de una investigación que los identifica, los blancos son seleccionados y eliminados sin tener que enviar contingentes militares y sin la publicidad que eso supone. Semanalmente, el presidente Barack Obama firma la lista de blancos a eliminar que, ahora, puede incluir incluso a ciudadanos estadounidenses. La polémica ha estallado en estos días, con motivo del nombramiento del nuevo mandamás de la CIA.
En Pakistán y en Yemen, sin contemplaciones para la soberanía de estos Estados, los ataques de los drones han eliminado entre 2 mil y 4 mil personas. La fuentes militares aseguran que el porcentaje de efectos colaterales, es decir víctimas inocentes, es “bajo”, entre el 18 y el 23 por ciento. La distancia entre el Pentágono y ese 20 por ciento de víctimas inocentes, evidentemente es tan grande que permite considerar positivamente este resultado.
Ojos que no ven, corazón que no sufre. Lástima que por este medio se pierde cada día algo de humanidad, aunque las estadísticas no dicen cuánto.

viernes, 8 de febrero de 2013

Un video polémico

Un grupo de marinos salió a entrenar con canticos referidos a matar argentinos, peruanos, bolivianos... una actitud que debe ser repudiada.

Algún fanático entrenador de soldados sigue soñando con el modelo de los infantes de marina de los Estados Unidos, cuya formación en su momento ilustrara el director Stabley Kubrick en su famosa película “Nacidos para matar”. En ella – eran los años de la guerra de Vietnam -, los coros con consignas machistas o racistas, eran parte de un entrenamiento pensado para templar, supuestamente, el espíritu del soldado, destinado a transformarse en parte de una máquina bélica en la que sólo se ejecutan órdenes y se tiene que estar dispuestos a matar. De ello depende la vida propia, del compañero inmediato de armas, de la unidad, de la Patria.
No caben dudas de que en varios cuerpos armados, en algunos casos incluso policiales, hay quien admira este modelo de formación, que obtiene sujetos que sin ningún tipo de objeciones realiza cualquier acto violento, obedeciendo como una máquina. De ahí la imitación que llega – y debe ser uno de los últimos escalones de esta adaptación – , a los coros durante las marchas de entrenamiento, como la que filmó un turista en Chile al ver pasar un grupo de marinos. Al difundir el video en internet estalló el escándalo que está provocando revuelo en la región.
Más allá de las tonterías que se les hace cantar a un grupo de muchachos y de la comprensible irritación por las actitudes xenófobas – aunque en esto, quien está exento de pecados que arroje la primera piedra –, lo más preocupante es la mentalidad de quienes entrenan a uniformados. La idea de acostumbrar al desprecio de la vida humana para adiestrar al uso de las armas, sean éstas un rifle, un cuchillo, un avión o un barco, es un absurdo, porque evidentemente desconoce que matar es un oficio para nada natural, al que pocos se acostumbran. La cantidad de veteranos estadounidenses de Iraq y Afganistán que se han suicidado luego de regresar a su país, supera a los casi siete mil que murieron en el combate. Otros decenas de miles sufren secuelas psicológicas a menudo permanentes.
La discusión, por lo tanto, debería centrarse en cómo y para qué formamos a los miembros de las Fuerzas Armadas, en Chile y en el resto de los países. El oficial que permitió esos coros, es apenas el último eslabón de una cadena de decisiones e instituciones anacrónicas que deben reformarse. Y el eje central de esta reforma debería girar en torno al concepto de que el uso de la fuerza debe ser – pese a los conflictos que en el mundo parecen desmentirlo – siempre una excepción y limitarse estrictamente a defenderse de una agresión, cuando ya no hay otro camino posible.
Seguir soñando con la gloria y el honor de los campos de batalla, en los que por lo general no hay ni honor ni gloria, es un ejercicio peligroso que forma individuos dispuestos a pisotear la dignidad humana en cualquier circunstancia. La experiencia de la represión contra civiles durante las dictaduras militares en América latina lo demuestra.
Lamentablemente, es muy difícil que desaparezcan las guerras. La historia parece demostrarlo. Pero no es esa una razón para brutalizar soldados.