Juan Orlando Hernández obtuvo el 54 por ciento en las preferencias. A seis puntos de distancia se ubica Xiomara Castro, del izquierdista partido LIBRE. No se conoce todavía la composición del nuevo Congreso donde es muy posible que serán necesarias coaliciones.
Con el 54 por ciento de los votos a la presidencia escrutados, el candidato del oficialista Partido Nacional, Juan Orlando Hernández, aseguró la continuidad en el poder de esta agrupación de derecha. La adversaria más directa de Hernández, Xiomara Castro, esposa del ex presidente Manuel Zelaya, depuesto en 2009 por un golpe de Estado, candidata del recién nacido partido Libertad y Refundación (Libre), se ubicó a seis puntos de distancia.
El resultado despejaría las sospechas de fraude sembradas por las autoridades de LIBRE, que señalaron irregularidades en el conteo de votos. Todavía no se conocen los resultados de la nueva composición del Congreso pero todo indica que se necesitarán alianzas para obtener la mayoría de votos, debido a la fragmentación política, con nueve partidos compitiendo para el cargo de presidente. Pese a la derrota sufrida, LIBRE logra ubicarse como segunda fuerza más votada y, por primera vez, constituir una gran brancada de izquierda.
Hernández ha sido el presidente del Congreso durante el Gobierno del presidente Porfirio Lobo, elegido luego de las elecciones que sucedieron al golpe de Estado que derrocó a Zelaya. Hombre de confianza del jefe del ejecutivo intentó desmarcarse de su gestión, en la que se han incrementado significativamente los niveles de violencia y pobreza del país. “Nosotros somos una nueva generación dentro del Partido. Este es otro tiempo” señaló Hernández durante la campaña y ayer lo reiteró en su discurso de victoria.
Cn 45 años, Hernández es un político joven, que adhiere a las pautas de la economía neoliberal. Su programa apuesta a la privatización de algunas empresas públicas, la flexibilización del empleo para promover la inversión extranjera y un programa asistencialista. En materia de seguridad, una de las cuestiones más candentes del país, considerado el más inseguro del mundo, el flamante presidente es partidario de la mano dura.
“Hernández seguirá profundizando en el modelo neoliberal que ha desatado muchas protestas en este gobierno y eso abrirá un escenario de mayor conflictividad social que ahora tendrá una representatividad en el Congreso a través de LIBRE y la posibilidad de una cuota de gobiernos locales”, analiza Gustavo Irías, director del Centro de Estudios para la Democracia. En efecto, mas que el propio Hernández, es su vicepresidente, el intendente de Tegucigalpa Ricardo Álvarez quien reúne el consenso de las elites económicas y políticas hondureñas.
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