martes, 5 de abril de 2016

El Isis en retirada

Luego de Palmira, la ciudad arqueológica del desierto, ahora el ejército sirio ha liberado de la ocupación del Isis la pequeña ciudad de Al Qariatein, 120 kilómetros más al suroeste. Sus 15.000 habitantes fueron desplazados por el conflicto. 

La tregua con las demás fuerzas de oposición que luchan contra el Gobierno sirio, ha dado como resultado la posibilidad de concentrarse contra el principal enemigo, los terroristas del Estado Islámico (que ni es estado ni encarna la religión que pretende representar). También ha dado resultados el apoyo de milicias aliadas: los chiitas libaneses de Hizbolah, los pasdarán iraníes y también y afganos chiitas, más el apoyo de los speznatz rusos (tropas de élites) soportados desde el aire por la aviación de su país. 
¿Hacía falta tanto despliegue? Lo que a menudo se soslaya es que las milicias que combaten contra el régimen de Damasco las componen combatientes de 70 países y han causado notables bajas al ejército regular sirio en estos años. 
Los reveses del Isis permitirán conocer más sobre cómo este grupo ha logrado tanta eficacia contra ejércitos regulares (en Siria e Iraq) y de dónde proviene su equipamiento. En pocos meses los ataques aéreos rusos han logrado lo que en más de un año no consiguió la coalición guiadas por Estados Unidos. También esto deberá ser aclarado. 
Ahora el objetivo es Raqqa, el bastión sirio del Isis. Su conquista podría despejar el territorio sirio de esta presencia amenazadora. 
Pero eso es tan sólo el aspecto militar. El más duro porque implica vida humanas. El aspecto político, es decir, cómo el Isis pudo ser tan fuerte, con qué apoyos y con qué financiación será el tema de los próximos meses. 
Antes estos antecedentes, el de un ataque coordinado y deliberado contra países soberanos, como ha ocurrido en Siria y Libia más recientemente, si la comunidad internacional no reconstruye un nuevo orden entre las naciones, la perspectiva es que seguirán provocándose nuevos conflictos, porque nadie tendrá la fuerza moral para impedir nuevas agresiones.

La agenda de los conflictos, de esta tercera guerra mundial no declarada que hay que detener es larga: Iraq, Yemen, Mali, Ucrania, Afganistán, Iraq, República Centroafricana, Sur de Sudán, y nuevamente el enclave de Nagorno-Carabaj... Y se hace urgente intervenir. 

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