jueves, 23 de junio de 2011

Cuando la economía es canalla

Las mafias han comprendido con mucha rapidez cómo funciona la economía globalizada. Sus capitales han penetrado en el sistema financiero y se han vuelto necesarios para el mismo. La importancia de la lucha contra el lavado de dinero.

por Alberto Barlocci


El fenómeno de las mafias no se limita al mero aspecto delictivo: tráfico de drogas, juego clandestino, prostitución, extorsiones, etc. Hoy la batalla más importante contra el crimen organizado, y la menos conocida, se libra en el terreno económico. El término bélico no es una mera metáfora, sino un realidad que en México, por ejemplo, cobra particular evidencia con más de 12.000 muertos al año. “Los 'Grupos Z' son un verdadero ejército de ex militares adiestrados, que gracias a su preparación han desplazado a los viejos delincuentes controlando zonas enteras”, explicó a Cn revista el sociólogo Rodolfo Soriano de la Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco. En Colombia, la guerrilla ha dejado de alimentarse de la ideología y hoy sigue el patrón del comercio de la cocaína.
Para el prestigioso periodista británico Misha Glenny (1), experto en la región de los Balcanes, las guerras en la ex Yugoslavia tuvieron como telón de fondo una guerra entre mafias.
Pero la situación ha alcanzado niveles de mucha gravedad ya que las mafias han comprendido plenamente el mundo de la economía globalizada y se han adecuado perfectamente a ella. Y el dinero es poder no sólo económico sino también, tarde o temprano, político.
Para Roberto Saviano, autor del libro Gomorra, espeluznante descripción de la camorra, la mafia napolitana, “la emergencia del terrorismo nos distrajo del narcotráfico, mientras en realidad estas dos actividades se superponen a menudo” (2). De hecho, describe luego cómo la cocaína es vendida por las mafias italianas a los mafiosos turcos a cambio de armas que terminan o en mano de grupos beligerantes o de terroristas, y a menudo ambos son la misma cosa.
El mero hecho de que las mafias disponen de fuentes astronómicas de dinero , implica que luego necesiten volcar esos ingresos en actividades legales para su “lavado”. A su vez, eso supone la progresiva penetración de capitales de proveniencia mafiosa en el sistema económicos y financiero global. Hay evidencias que indican que meses después de que estallara la crisis financiera en Estados Unidos en 2008, que luego se extendió por todo el mundo, las mafias estaban en cambio garantizaban la liquidez del mercado de capitales.

Beneficios enormes y negocios legales
La penetración del dinero mafioso en actividades legales avanza en sigiloso silencio y en modo aparentemente imparable no sólo en territorio italiano, sino en la economía globalizada. A menudo, el tema incluso provoca cierto escozor en los gobiernos renuentes en admitir este hecho. Sucede en Alemania, en Canadá, en Australia, España, etc. “No logramos que se incluya este tema en el debate político y social”, se quejaban fuentes de la policía catalana.
Algunos números da una idea del volumen de ingresos: las tres mafias italianas reúnen al año de 120 mil a 180 mil millones de euros, es decir de 180 mil a 270 mil millones de dólares.
Según Francesco Forgione, ex legislador y autor de una poderosa investigación sobre la presencia mafiosa en la economía global (3), una mitad de este monto cubre los gastos de la organización, la otra (entre 100 mil y 120 mil millones de dólares) se vuelca en actividades empresariales legales. Una suma asombrosa, que se explica por el alto nivel de rentabilidad de las actividades delictivas, incomparable con cualquier otro tipo de negocio legal.
Tan sólo el negocio global de la cocaína, el “petróleo blanco”, produce al año 460 mil millones de dólares. El producto puro es adquirido a unos 2.000 dólares por kg, para luego ser cortado con otras sustancias que multiplican su peso por 4 o por 5. Al detalle en Europa el precio se dispara a 100 dólares el gramo, 100 mil dólares el kg.
El riesgo para el ciudadano común consiste en que una inocente actividad de esparcimiento como ir a cenar a un restaurante de Berlín o hacer compras en un centro comercial de Andalucía, sin saberlo, puede estar financiando las mafias. Roberto Saviano sostiene en Gomorra que buena parte de la industria de la construcción del norte de Italia y la industria turística de Escocia están bajo el control de la camorra. Levantó un avispero el caso reciente de un lujoso bar de la famosa Via Veneto de Roma que resultó ser controlado por la 'ndrangheta. Restaurantes y pizzerías en Alemania, negocios de import-export de alimentos en Estados Unidos, Canadá, medicamentos en Venezuela y, por supuesto, los negocios inmobiliarios en todo el mundo son algunas de las ramas de actividades legales. Hay ademas vínculos internacionales entre las organizaciones criminales como los carteles de la droga de México y Colombia, la mafia albanesa, la chechena, la de Rusia, los turcos... Los cual hace más tentacular aún el fenómeno a escala global (4).

¿Cómo luchar?
Nos están matando con el secuestro del dinero y de los bienes!”, se quejaba un boss mafioso en una interceptación telefónica de la policía italiana. Desde que la medida de la incautación de los bienes de los mafiosos es moneda corriente en los procedimientos judiciales, las mafias han recibido golpes muy duros. A su vez, Francesco Forgione enfatiza, respecto de la cooperación entre sistemas penales a nivel internacional, la tipificación de los delitos mafiosos, siguiendo la exitosa experiencia italiana, y la aplicación de rigurosas normas antilavado. Hoy un boss mafioso puede pasearse libremente por España, Alemania o Reino Unido”, señalan Saviano y Forgione, donde son ciudadanos respetados porque el código penal de esos países no contempla el delito de actividad mafiosa. Falta todavía una cooperación global a ese nivel.
Un paso todavía más importante ha sido dado meses atrás por el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, cuando propuso acabar con los paraísos fiscales, refugio ideal para el dinero producido en modo ilícito.
En materia de normas antilavado, en nuestro país recientemente el Congreso aprobó más estrictas normas que persiguen el lavado de dinero. José Sbatella, el presidente de la Unidad de Información Financiera (UIF), el organismo estatal que trata la información sobre movimientos de dinero para prevenir el lavado, explicó a Cn revista que la nueva ley “crea un delito autónomo en el código penal, en un capítulo nuevo del mismo que son los delitos contra el orden económico y social. Esto hace posible investigar a parte el delito que genera la masa de dinero a lavar, que en la anterior legislación constituía la figura del encubrimiento, para penar ese movimiento financiero que no tiene una explicación lícita. Además de llevar a prisión se puede pedir el decomiso de ese dinero. El efecto judicial es el de acortar los plazos para la generación de la imputación penal. Con el sistema anterior todo el tiempo se iba buscando el delito que generaba ese dinero, tráfico de drogas o de armas, prostitución de menores, estafa contra el Estado, etc., pero el dinero producido por el ilícito quedaba fuera de las líneas de investigación. De hecho, en diez años no hubo condenas por eso y el objetivo de la ley de antilavado (la Ley 25.246 del año 2000, NdR) no se estaba cumpliendo. Con el agravante de que la prevención, en el aspecto administrativo con el sistema de reportes, tampoco había generado multas y sanciones a los sujetos obligados a informar”. La ley, agrega Sbatella, crea un sistema antilavado coordinado por la UIF del que participan los organismos del Estado como la AFIP, el Comisión Nacional de Valores, el Sedronar (el organismo que lucha contra la droga), etc. además de 24 sujetos privados obligados a dar información como los contadores y escribanos, las joyerías, etc.
El crimen organizado es una amenaza que afecta la cohesión social en esos bolsones de pobreza donde recluta mano de obra. Sin duda, para erradicarlo de raíz hay que crear los “anticuerpos” para reconstruir el tejido social dañado en el que prospera, fundamentalmente a través de la educación y el trabajo. “En México el presidente Calderón se embarcó en la lucha contra los carteles de la droga, sin tener en cuenta la necesidad de brindar primero alternativas a los campesinos que cultivan cannabis, etc.”, recalca el sociólogo mejicano Rodolfo Soriano. Y lo mismo podría decirse en Colombia y Bolivia, en el sur de Italia, en Kosovo o Bulgaria.
En cambio, en los ámbitos de bienestar las mafias encuentran financiación y, en el sector financiero connivencia. Trabajar con herramientas políticas y jurídicas, como erradicar las desigualdades existentes parece ser un antídoto posible, sin duda, pero urgente.


Apartado 1: ¿Qué es la mafia?
La palabra mafia aparece por primera vez en un documento oficial redactado en 1865 por el representante del gobierno de Roma en Sicilia. El término tiene una amplia etimología, que abarca expresiones árabes y de diferentes dialectos italianos. Y es a partir de 1875 que se habla de ella como de organización delictiva. En la región de Calabria, en cambio, se ha desarrollado la ‘ndrangheta, término proveniente del griego andragathía (lealtad, coraje). En Nápoles tomó el nombre de camorra, y el término puede tener tanto el origen español de riña, refriega, como el topónimo bíblico de Gomorra, aludiendo al vicio y por ende a lo ilegal.
La crónica amarilla habla a menudo de “mafia”, cuando en realidad se trata de delitos que muchos códigos penales tipifican como asociaciones para delinquir. La diferencia entre las mafias y una común organización delictiva es enorme. Para la mafia es clave la organización territorial y jerárquica hasta llegar a la cúpula de cada familia o cosca (clan), como está repartida la siciliana Cosa Nostra. La ‘ndrangheta privilegia los clanes familiares, llamados ndrine. Todas poseen su código interno –el más conocido es el de la omertá (silencio)–, e incluso sus rituales de iniciación. La estructura territorial hace que compitan con el Estado, porque las mafias dan trabajo, ofrecen seguridad y protección, dirigen actividades económicas legales, incluso sostienen económicamente a las familias de los miembros en la cárcel.


Apartado 2: Caldo de cultivo
La pobreza y la falta de alternativas de trabajo suelen ser el caldo de cultivo del crimen organizado. Erradicar el uso de la hoja de coca para producir cocaína, o el cannabis para el hachís y la marihuana, o la amapola para la heroína en Bolivia, como Colombia, en México como en Afganistán supone brindar una alternativa concreta a los agricultores. 
En el sur de Italia, pese a que el país es miembro de las ocho economías más poderosas, el problema más graves es la falta de trabajo. Las mafias emplean el 10-12% de la fuerza trabajo, con puntas del 27% en Calabria. Eso implica una penetración en los ganglios del tejido social del que se retro alimenta.


Notas
(1) L'Internazionale, nro. 787, marzo de 2009, Gomorra ai tempi della crisi, entrevista a Misha Glenny y Roberto Saviano.
(2) Ibid.
(3) Cfr. Francesco Forgione, Mafia export, Anagrama, Barcelona, 2010.
(4) Misha Glenny, Mc Mafia, Buenos Aires, 2008 y Loretta Napoleoni, Economía canalla, Buenos Aires, 2009.

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