Entre las
autoridades que ya recibieron el premio figuran, entre otros, la
actual canciller alemana Ángela Merkel, el ex presidente
estadounidense Bill Clinton, la iniciativa del Euro que llevó a
unificar la moneda en una quincena de países del bloque europeo.
La entrega del
reconocimiento ocurre en un momento de gran pobreza de ideas en el
Viejo Continente que, más que seguir desarrollando la idea de
integración como herramienta para la paz y el desarrollo, parece
inclinarse a quedar encerrada en su egoísmo bajo la guía de un
liderazgo político que mira con un ojo la duración de su mandato y
con el otro los sondeos de opinión sobre seguridad y bienestar,
supuestamente amenazados por la presión de los migrantes en las
fronteras europeas.
Una migración
provocada muy a menudo por los desaciertos políticos europeos (para
decirlo en modo muy suave), como en el caso del conflicto libio y
sirio. La multiplicación de muros fronterizos en una región que
había casi suprimido las fronteras es evidente y un signo de esta
miopía política.
Francisco
sostiene que Europa, ante la nueva gran migración, debe seguir
construyendo puentes y no muros para seguir su inspiración
originaria. El mal europeo es precisamente la pérdida de
perspectivas, ha desaparecido el horizonte de los ideales que han
supuesto la construcción de una Europa unida. Entre ellos, el de la
solidaridad y la fraternidad. Y sin una visión no hay futuro. No lo
hay para Europa, no lo hay para el planeta. Ante los desafíos
actuales, como el del cambio climático que ya provoca daños graves
en todo el planeta, la idea de un mundo sin muros y poblados de
puentes es precisamente la que necesitamos para avanzar.
Dice un
proverbio árabe: "Si en tu vida quieres trazar surcos derechos,
ata tu arado a una estrella". No es ni utopista, ni una ilusión.
Es sabiduría. Pese a los límites y las fallas de sus miembros, la
Iglesia sigue el surco de la estrella de Belén. Europa, el mundo,
necesita seguir las estrellas de los ideales, como la unidad, la
fraternidad.
Este
premio acierta en destacar la labor y la palabra del Papa.
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