Las partes han comenzado las reuniones en Oslo, la capital noruega,
con la promesa de dejar la mesa de las negociaciones sin haber alcanzado
un acuerdo. Ha sido ésta la premisa de las delegaciones del gobierno
colombiano y de las FARC que están dando los primeros pasos del proceso
de paz. Humberto De la Calle, ex vicepresidente y jefe de la delegación
gubernamental ha reconocido la buena disposición de los guerrilleros, Lo
que no supone de ninguna manera haber alcanzado el cese del fuego. El
gobierno no quiere quedar de rehén del proceso en caso de que no haya
avances, ha explicado De la Colina.
Asimismo, ante las declaraciones con fuerte contenido ideológico del
jefe de la delegación de las FARC, Iván Márquez, De la Calle ha
recordado que cuestionamientos al sistema económico o de las fuerzas
armadas deberán ser planteadas por ellos una vez que depongan las armas y
se transformen en una organización política. Márquez, por su parte,
sostuvo la necesidad de alcanzar una paz con justicia social.
Mientras tanto, se fijó para el próximo 15 de noviembre la siguiente
etapa de las negociaciones que se llevarán a cabo en La Habana. La
agenda prevé analizar el desarrollo agrario y de las tierras, la
inserción política de los rebeldes, la reparación a las víctimas del
conflicto, el narcotráfico como puntos principales.
En Colombia el proceso es seguido con actitud esperanzada y
expectante. El país registra un inédito crecimiento económico, incluso
superior al de Brasil, que actualmente registra un freno. Es una
oportunidad para aprovechar esta oportunidad y mejorar la calidad de
vida de millones de colombianos, entre ellos quienes más han sufrido las
consecuencias de esta guerra interna, como los cientos de miles de
refugiados.
Pero hay algo de cierto en las palabras de Iván Márquez: una paz sin justicia social, siempre será incompleta.
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