lunes, 29 de octubre de 2012

Chile: derrota oficialista en las municipales

Se realizaron ayer las elecciones municipales en Chile en medio de un elevado nivel de ausentismo. Apenas el 57 por ciento de los ciudadanos habilitados hizo uso del voto. El dato ha causado cierta preocupación en varios sectores políticos, ya que en esta oportunidad se inauguraba el voto voluntario y la inscripción automática al padrón electoral, lo cual habilitaba a unos 5 millones de jóvenes que hasta ahora no participaba de los comicios electorales al no cumplir con la prescripción de inscribirse.
Para la Alianza de centro derecha en el gobierno, el resultado electoral ha sido adverso, pues el oficialismo apostaba a consolidar la performance electoral positiva de 2008. Sin embargo, en 23 comunas, algunas de importancia como Santiago, Providencia, Concepción, Recoleta, Independencia, La Reina y, hasta anoche, Ñuñoa la coalición fue derrotada. El resultado hace trastabillar los proyectos de la Alianza de cara a las elecciones presidenciales de 2013 y supone una bocanada de oxígeno para la coalición de centro izquierda, la Concertación, que ve crecer su chances de retomar el gobierno del país.
El éxito logrado en ausencia de la ex presidente Michelle Bachelet, quien reside en este tiempo en Nueva York por estar al servicio de las Naciones Unidas, que concentra la mayor cantidad de preferencias entre las figuras presidenciables, inyecta una importante dosis de optimismo. El partido comunista y el del ex candidato presidencial Marco Enríquez Ominami registran un importante crecimiento.

El candidato del PT Fernando Haddad, ex ministro de educación, es el nuevo intendente de San Pablo, la más grande ciudad de Brasil, habiendo derrotado al candidato del opositor Partido Social Demócrata (PSDB). Los pronósticos que asignaban una cómoda ventaja a Haddad se confirmaron, ya que el ex ministro consiguió casi el 56 por ciento de los votos, al tiempo que Serra se mantuvo en casi el 44,5 por ciento.
Las abstenciones en San Pablo alcanzaron el 20 por ciento, lo cual es un record. La victoria del PT en San Pablo se constituye como un resultado político muy importante al conquistar un reducto del PSDB, ganándole además a quien fuera adversario Inacio Lula da Silva y de la presidenta
Dilma Roussef en dos elecciones presidenciales.
En cuanto a otros importantes distritos, en Fortaleza se afirmó Roberto Claudio, del Partido Socialista (PSB), aliado de gobierno del PT. Este partido resultó victorioso también en Porto Velho, mientras que en Manaus, Belem y Teresina la victoria fue del PSDB. ACM Neto, del DEM también derrotó a su adversario del PT en Salvador de Bahía, uno de los cincuenta importantes centros en los que se disputaba esta segunda vuelta.
Los datos comparados muestran una caída de partidos tradicionales como el centrista Partido del Movimiento
Democrático (PMDB), un aliado del gobierno y uno de los más importantes del país, y el PSDB. Mientras hay un repunte sustancial del PT y un importante crecimiento de los socialistas del PSB. En la sustancia, el PT y sus aliados de gobierno logran la mayor cantidad de ciudades, pese a que justo en estas semanas el así llamado “proceso del siglo” llegó a la fase final y la justicia encontró culpables a destacadas figuras del partido de los trabajadores, algunas muy cercanas al entonces presidente Lula cuando en 2005 estalló este escándalo, por el que se pagaban sumas de dinero a cambio del voto de legisladores del oficialismo.

jueves, 18 de octubre de 2012

Buenas premisas para la paz



Las partes han comenzado las reuniones en Oslo, la capital noruega, con la promesa de dejar la mesa de las negociaciones sin haber alcanzado un acuerdo. Ha sido ésta la premisa de las delegaciones del gobierno colombiano y de las FARC que están dando los primeros pasos del proceso de paz. Humberto De la Calle, ex vicepresidente y jefe de la delegación gubernamental ha reconocido la buena disposición de los guerrilleros, Lo que no supone de ninguna manera haber alcanzado el cese del fuego. El gobierno no quiere quedar de rehén del proceso en caso de que no haya avances, ha explicado De la Colina.
Asimismo, ante las declaraciones con fuerte contenido ideológico del jefe de la delegación de las FARC, Iván Márquez,  De la Calle ha recordado que cuestionamientos al sistema económico o de las fuerzas armadas deberán ser planteadas por ellos una vez que depongan las armas y se transformen en una organización política. Márquez, por su parte, sostuvo la necesidad de alcanzar una paz con justicia social.
Mientras tanto, se fijó para el próximo 15 de noviembre la siguiente etapa de las negociaciones que se llevarán a cabo en La Habana. La agenda prevé analizar el desarrollo agrario y de las tierras, la inserción política de los rebeldes, la reparación a las víctimas del conflicto, el narcotráfico como puntos principales.
En Colombia el proceso es seguido con actitud esperanzada y expectante. El país registra un inédito crecimiento económico, incluso superior al de Brasil, que actualmente registra un freno. Es una oportunidad para aprovechar esta oportunidad y mejorar la calidad de vida de millones de colombianos, entre ellos quienes más han sufrido las consecuencias de esta guerra interna, como los cientos de miles de refugiados.
Pero hay algo de cierto en las palabras de Iván Márquez: una paz sin justicia social, siempre será incompleta.

martes, 16 de octubre de 2012

El vaso de pandora del radicalismo

La acción irracional de los Estados Unidos, segundado por los aliados occidentales, y no sólo, en la instalación mesiánica de la libertad, la democracia y el libre mercado en países islámicos está destapando el Vaso de Pandora de un radicalismo todavía más difícil de controlar.
Lejos de ser un conjunto homogéneo, el Islam está atravesado por corrientes que encaran en modo diferente la vida religiosa. La revolución de los ayatolá en Irán, supuso cierto renacimiento de los chiitas (presentes principalmente en el país persa, en Iraq con minorías en Líbano, Siria, etc.) que cobraron mayor protagonismo con su tentativa de exportar el modelo iraní. También en el mundo sunnita, que representa a la mayoría de los fieles islámicos, han ido creciendo corrientes de intepretación, entre ellas los Hermanos Musulmanes, que tuvieron mucha difusión en Medio Oriente y Magreb también en el plano político, o los salafitas (conocidos también como wahabitas aunque es menos correcto), corriente tradicionalista proveniente de Arabia Saudita y dominantes también en el rico emirato de Qatar.
Los salafitas, repartidos entre corrientes no partidarias de la yihad y otras que la consideran indispensable, representan un sector radicalizado que ha recibido de la casa real Saudí importantes inyecciones de dinero, del orden de las decenas de miles de millones de dólares. No creen en los parlamentos, y mucho menos en la democracia, dividen el mundo en musulmanes y no creyentes. La vida de un no creyente, según algunos líderes como Omar Bakri Fustok, activo en el norte de Líbano, no tiene importancia, porque no tiene santidad. Los sabios son aquellos destinados a regular la vida civil, no sirven para eso ni sindicatos ni otro tipo de organización participativa. El mundo ha conocido - en realidad es un decir, porque lo transmitido por los medios de comunicación son a menudo aspectos poco contextualizados - corrientes religiosas como la de los talibán (estudiantes en su idioma), difundidos en Afganistán, una mezcla de creencias religiosas y costumbres de las etnias locales, como la pashtun.  
Los conflictos de estas décadas, desde la invasión soviética de Afganistán, a fines de los '70, los cambios de régimenes en Asia Central enseguida despues del derrumbre de la URSS, la guerra en la ex Yugoslavia, en Kosovo y sucesivamente la invasión de Afganistán, en 2001, Iraq, en 2003, como reacción a los atentados en los Estados Unidos, y la guerra en Libia y Siria más reciente han convocado a muchos grupos radicalizados que han usado estos conflictos como entrenamiento de sus huestes, además de una oportunidad para difundir sus predicamentos. La red terrorista de Osama Bin Laden, Al Qaeda, nace precisamente durante el conflicto en Afganistán contra los invasores rusos. 
La política de la Casa Blanca se ha introducido en este mundo complejo como un elefante en un bazar, persiguiendo sus objetivo políticos pero sin tener en cuenta el contexto en el que actuaba. Así ha sucedido en los ya mencionados conflictos y, sucesivamente, en Iraq, donde luego de nueve años de guerra estamos lejos de haber democratizado el país, menos aún de haberlo pacificado. Lo mismo sucede en Afganistán luego de 11 años de ocupación, la más larga guerra de los Estados Unidos. La intervención en Libia y Siria ha adquirido matices todavía más inquietantes, con una colaboración poco comprensible con Qatar y Arabia Saudita que gustoso han enviado armas, dinero y líderes radicalizados para derrocar los dos gobiernos.
La caída de Al Assad, perteneciente a la minoría alauita, una suerte de secta, puede abrir paso a un conflicto entre corrientes más o menos radicalizadas en este país de Medio Oriente. Qatar, Arabia Saudita y Estados Unidos coinciden en este momento en tener el mismo enemigo pero por distintas razones: Irán. Para la Casa Blanca se trata de un gobierno terrorista y de uno de las principales reservas de combustibles del planeta. Para los salafitas sauditas se trata de una corriente religiosa adversaria.
Es difícil prever qué puede llegar a pasar en el futuro. El vaso de Pandora hace tiempo que ha sido destapado.
Finalmente, cabe quebrar una lanza por la inmensa mayoría de los fieles del Islam: gente pacífica, religiosa y bondadosa que vive en muchos países y conduce una existencia pacífica, a menudo acosada por la pobreza. Gente que conocedora de que el Corán no predica la violencia, sino la misericordia y la tolerancia.
Sería injusto soslayar su rol moderado dentro del mundo islámico, aunque es cierto que estos sectores aparecen menos en los medios de comunicación. Posiblemente serán ellos lo que ayudarán a desactivar la idea de un conflicto de civilizaciones. Una tarea que en paralelo debería desarrollar la sociedad civil de Occidente para desactivar la política irracional de sus gobiernos.

lunes, 1 de octubre de 2012

Se reducen los hielos polares

Entre fines de agosto y la mitad de setiembre, finalizando el verano boreal, se difundieron varias alertas sobre los hielos del Polo Norte emitidas por el Centro Nacional estodounidense para la nieve y el hielo (NSIDC). Las imágenes satelitales mostraban que el casquete polar se redujo a niveles incluso superiores de los alertados con anterioridad. A fines de agosto el NSIDC comunicaba que el retroceso durante el verano boreal (un fenómeno normal por el aumento estacional de la temperatura) había llegado a los 4,1 millones de kilómetros cuadrados. (Ver artículo relacionado).
Sin embargo, las imágenes satelitales del 16 de setiembre mostaban una aceleración del fenómeno de reducción de la placa de hielos que llegó a 3,4 millones de kilómetros cuadrados. Para Mark Serreze, responsable del centro de investigación, "nadie estaba preparado para que esto ocurriera tan rápido".
Luego del dato emitido el 28 de agosto, el 4 de setiembre el NSIDC tuvo que volver a actualizar el nivel de reducción de los hielos. Esta sería la tercera vez en apenas pocas semanas, lo cual habla del efecto del aumento de la temperatura global sobre el casquete polar norte.
Para Peter Wadhams, de la Universidad de Cambridge, uno de los mayores expertos mundiales en materia de hielos, en los próximos cuatro años esta disminución podría llevar al colapso del sistema. Según él en  2015-2016 durante el verano se podría verificar lo que define como "derrumbe final", provocando desastres ambientales nunca registrados en la época moderna.
"Los cambios climáticos ya no son algo por lo que podemos tomar medidas en cuestión de decenas de años - subrayó el experto  en una opinión enviada al diario británico The Guardian-. Hay que reducir rápidamente las emisiones de CO2 y examinar con urgencia otras maneras de frenar el calentamiento global, como las varias ideas de geoingeniería que hemos sugerido"
Wadhams se ha dedicado durante años a recoger datos sobre los hielos del Polo Norte utilizando submarinos que navegaban por debajo de esa superficie. En verano de 2007 había lanzado una alerta, cuando se había alcanzado la anterior reducción máxima de los hielos hasta los 4,17 kilómetros cuadrados. "Lo dije durante años - comentó Wadhams - la causa principal es el calentamiento global".

Para superar los conflictos sociales


El de los conflictos en un tema candente en muchos países de América latina, donde hay centenares de pleitos socio ambientales. Surgen centros especializados en allanar contrastes entre los actores sociales.

Quien recorre varios de los países de América latina constatará la existencia de cientos de conflictos, muchos de los cuales son socio ambientales. El auge de los precios internacionales de minerales como el cobre, el oro, la plata, etc., atrae los intereses de muchas empresas. El debate sobre la sustentabilidad de la actividad extractiva está vigente y los conflictos con las comunidades campesinas o nativas son numerosos. De paso por Perú, me lo confirman las portadas de los diarios y de los informativos de televisión. En este contexto, actúan decenas de centros y oficinas que se dedican a facilitar la superación de conflictos de todo tipo, siendo a menudo insuficiente la solución judicial. Pero ¿cómo actúan estos centros? Lo converso con César Guzmán Barrón, director del Centro de Análisis y Resolución de Conflictos de la Pontificia Universidad Católica de Lima, que en estos años pudo solucionar más de 900 problemáticas.

¿Cuál es el objetivo para superar un conflicto?
El conflicto es algo natural en nuestra vida. Surgen porque tenemos diferentes percepciones de un mismo hecho. Es necesario intervenir para lograr una paz interior de las personas –aspecto que considero muy importante–, y de la realidad donde se produce el conflicto. Cuando se logra la paz interior, el conflicto puede incluso transformarse en una oportunidad de crecimiento, de desarrollo o al menos de mejor relación.

¿Hay una filosofía para intervenir?
El camino de solución va por el lado de ayudar a ponerse en la posición del otro, entender su postura, porqué reacciona de una determinada manera, tratando de escuchar a las partes. Creo que incluso en ámbitos en que se necesita la reconciliación entre las partes, estas actitudes de escucha, de empatía pueden lograr este resultado.

A menudo, cada actor identifica al otro como el absoluto: para los campesinos o comuneros lo es la empresa minera, para ésta lo son la comunidad o los ambientalistas. ¿Cómo enfocar el problema con la mayor objetividad posible?
Lo primero es hacer una suerte de corte de quiénes son los principales actores de un conflicto. Podrá ser el Estado, a nivel central o local, podrá ser la sociedad civil, la empresa misma que quiere emprender minera, las comunidades que residen en esa zona, a veces desde hace siglos. En América latina, gran parte de la actividad extractiva se desarrolla en zonas alto andinas o de la selva, donde los pobladores son bastante pobres, y a menudo el Estado no está muy presente, los servicios de salud, educación, incluso agua y luz, son escasos o faltan. La improvisa aparición de estas empresas, con sus maquinarias y autorizadas por concesión, resulta ser un cuerpo extraño para esa comunidad campesina, que asusta.

La experiencia dice que la actividad minera a menudo ha dejado un impacto negativo importante a nivel ambiental.
Este antecedente influye en las personas, que difícilmente creen en las garantías que ofrecen las empresas concesionarias de que eso no se verificará. Por otro lado, a menudo el Estado juega el doble rol de promotor de la actividad y a la vez de fiscalizador de la misma. Lo cual socava su legitimidad.

¿Cuáles son las dimensiones de la actividad minera?
Perú invertirá 53 mil millones de dólares en minería en los próximos diez años. Además hay mucha informalidad: el año pasado se exportaron 3.000 millones de dólares de oro en modo ilegal y las actividades extractivas informales generaron 100.000 empleos directos y otros 500.000 indirectos. El problema es cómo encontrar un equilibrio entre este tipo de producción y el desarrollo independiente y sostenible, sobre todo el desarrollo humano, sin que se genere un impacto ambiental irremediable. De hecho, hay más de 130 conflictos socio ambientales en curso. En este sentido, se debe fortalecer mucho el rol del Estado para generar condiciones y obligaciones para las actividades autorizadas y no autorizar impactos irremediables.

¿Cómo se interviene en estos conflictos?
Hay tres momentos: antes de que se realice la explotación, el del proceso de estudio de impacto ambiental y la fase de operación de la actividad extractiva. Depende del momento en que se encuentra la actividad para lograr que se solucione el conflicto. Una vez identificados los actores, se dialoga con cada uno para determinar las principales preocupaciones, los puntos de encuentro y de desencuentro y así elaborar una estrategia, un camino que lleve a un resultado. Podrá ser una mesa de diálogo, una oficina que haga transparente la actividad de la empresa, o difundir información que no se conoce. Son sugerencias que permiten a las empresas y a las comunidades reconocerse en su rol de actores.

La parte delicada suele ser el estudio de impacto ambiental.
Nosotros apuntamos a que estos estudios sean participativos. Para eso la comunidad debe ser informada exhaustivamente y en términos entendibles para ella. Las personas deben poder entender en qué va a consistir esa actividad, etc. Hay que ayudar a la comunidad a superar la asimetría de poder que existe entre ella y la empresa. Este proceso debe culminar en una suerte de licencia social que se logra gracias a un estudio de impacto ambiental participativo. La última etapa abarca el monitoreo de la actividad una vez iniciada, que se cumplan las pautas de manejo ambiental y los compromisos sociales que asumió la empresa, como por ejemplo brindar recursos para la actividad agrícola que garantice la sustentabilidad en el tiempo de esa comunidad. Asimismo, nosotros proponemos que el proyecto debe prever qué pasará con el cierre de esa actividad, para que la comunidad siga en su desarrollo. Nuestra condición para intervenir es que después del cierre haya desarrollo, de lo contrario estamos engañando a la propia comunidad.

¿Por qué no recurrir a la justicia?
Porque no es suficiente. Conciliar las partes, alcanzar una solución satisfactoria es mucho más que establecer quién tiene derecho y quién no. En nuestro caso no hay perdedores y ganadores, sino que todos ganan.