sábado, 3 de septiembre de 2011

Bolivia: Un proceso en construcción


Comprender en pocos días la realidad de un país como Bolivia, además en pleno proceso de cambio, no es fácil. Algunas pistas de lectura acerca de lo que acontece en este país andino, distinto y a la vez parecido a la actualidad del resto de América del Sur.

por Alberto Barlocci


Bolivia suscita impresiones diferentes. Mucha admiración por sus paisajes de una belleza abrumadora, interés por su diversidad cultural, y también la percepción de un país en una etapa de cambios sustanciales que, como todos los procesos de este tipo, supone entusiasmos y también temores, impulso dinámico y también resistencias, aciertos y también errores, luces y sombras. En este sentido, el país guarda una cercana relación con lo que está aconteciendo en gran parte de la región sudamericana donde, acaso por primera vez en décadas, los gobiernos se han empeñado en un esfuerzo dirigido a mejorar la justicia social y la inclusión en la vida ciudadana de todas las componentes sociales, particularmente los pueblos indígenas desde siempre postergados y olvidados. Quizás, hoy por hoy el problema común a todos los gobiernos de América del Sur es, por un lado, cómo mejorar la redistribución de la riqueza generada por una coyuntura económica como pocas veces favorable, puesto que prácticamente todos los países del subcontinente se están beneficiando de un crecimiento económico importante y continuado; otro interrogante es cómo ampliar los consensos políticos y sociales alrededor de esos esfuerzos de inclusión logrando, a la vez, mejorar la calidad democrática y la solidez de las instituciones.

Las caras de una moneda
Bolivia no se aparta de este patrón común. El visitante se encontrará entre adhesiones al proceso comenzado con la primera presidencia del presidente Evo Morales en 2005, y críticas al mismo, quejas por la falta de percepción de los beneficios del crecimiento económico que el país registra, loas por contar con oportunidades de desarrollo antes negadas. "Evo Morales llegó al poder en un contexto de crisis muy profunda en la que parecía que todo se venía abajo. Hubo mucha confianza hacia él", nos explica Fabian II Yaksic, diputado nacional por el MSM, sector hoy a la oposición luego de haber sido aliado de Evo. "Luego de la primera etapa, ahora seguimos en la necesidad generar un cambios, por ejemplo, en la matriz productiva de acumulación que sigue siendo la misma – agrega eYaksic–. Hace falta industrializar este país, adecuar el diseño institucional a la de un Estado que se define plurinacional, porque la paradoja es que pese a esa definición hay un fuerte presidencialismo. También necesitamos dar una forma a las autonomías locales, sin copiar modelos ajenos. Finalmente, necesitamos institucionalidad, porque persiste el caos en el manejo del Estado", resume el legislador.
La mirada crítica del diputado Yaksic es compartida por unos cuantos interlocutores con los que mantenemos largas conversaciones. Sin embargo, nadie cuestiona el liderazgo de Evo Morales, y más bien se critica el rol de su partido, el Movimiento Al Socialismo (MAS). "A futuro creo que va a haber 'masitas' y 'evistas'", cierra Yacsic aludiendo al fuerte liderazgo del presidente.
Se podrá discutir mucho si este proceso avanza siempre de la mejor manera, teñido como está de posturas políticas y, por sobre todo, de una historia todavía reciente que ha relegado y excluído de muchos de sus derechos a la mayoría indígena de este país. "No se puede negar que es el proceso legítimo que reconoce esos derechos a la mayoría indígena", explica Armando Loaiza, diplomático y ex ministro. Una mayoría que hasta 1952 no podía siquiera acceder a la céntrica Plaza Murillo, en La Paz y que no podía ejercer la enseñanza, ni otros cargos públicos. El 30% de los bolivianos son de etnia quechua y un 25% aymara. El resto de la población se divide principalmente entre blancos y mestizos, y entre las demás etnias. "Creo –agrega Loaiza–, que hay dos fenómenos importantes: uno es El Alto, un gran laboratorio social, siendo una ciudad de 800 mil habitantes que hasta ayer era La Paz y hoy es autónoma". En El Alto se concentra también el núcleo político que sostiene el gobierno actual y es muy dinámico incluso económicamente. "Otro fenómeno es Santa Cruz de la Sierra, una ciudad que treinta años atrás era muy pequeña y hoy supera el milllón de habitantes y se constituye como un importante motor económico. Son los dos polos de la modernización de Bolivia, a mi enteder" concluye Loaiza. A su vez, Santa Cruz es expresión de la oposición al modelo político liderado por Evo.
La historia suele ser el mejor filtro, será ella la que hará el balance definitivo de una realidad política hoy polarizada aunque sin duda en camino.

¿Un modelo para otros?
"¿Bolivia tendría algo que decir a Europa?". La pregunta queda flotando en el aire en medio de un estupor y cierto desconcierto. Los más de veinte periodistas que nos reciben en la Fundación Jubileo, en pleno centro de La Paz, para mantener un diálogo sobre nuestras impresiones al visitar su país, miran a mi colega y amigo, Michele Zanzucchi, director de Cittá Nuova italiana, como si la suya hubiese sido tan sólo una provocación. Sin embargo, este incansable viajero, conocedor infinidad de países y ciudades, no duda en ahondar en su pensamiento: "Ustedes están viviendo un proceso de integración porque su Estado "plurinacional", como lo define la nueva Constitución, es habitado por decenas de etnias que están encontrando, con aciertos y desaciertos, un camino de integración. Europa vive lo mismo con millones de inmigrantes internos y otros provenientes de Asia y África y las Américas. Pero sus modelos de integración han fracasado: fracasó el modelo francés, el británico, el alemán... y debe haber más modelos. Hoy Bolivia tiene la posibilidad de aportar al mundo entero la experiencia de este proceso en el que varios pueblos conforman un mismo país. Y esto es valioso".
En las semanas siguiente, los hechos violentos acaecidos en Londres parecieron confirmar que no necesariamente el Viejo Continente ha resuelto sus problemas de integración. Y hoy, en el contexto internacional, todos pueden aportar su experiencia, por limitada que sea.

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