domingo, 24 de junio de 2012

La región reacciona

Mientras crece el repudio en la región por la irregular destitución de Fernando Lugo como presidente de Paraguay, las cancillerías están trabajando para definir y adoptar una línea común. Anoche el Congreso argentino votó por unanimidad una moción de repudio de la ruptura del orden democrático en el vecino país.
Por lo pronto el  presidente Federico Franco, quien ha sucedido a Lugo luego del juicio político llevado a cabo en forma casi fulminante, no ha sido invitado a la cumbre del Mercosur que se realizará el jueves y el viernes en Mendoza. Sin embargo, ha sido invitado el ex presidente Lugo, quien además ha anunciado la constitución de un gobierno sombra que monitoreará la realidad de Paraguay.
Parece difícil que se adopten medidas extremas, como la expulsión del país guaraný del Mercosur, según el texto de la cláusula democrática por la que los países socios se comprometen a no romper el orden institucional. El juicio político siguió la norma constitucional, pero sólo en la forma ya que negó los derechos del debido proceso a Lugo, quien dispuso apenas de dos horas para presentar sus descargos.
La relativa cercanía de las elecciones presidenciales, previstas para abril de 2013, o sea en nueve meses, fecha en que habría caducado el mandato de Lugo, permite hipotizar un pronto regreso al orden institucional en Paraguay. Dada la situación, es de esperarse que estos comicios contarán con un nutrido grupo de observadores de la región para vigilar contra eventuales fraudes.
El dilema es que las sanciones que más pueden ser eficaces en estos casos son económicas. Sin embargo, en ese caso quienes serían castigados por las mismas no sería el restringido grupo de dirigentes del país que digitó la destitución de Lugo, sino la población paraguaya. Las sanciones económicas se aplicarían a un contexto en que los dos pilares de la economía local ha recibido un duro golpe: la sequía redujo a la mitad la cosecha de soja y un brote de fiebre aftosa reducirá las exportaciones de carnes. Aparece por lo tanto poco razonable castigar una economía en la que la desigualdad imperante permite que un 38 por ciento de la población viva en la pobreza.
Cabe esperar, por ende, medidas diplomáticas como el retiro de embajadores, un enfriamiento de las relaciones de Paraguay con UNASUR y MERCOSUR, pero no mucho más que eso. En espera que el tiempo sane esta herida y que el mismo sistema democrático paraguayo genere sus propios anticuerpos. Luego del caso de Honduras, en 2009, y ahora en Paraguay, la región debe aprender a ser mucho más vigilante y actuar en forma más preventiva para defender la democracia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario