En Irán, aunque los gobiernos involucrados lo desmienten, ya comenzaron acciones preventivas (¿en vista de un ataque militar?). Hubo varios asesinatos en estas últimas semanas y también falleció un conocido experto en armas balísticas en ocasión de una misteriosa explosión en una base militar de los "Guardianes de la Revolución", que provocó 17 víctimas. Otros tres científicos han sido asesinados en estos días en Irán por comandos que actuaron con motos, además de varios virus informáticos que han afectado el sistema de instalaciones nucleares iraní. La sospecha recae sobre el Mossad israelí, los servicios de inteligencia de Reino Unido y Estados Unidos en coordinación con sectores de la oposición de las minorías étnicas en el país asiático.
En el caso de la explosión en la base militar de los Pasdarán (guardianes), el científico Hassan Moghaddam llevaba a cabo proyectos de misiles de largo alcance autárquicos.
Por lo general, cuando con mucha dosis de malitencionada superficialidad se dice que Irán está próximo a desarrollar un arma atómica, por lo general se omiten algunos detalles. Primero, que junto con eso hay que desarrollar un vector que lleve la bomba, o sea, un misil que tenga la necesaria precisión. Cosa que por ahora ni Irán ni Corea del Norte han desarrollado. Segundo, que una sola bomba no es suficiente si cerquita Israel ya posee más de cien. Usarla sería un suicidio que, pese a las bravuconadas de su presidente, Irán no debe estar dispuesto a cometer.
En Libia las cosas comenzaron más o menos en este modo. Mientras tanto, hasta las Naciones Unidas parecen haber entrado en este juego peligroso, alimentado también por la dualidad del gobierno de Teherán empecinado en querer liderar el rescate de países hermanos, supuestamente en la fe. Un camino que promete muy pocos resultados positivos.
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