lunes, 26 de noviembre de 2012

La sociedad civil participará del proceso de paz

La Habana, 25.11.2012. Luego de una semana de hermético silencio sobre el desarrollo de las negociaciones de paz entre el gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC, las partes anunciaron la convocatoria a un Foro sobre Políticas de desarrollo agrario integral. El Foro se llevará a cambo del 17 al 19 de diciembre próximo y al mismo no participarán ni la guerrilla ni el gobierno. La iniciativa contará con la colaboración de la sede de las Naciones Unidas en Colombia y la Universidad Nacional -Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz- y tendrá como objetivo recoger los aportes de la participación ciudadana sobre este primer punto de la agenda de trabajo de la mesa de paz, por intermedio de las dos instituciones convocadas.
Los otros puntos en la agenda de paz son la desmovilización y la entrega de las armas de la guerrilla y su paso a la actividad política del país, la solución del problema del narcotráfico y las reparaciones a las víctimas de la guerra civil.
Las reuniones en La Habana comenzaron con el anuncio de la guerrilla de un alto el fuego unilateral de dos meses. Un gesto que el gobierno colombiano aceptó con prudencia y sin actuar con reciprocidad, dada la experiencia pasada. Algunos choques armados con las fuerzas de seguridad han puesto en discusión la real buena voluntad de las FARC. Sin embargo, desde la guerrilla se acusa al ministro de defensa y a los altos mandos militares de haber simulado el choque. “Basta ya de este inútil derramamiento de sangre”, declaró desde Cuba el guerrillero Rubén Zamora (el nombre es un pseudónimo) y propuso que haya organizaciones internacionales que controlen la efectividad de la tregua.
No faltan en Colombia los escépticos sobre este proceso de paz, que consideran el del presidente Juan Manuel Santos un error político, entre ellos el ex presidente Alvaro Uribe, partidario de la solución militar. Tampoco faltan aquellos que, a río revuelto, en estas décadas de guerra civil, aprovecharon la oportunidad para hacer sus intereses. Sin embargo, pese a las dificultades, se comienza a vislumbrar un camino luego de casi medio siglo de sangriento enfrentamiento.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Un imprevisto brete político


Buenos Aires, 23.11.2012. El fallo del juez de Nueva York Thomas Griesa pone a la Argentina en un brete político difícil de solucionar, incluso porque acatarlo es imposible. Si el gobierno cumple con la orden de pagar a los fondos buitres, tenedores de ese 7% de bonos de la deuda que no entraron en la reestructuración realizada en 2005, y además si abonara lo debido en una única solución y por el total del valor nominal de los papeles, automáticamente entraría en funcionamiento otra cláusula por la que debería beneficiar del mismo modo a los que participaron del canje, es decir, el restante 93 por ciento de los acreedores. Eso absorbería por completo nuestras reservas y todavía más y, además, sería un verdadero disparate.
El problema es complejo también porque en el medio entran mecanismos que hemos aceptado en su momento al endeudarnos, como las cláusulas relativas a los fueros judiciales a los que hay que someterse, y que hemos ratificado con las sucesivas y más recientes reestructuraciones. Además de los mecanismos que actúan internacionalmente entre las instituciones financieras cuando un país entra en una situación, sea o no técnica, de cesación de pago.
El camino por lo tanto tiene dos instancias: una es demostrar la imposibilidad de cumplir con un fallo que perjudica en realidad a todos: al deudor y a los acreedores, lo cual es bastante insólito en la aplicación de una sentencia que debería, en cambio, ser beneficiosa para todos. En este sentido, hay que argumentar que este fallo pone en peligro cualquier otra reestructuración de una deuda, ya que nadie tendría la seguridad de cualquier negociación con la mayoría de los acreedores, si un juez puede echar por tierra el acuerdo alcanzado. Lejos de beneficiar la seguridad jurídica, este fallo la perjudica.
Otro discurso sería imponer a la Argentina que los bonos que no entraron en el canje sean incluidos en el mismo y reciban el mismo trato que recibieron los demás. Sería más oneroso para el país, relativamente, pero permitiría no contar más con títulos en default. Incluso permitiría el tratamiento en forma comunitaria, en caso de una reestructuración, y no sólo individualmente.
La otra instancia, es la cuestión de las decisiones de un país soberano que no pueden ser puestas al mismo nivel que el de cualquier litigante. Este principio merece una profunda discusión a nivel internacional, y merece ser analizada la legitimidad constitucional de cláusulas de este tipo incluidas en acuerdos financieros. Es parte de las reglas del juego del crédito internacional que hay que modificar.  Cabe recordar que, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos y Gran Bretaña quedaron endeudados con la Argentina y no pudiendo cumplir con sus obligaciones entraron en cesación de pago. La experiencia no fue lo mejor en cuanto a cómo negociar en modo leal, a nuestro país les fue impuesto aceptar las condiciones que conveían a las dos potencias. Y no hubo modo de discutirlo. Sin embargo, queda claro que el estado de necesidad de un país, como en el caso de dos potencias que había gastado importantes recursos para defender Occidente de la amenaza nazi-fascista, prevalece siempre sobre los intereses comerciales de entidades privadas. Las reglas de acceso al crédito interncional a las que tuvo que someterse el país en los años 80 y 90, lesionaron fuertemente su soberanía. Y los títulos cuyo pago reclaman los así llamados "fondos buitres" por intermedio del juez Griesa, pertenecen precisamente a esa desafortunada etapa de nuestra historia.
El gobierno deberá elaborar una estrategia jurídica, acompañado seguramente por todo un país al que no le sobran recursos. No es la hora de la retórica ni de los pases de factura, sino de la Política con mayúscula. 

jueves, 22 de noviembre de 2012

Una tregua no es la paz

Una tregua no es la paz, aunque es mejor que el enfrentamiento armado. Había que evitar un ulterior baño de sangre que exalta a los fanáticos y sólo siembre más odio entre palestinos e israelíes. Pero se sostiene precariamente el cese de las hostilidades entre las fuerzas armadas de Israel y los milicianos de Hamas que ocupan la Franja de Gaza.
La primera consideración que cabe realizar es que queda claro que hay dos palestinas: los territorios de Cis-Jordania bajo el control de la Autoridad Nacional Palestina y la Franja de Gaza. ¿Supone eso que cualquier solución del conflicto palestino israelí deberá prever la convivencia en un mismo territorio de tres Estados y no dos?
El escenario presenta más complejidades, porque otros factores influyen en este momento en Medio Oriente. Egipto trata de desarrollar su rol de eje diplomático y político del mundo árabe. El presidente Morsi, exponente de los Hermanos Musulmanes, grupo que ha adquirido un rol clave a partir de la primavera árabe, esgrime una postura firme con Israel, pero bastante más moderada que en el pasado.
Su objetivo es acotar, por un lado, los intentos de Irán de adquirir peso político y expandir su influencian la región (cabe recordar que los misiles lanzados por Hamas eran en gran parte de fabricación iraní), por otro tiene que evitar que el régimen de Teherán sea remplazado por el emirato de Qatar, dominado por el radicalismo salafita, enemigo declarado de Irán por cuestiones religiosas.
Los salafitas han avanzado políticamente en varios países de la región, ayudados por los abundantes recursos financieros que les proveen gas y petróleo. Han financiado y apoyado el derrocamiento del régimen de Kadhafi en Libia y sucesivamente el de Siria, el más importante aliado de Irán entre los países árabes. La crisis siria está teniendo sus coletazos también en el cercano Líbano.
Se habla de un próximo informe de la agencia de la ONU para la energía atómica (AIEA), según el cual Irán estaría cerca de alcanzar resultados militares en su programa nuclear. Un temor que tiene su peso en la próxima cita electoral en Israel, pues apoya las posturas de los sectores partidarios de liquidar militarmente la cuestión del programa nuclear iraní. 
Es un escenario de tensión, en el que pueden producirse nuevos estallidos cuyas consecuencias no son fáciles de prever. En realidad, más que el mentado “choque de civilizaciones”, concepto que cada vez más demuestra su construcción artificial, estamos en presencia de un proceso interno en el mundo islámico, entre sectores fundamentalistas de matriz chiita y sunitas, como los salafitas de Qatar y Arabia Saudita. Este enfrentamiento produce nuevos actores que participan del nunca resuelto conflicto entre palestinos e israelíes.
El tema de fondo es encontrar una fórmula que permita la convivencia entre estos dos pueblos. Hasta que ésta no aparezca, la sangre derramada es tanta que sólo tendremos treguas más o menos largas, pero no la paz.

Niveles récord de los gases contaminantes

Las concentraciones de dióxido de carbono (CO2), el gas principal responsables del calentamiento global, alcanzaron niveles récord en la atmósfera durante el 2011. La noticia ha sido confirmada por la Organización Meteorológica Mundial (www.wmo.int), la oficina climatológica de las Naciones Unidas. Este gas presente en la atmósfera retiene el calor provocando el aumento global de la temperatura y los consiguientes efectos climáticos extremos.
Se estima que la concentración de CO2 en la atmósfera fue de 390 partes por millón y eso es un 40 por ciento más que en el período previo a la revolución industrial, cuando las emisiones eran 275 partes por millón.
Los datos fueron difundidos por Michel Jarraud, secretario general de la organización, durante una conferencia de prensa celebrada ayer en su sede de Ginebra.
El dióxido de carbono permanece en la atmósfera durante cien años, en los cuales continúa produciendo sus efectos químicos-físicos. Una parte de este gas es emitido naturalmente, por la descomposición de vegetales y animales muertos, pero para gran parte de los científicos no hay dudas de que la mayoría de estas emisiones provienen de la quema de combustibles fósiles. La naturaleza tiene capacidad por absorber una parte de este gas, por ejemplo, a través de los océanos y los bosques, pero esta capacidad está siendo desbordada por el nivel alcanzado por las emisiones.
“La humanidad produjo 350.000 millones de toneladas de métricas de CO2 desde 1750 que permanecerán por siglos en la atmósferas, causando que nuestro planeta se caliente todavía más e impactando en todos los aspectos de la vida en la Tierra. Las emisiones futuras sólo agravarán la situación”, alertó Jarraud. En los últimos 20 años, las emisiones de gases contaminantes provocaron un aumento del 30 por ciento del calentamiento del clima.
Hay otros gases que también contribuyen al cambio climático, como el metano, que aumentó su concentración del 159 por ciento comparando con los niveles pre-industriales, se pasó de 700 partes por mil millones a las actuales 1.813 partes por mil millones. También el metano es producido naturalmente, pero la ganadería, los cultivos de arroz, la quema de combustibles fósiles, vertederos y la incineración han contribuido a acrecentar su concentración.
Aunque se detuviera por completo las emisiones contaminantes, igualmente las concentraciones presentes en la atmósfera seguirían produciendo sus efectos durante décadas. En efecto, se estima que los cambios climáticos actuales provienen de las emisiones realizadas hasta fines de los años ‘60. Este año, entre otros efectos climáticos, los hielos flotantes del Polo Norte alcanzaron su mínimo histórico durante el verano boreal (poco más de 4 millones de km2), momento del año en que éstos se reducen.

¿No hay alternativas?

"No hay alternativas". Lo repite el gobierno español de Mariano Rajoy, pero de ello están convencidos gran parte de los gobernantes europeos, quienes están practicando un ajuste tras otro en una Europa azotada por la crisis financiera. Y eso sin que nadie logre permitir entrever una perspectiva de salida.
Lo repitió ayer un ministro español ante las multitudinarias manifestaciones en su propio país y a pocos días del suicidio de una mujer que se vio acorralada por el desalojo forzado de su vivienda. La noticia impactó y los desalojos fueron suspendidos por dos años. Es decir, al menos una alternativa había.
Esta misma frase se escuchaba hace treinta años. Solía repetirla la "dama de hierro", la primera ministro británica Margaret Thatcher, en los debates por las privatizaciones, cuando siguiendo los principios de la economía neoliberista que imponían el Estado mínimo, miles de mineros quedaron en la calle como efecto de un ajuste llevado a cabo sin contemplaciones. La expresión fue condensada en una acrónimo TINA formado por las iniciales de las palabras en inglés (there is no alternative). El ex primer ministro aleman Schröder lo tradujo a su idioma:  “Es gibt keine Alternativen”.
Esta ausencia de alternativas ha provocado pocas mejoras, mucha desigualdad y mucha exclusión. En los países pobres supuso el comienzo de la época del problema de la deuda externa y los ajustes estructurales del FMI y el Banco Mundial. Hoy estas mismas recetas se aplican en Europa, porque en los países pobres de América latina, por ejemplo, se demostró que había una alternativa: la combinación de comercio en condiciones de igualdad con potencias económicas como China e India y políticas de transferencias de recursos y mejor redistribución del ingreso dieron los resultados esperados. De hecho, lo admite el mismo Banco Mundial, en la región la clase media creció un 50 por ciento en menos de una década.
En Europa hoy aparecen los efectos de las políticas de los ochenta. Hay barrios enteros de Londres poblados por familias que viven de los subsidios y de madres solteras. La exclusión fácilmente se torna resentimiento y tanto en la capital británica como en París ya ha habido brotes de violencia en repetidas oportunidades.
Se repite que no hay alternativas mientras que las medidas de ajuste combinadas con la crisis han destruido 250.000 mil empresas en España, al tiempo que el desempleo ha alcanzado el 25 por ciento de los trabajadores. El mismo guarismo alcanzado en Grecia. Con el agravante de que entre los jóvenes el desempleo llega al 40 y 50 por ciento. En toda Europa más del 11 por ciento de los trabajadores está sin empleo.
Sin embargo, repasando las medidas adoptadas por el gobierno español, entre las cuales figura el aumento del IVA, reducciones del gasto público en general y también en salud y educación, congelamiento de salarios públicos, etc., no se encuentra una sola tentativa de tasar las rentas financieras, de hacer pesar el mayor costo del ajuste sobre quienes más ganan. Ningún gobierno, por ejemplo, ha querido reducir el peso de la deuda pública reestructurándola con una quita indispensable a esta altura, o reteniendo durante unos años esos títulos pero a una tasa mínima. Eso no se toca. Sí se tocaron las viviendas de gente que no tiene ninguna responsabilidad de esta crisis claramente provocada por una elite política irresponsable. Se prefirió escuchar el dictamen de los mercados financieros, corresponsables del descalabro.
Se equivoca ese ministro español: alternativas hay, lo que no hay es coraje para aplicarlas.

Desmanejos financieros


¿Los gobiernos europeos en crisis conocen el verdadero monto de sus deudas? Se diría que no. Quizás el default y una reestructuración de la deuda sería el camino más racional y, acaso, más democrático.


Las reiteradas operaciones de salvataje solicitadas por algunos de los gobiernos de la Unión Europea acosados por la dura crisis económica que los azota, llevan a preguntarse si esos países conocen a ciencia cierta el monto real de su endeudamiento. ¿Cómo se explican las reiteradas ayudas? Los ministros ¿no conocían de entrada la envergadura de las necesidades financieras?
La periodista y economista alemana Stefane Claudia Müller describe eficazmente el caso de España en un artículo suyo publicado en varios diarios económicos de su país, de los que es corresponsal. “En noviembre de 2011, el gobierno (español) dijo que el déficit público era del 6% del Producto Bruto Interno (PBI); a finales de diciembre, el nuevo gobierno dijo que le habían engañado y que el déficit público era superior al 8%”, relata Müller. “Luego de rehacer el cálculo a finales de marzo el Ejecutivo anunció un déficit del 8,5% del PBI (...), dos semanas después, la Comunidad de Madrid dijo que sus cifras eran erróneas y el Ayuntamiento de la capital igual... el déficit era ya del 8,7%. Pero en agosto el Instituto Nacional de Estadística dijo que el PBI de 2011 estaba sobrevaluado y, con la nueva cifra, el déficit era del 9,1%; dos días después Valencia dijo que su déficit era de 3 mil millones de euros más; o sea, que estamos en el 9,4% y las otras 15 comunidades autónomas y 8.120 ayuntamientos aún no han corregido sus cifras de 2011”. Müller concluye que el déficit real de 2001 puede estar encima del 11%.
No es cualquier error, el déficit sería el doble de lo que se calculó al comienzo. Hay algo que no cierra.
Para la economista italiana Loretta Napoleoni, de la Judge Business Scholl de  Cambridge, la explicación es que los países mediterráneos de la Unión Europea, como Grecia, Italia y España, no han blanqueado el real monto de su deuda soberana. De ahí la dificultad de establecer también la envergadura de su déficit.
¿Cómo se llegó a esto? Napoleoni lo explica recurriendo al ejemplo italiano. Durante los años 90 y 2000, Lehman Brother, la famosa compañía de servicios financieros, envió a decenas de jóvenes entrenados en Nueva York para vender nuevos productos financieros extrapolando de los balances públicos dinero líquido, a cambio de jugosas comisiones. Efectivamente, mediante estratagemas financieras Lehman y demás bancos de negocios crearon obligaciones sobre el gasto de las administraciones locales presentadas como títulos con garantía del Estado italiano. Se trata de papeles que en teoría no se podían emitir, porque inciden sobre el balance de la región y del Estado central. Pero el obstáculo fue sorteado con un sofisticado juego de prestigio financiero. En el caso de una de las regiones italianas, Campania, Lehman compró primero las deudas de la administración de salud de la región y pagó a los acreedores (los proveedores) al contado. La región devolvería la deuda después de 10 años, pero mientras Lehman la transformó enseguida en títulos a 30 años que vendió en el mercado internacional con la garantía del Estado italiano. Sin correr riesgos, Lehman ganó una comisión por crear el producto y sobre la venta de los títulos, más los intereses sobre la deuda contraída por las entidades locales.
Si el gobierno de Roma hubiera realizado la operación sin duda que le habría resultado más barata. Pero los títulos emitidos habrían engrosado la deuda pública, mientras que recurriendo a un banco de negocios privado se trata de una deuda privada, si bien con garantías del Estado, y ésta no aparece en los balances del gobierno. Todo regular, cumpliendo con la letra de los límites que impone el Banco Central europeo. Pero endeudando por décadas a los ciudadanos de la región Campania.
Cientos de episodios como el relatado explican la dificultad de establecer la real entidad de las deudas públicas. La responsabilidad que le cabe a políticos y financistas es evidente.

¿Cuál es la salida?
A largo plazo es necesario reducir el peso de la economía financiera sobre la real (la producción de bienes y servicios). La desregulación del mercado financiero permitió transformar el mercado bursátil en un ámbito para la especulación y, literalmente, el juego de azar.
En el corto plazo, el  camino de la reestructuración de deuda con un calendario de pagos y una importante quita sobre el monto adeudado se presenta como una solución racional.
Es lo que ha hecho Dubai cuando, en 2009, dos importantes sociedades garantizadas de hecho por el Estado se declararon incapaces de pagar vencimientos por 30.000 millones de dólares. La rápida intervención del vecino emirato de Abu Dhabi, que garantizó las deudas de Dubai, permitió calmar en seguida los mercados. Luego, durante las negociaciones, se logró una quita de casi la mitad de la deuda. En 2011, Dubai volvió a poder emitir obligaciones que fueron suscriptas sin problemas en el mercado internacional.
En 2008 Islandia eligió el camino de la bancarrota. Su derrumbe fue tremendo: la deuda pública era mil veces superior a su PBI. Los ciudadanos de este pequeño país (apenas 320 mil habitantes) primero exigieron la renuncia del gobierno responsable del desbarajuste. Luego, dos veces se negaron, por referéndum, a pagar sólo a algunos acreedores privilegiados (Holanda, Reino Unido y los bancos internacionales) endeudándose por décadas. Sucesivamente persiguió penalmente a banqueros y políticos responsables del desastre, y algunos han sido condenados. En 2011 Islandia volvía a conseguir créditos por mil millones de dólares a poco más del 3 por ciento de interés. Posiblemente, porque su planteo era creíble.
Cabe recordar que también la Argentina utilizó la reestructuración de la deuda, como señalan también Napoleoni y economistas como Joseph Stiglitz y Paul Krugman, los últimos dos son Nobel de economía. Quizás la Unión Europea debería tener en cuenta esta posibilidad en lugar de seguir castigando a sus ciudadanos por los desmanes de los dirigentes políticos y financieros.

(1) Loretta Napoleoni, Il contagio, Milan, 2011, pp.61-69.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Las FARC anuncian una tregua unilateral

Sorpresivamente, antes de comenzar ayer en la Habana las negociaciones de paz con el gobierno colombiano, el líder de la guerrilla de las FARC, “Iván Márquez” anunció una tregua unilateral de dos meses. El anuncio es importante por dos razones: las dos partes comenzaron las negociaciones hace un mes en Oslo (Noruega) sin haber proclamado un cese del fuego. Por otro lado, en oportunidad de la primera etapa de conversaciones en la ciudad europea, algunas declaraciones de “Márquez” fueron consideradas muy duras, fuertemente teñidas de críticas ideológicas hacia la gestión del gobierno colombiano y parecieron enfriar las esperanzas de quienes apostaban a que el proceso de paz pudiera llegar a buen puerto.
La guerrilla anunció ayer el cese de toda operación ofensiva contra las fuerzas públicas y de los actos de sabotaje contra la infraestructura pública y privada. El gobierno de Juan Manuel Santos, si bien apuesta a lograr el cese de este conflicto que dura desde hace casi 50 años, ha encarado este proceso sin ningún tipo de concesiones y planteando requisitos con los que las FARC tuvieron que cumplir para sentarse a la mesa de las negociaciones, como la liberación de todos los rehenes.
En base a los acuerdos pactados desde el comienzo de reuniones secretas llevadas a cabo hace seis meses y en la primera fase celebrada en Oslo, el primer punto en discusión en La Habana será el tema de la tierra. Hay cientos de miles de refugiados y desplazados que han perdido la tierra que cultivaban con motivo del conflicto armado y ha habido especuladores y latifundistas que se han aprovechado de las circunstancias.
El proceso de paz cuenta con el apoyo de Cuba y Noriega como garantes y del acompañamiento de los gobiernos de Chile y Venezuela. 

jueves, 15 de noviembre de 2012

La mecha encendida en Gaza

Gaza es nuevamente teatro del enfrentamiento entre los palestinos de Hamas y los israelíes. El ejército de Israel respondió a los lanzamientos de centenares de misiles que se han producido desde hace meses con bombardeos realizado por aviones con y sin tripulación (drones), buques de la armada y tanques que han aparecido en la Franja de Gaza. Esta semana se recurrió a la eliminación selectiva de exponentes de Hamas y fue muerto en su auto el jefe militar de Hamas, la organización bajo cuyo dominio ha recaído el angosto territorio de Gaza (en los territorios de Cisjordania el control está en manos de Fatah).
Se cuentan varias decenas de civiles muertos por los bombardeos del ejército de Israel, algunos de los cuales bebés y niños, al tiempo que al menos tres ciudadanos israelíes perdieron la vida por el lanzamiento de cohetes, algunos de los cuales llegaron hasta las inmediaciones de Tel Aviv.  Se están usando cohetes medianos con un alcance de 75 km, de hecho sus instalaciones han sido blanco de los ataques de las fuerzas israelíes.
El contexto político en el que recrudece este interminable enfrentamiento es complejo. Por un lado los palestinos han solicitado un pronunciamiento de las Naciones Unidas a los efectos de ser reconocidos como Estado, lo cual genera un elemento de tensión sobre todo porque una parte de sus territorios, precisamente la franja costera de Gaza, es controlada por Hamas, sector más radicalizado. Durante el trascurso de este mes debería votarse la resolución. Por otro lado, se aproximan las elecciones anticipadas en Israel y los sectores que quieren imponer la lucha frontal contra Hamas.
El ejército y los servicios de inteligencia tienen mucho peso y lo están utilizando. A su vez, en el mundo árabe los cambios producidos en los últimos dos años todavía no han alcanzado un punto de equilibrio. Los Hermanos Musulmanes, hoy con propuestas políticas más moderadas, han ido ganando las elecciones pero el crecimiento de los sectores salafitas, más fundamentalistas, está complicando los equilibrios en muchos países.
Esto ha producido una fractura en Hamas, desde siempre vinculado a los Hermanos Musulmanes, entre los partidarios de una postura más moderada, cercana por ejemplo a la del presidente egipcio Morsi, y los más radicalizados partidarios de la solución armada. En efecto, el presidente Morsi ha enviado una delegación ministerial al territorio de Gaza, precisamente con el objetivo de evitar una escalada militar. En el medio, influyen también los temores suscitado por los planes nucleares de Irán, argumento que desde siempre enciende la mecha de las tensiones en la región.
En realidad, en el medio está la población civil, de un lado como del otro. La que suele pagar el precio más alto. Muertos y heridos, la permanente tensión, el miedo a una explosión que modifique tu vida para siempre.
La Franja de Gaza es una lengua de tierra de unos 51 km en su lado más largo y de 11 km en el punto más ancho, en la frontera con Egipto. Podemos imaginarla como desde Avellaneda hasta La Plata, con un ancho irregular que se reduce a un par de kilómetros en los puntos más angostos. Allí viven un millón y medio de palestinos, la gran parte refugiados que perdieron sus casas desde el surgimiento del conflicto con Israel.
Una llaga que nunca se ha cerrado. El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu ha anunciado a la prensa el uso de “bombardeos quirúrgico” para destruir las plataformas de lanzamiento de los cohetes, algunos caseros aunque no por eso inocuos. Pero se trata de un eufemismo al que nadie puede resignarse: lo dicen la veintena de muertos causados por las represalias del ejército israelí, entre ellos dos bebés de menos de un año, varios niños, chicos que jugaban en una canchita de fútbol, un enfermo mental que se acercó demasiado a la línea de frontera... Los heridos son más de 150 en hospitales precarios, donde se da prioridad a casos más graves, aunque abundan heridas de bala, amputaciones traumáticas, etc. Por momento falta la energía eléctrica cortada desde territorio israelí.
Un rol fundamental en esta coyuntura puede ser precisamente la del presidente egipcio Morsi quien podría aprovechar la oportunidad para apaciguar los ánimos y, de paso, disminuir las relaciones con Israel que se han tensado mucho. Una postura más radicalizada para salvar diferencias internas en Hamas, pero aportaría muy poco y echaría nafta al fuego de una situación explosiva. Sin embargo, no es de descartar esta actitud. La comunidad internacional no aparece como un actor que en lo inmediato puede actuar eficazmente. La única chance para que cesen las hostilidades es que las partes comprendan que con las armas nunca jamás podrán resolver un conflicto que ya ha durado demasiado.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Los franceses y la verdad

Hay que decirle la verdad a los franceses, parece ser el lema del presidente François Hollande. Quizás el problema reside en qué momento decirla. Por lo visto, no es durante la campaña electoral que hay que ser sincero. ¿De qué manera interpretar si no el giro político de este socialista que, una vez alcanzada la máxima magistratura del país, aplicó primero un ajuste de 30 mil millones de euros, en un paquete de medidas que aumentó incluso el IVA? Este impuesto regresivo ha sido detestado desde siempre por la izquierda, y el mismo presidente lo denunció durante la campaña electoral.
Hoy Hollande se declara satisfecho por la tranquilidad de los mercados que permiten a Francia refinanciar su deuda pública descomunal a tasas del 2 por ciento. Y con la misma soltura oratoria anunció ayer que su país reconoce a la nueva coalición opositora de Siria como la única representante del pueblo. Acto seguido añadió que deberá ser planteada la fornitura de armas a los rebeldes, en un conflicto interno que ya ha provocado más de 30 mil muertos. El anunció no es menor. Hasta ahora el trabajo sucio de proveer de armas a los rebeldes ha sido realizado por Turquía, ya que formalmente los países occidentales rechazaban esta idea. Una tarea que incluye el apoyo de grupos terroristas vinculados a Al Qaeda, como ha sido denunciado en más de una oportunidad.
En realidad, los servicios de inteligencias de Francia, Reino Unido y Estados Unidos, en cooperación con Arabia Saudita y Qatar nunca han dejado de apoyar la desestabilización del gobierno del presidente El Assad. Hollande repite el guión utilizado por su predecesor Nicolas Sakozy fogoneando la rebelión en Libia, el año pasado, para derrocar al líder de ese país Khadafy. También en materia de política exterior, por lo tanto, Hollande da un giro importante siguiendo los pasos de la derecha. En cuanto a Europa, Hollande se declara a favor de varias velocidades dentro del bloque, considerando las diferentes potencialidades de los países miembros del bloque.
Ayer, en conferencia de prensa, el presidente se dijo a favor de un plan de apoyo a Grecia.
Hábil orador, el presidente durante un largo diálogo con 400 periodistas ha invitado a los franceses a unirse en un bloque monolítico para respaldar el gobierno en una tarea que no será fácil. Debido al elevado nivel de la deuda pública. Pero la oratoria de Holland no sirve para mejorar su imagen: apenas un 35 por ciento de opinión favorable según las encuestas.
Al fin y al cabo a la gente no le falta sentido común, aunque por cierto, un sondeo no se puede comparar a la emisión del voto. El presidente de Francia tiene el resto del mandato para demostrar que cree en el ideario socialista que lo llevó a ser el inquilino del Eliseo.

martes, 13 de noviembre de 2012

Crece la clase media en América latina

Entre 2003 y 2009 más de 50 millones de personas pasaron a integrar la clase media y los pobres se redujeron un 30 por ciento.
Según un informe del Banco Mundial (BM) entre 2003 y 2009 la clase media en América latina creció a niveles inéditos. Mejores ingresos y mejor distribución permitieron  más de 50 millones de personas de la región mejoraran su calidad de vida abandonando a menudo situaciones de pobreza. Según el documento los ciudadanos de clase media en América latina pasaron de 103 a 152 millones, lo cual supone un aumento del 50 por ciento respecto de estadísticas anteriores. El dato revierte décadas de indicadores que mostraron un franco deterioro de las clase media en la gran parte de los países latinoamericanos.
La población de la región se divide aproximadamente en tercios: un 30 por ciento es pobre, otro 38 por ciento es clase media baja, altamente vulnerable, el 30 por ciento es clase media mientras que los ricos son el restante 2 por ciento. En 1995, informa el BM, los pobres eran el 45 por ciento de la población, el 20 por ciento pertenecía a la clase media y el 33 por ciento estaba en un sector de clase media baja altamente vulnerable.
La mejor distribución del ingreso, el crecimiento del Producto Bruto Interno a una tasa anual promedio del 2,2 por ciento desde el comienzo del 2000 y el aumento de los ingresos salariales fueron la combinación que permitieron esta mejora que es considerada alentadora. Para el Banco Mundial es de clase media una familia de cuatro personas en la que ingresen entre 14.600 y 73.000 dólares anuales. Argentina, Colombia, Uruguay, Chile – país en que la clase media representa el 70 por ciento - y Brasil son los países que han registrado los mejores índices de ascenso social, aunque la región, según datos de la CEPAL (Comisión económica de la ONU para América latina y Caribe), sigue siendo la más desigual del mundo.

domingo, 11 de noviembre de 2012

El día después de mañana

Las palabras del rey Juan Carlos de Borbón pronunciadas durante la 22ª Cumbre Iberoamericana celebrada en Cádiz  tienen el tono de un llamado: “El mundo es hoy muy diferente al que existía cuando empezamos las cumbres. Iberoamérica está en alza. A este lado del Atlántico hemos visto surgir situaciones difíciles por la crisis. Nuestras miradas se vuelven hacia ustedes. Necesitamos más Iberoamérica”.
“El monarca pide ayuda a América”, titula al día siguiente El País de Madrid. Parece una escena de la película El día después de mañana, de R. Emmerich, en la que se imagina una catástrofe climática de enormes proporciones que transforma gran parte de los Estados Unidos en un bloque de hielo, y cuyos habitantes cruzan desesperados la frontera con México pidiendo asilo.
Las palabras del rey no fueron motivadas por una catástrofe climática, sino por el desastre económico español cuyo emblema son el 25 por ciento de desempleo y los suicidios de personas desesperadas por recibir la orden de desalojo. Los destinatarios de sus palabras en la Cumbre Iberoamericana son precisamente aquellos jefes de Estado y de gobierno tratados como populistas o extremistas por la prensa europea, por tratar de cuidar los intereses de sus países desde reglas más justas, desde el boliviano Evo Morales al ecuatoriano Rafael Correa, a la Argentina que aún es un paria de los mercados internacionales por haber osado restructurar una deuda impagable.
Son los representantes de pueblos que por décadas han sufrido penas inenarrables, la miseria y la injusticia provocadas muy a menudo precisamente por las reglas inicuas del mercado propiciadas precisamente también por aquellos países europeos que hoy no saben cómo afrontar la oleada de pobres que está provocando una crisis inédita.
Sería un error mirar esta circunstancia sólo desde el punto de vista de más o menos comercio. Es la oportunidad para aprovechar estas circunstancias para rescribir las reglas del comercio y de los mercados financieros desde pautas de justicia y de igualdad y no desde la fuerza que concede el estado de necesidad del otro. Podemos aprender de la historia y fortalecernos mutuamente. Hoy más que nunca revelan su actualidad y su sentido profético las palabras del papa Paulo VI, cuando en su documento Populorum progressio, en 1968, invitaba a realizar una comunión de bienes entre países ricos y pobres.  Quizás porque hoy las fronteras entre ricos y pobres son muy indefinidas. Acaso porque nos descubrimos cada vez más interdependientes, todos débiles individualmente. Acaso la verdadera fuerza reside en descubrirnos hermanos.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Frente a una protesta masiva

Hay un dato de la realidad que no se puede desconocer de la multitudinaria manifestación de ayer: este poder de convocatoria demostrado hoy nadie está en condiciones de emularlo y menos todavía en forma gratuita.
Si bien  no hay duda de que hubo grupos y organizaciones que han colaborado con la difusión del llamado a concurrir, y si bien éste contó con el beneplácito de los más duros adversarios del gobierno comenzando por algunos grupos mediáticos, atribuir exclusivamente a su acción la convocatoria de ayer sería un error.
Tal como sería un error atribuir a sectores extremistas la representatividad de la protesta. Sin duda estos sectores habrán ponderado positivamente la iniciativa y habrán participado, pero no dejan de ser muy minoritarios e incapaces de una movilización tan popular.
Tampoco una manifestación de protesta, por concurrida que sea, puede ser transformada en la decisión de una mayoría de las voluntades, porque a nivel electoral la mayoría del país se ha manifestado y con contundencia el año pasado: el 54 por ciento votó por el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. En efecto, la continuidad y la total legitimidad de su mandato no está en discusión y no tiene por qué figurar en una agenda de temas.
Quien escribe está convencido de que no estamos frente a un planteo electoral y sería un error reducir el juego democrático a la mera confrontación en las urnas, que es cuando culmina la complejidad de la vida política. En democracia se cuenta con un más rico abanico de formas de expresión. Por lo tanto, el tema es detectar si lo que se manifiesta tiene o no fundamento, expresa o no algo real, más allá de que quien lo haga sea incluso un sector minoritario.
Los temas sobre los que se protestó anoche eran varios: desde la inflación y la inseguridad, a menudo negados por el gobierno, a la cuestión de un tercer mandato de la presidenta. Al respecto, es cierto que no hay ningún proyecto presentado formalmente en el Congreso. Como también es cierto que desde legisladores del oficialismo a sectores vinculados al gobierno se ha aludido al tema. Otros temas de la protesta fueron la corrupción y las presiones sobre la justicia que en estas semanas se han agudizado a raíz del enfrentamiento en torno de la así llamada "Ley de medios". No faltaron carteles contra el cepo al dólar y algunas alusiones a la libertad de expresión.
Desde la oposición se ha celebrado que la protesta haya convocado a tantos ciudadanos. Y algunos referentes lo han destacado como un elemento de esperanza. Pero quizás a la oposición en su conjunto se le escapa que, una vez más, el rol que debería ejercer es realizado ahora por la protesta popular, en otros momentos por algunos medios de comunicación. Eso habla de su debilidad y también de una escasa representatividad.
Desde el oficialismo, en cambio, se contesta a los que salieron a la calle con el argumento de que no se puede cambiar la  política del Gobierno nacional, precisamente por el compromiso asumido con quienes en 2011 votaron su propuesta electoral.
Pero aquí el tema no es desnaturalizar el programa de un Gobierno legítimamente instituido, sino demostrar un compromiso fuerte y coherente en algunas áreas sensibles que cosechan el descontento y con razones de peso.
Una es la inflación: mal se podrá reducirla si no se admite su existencia, y a niveles mucho más altos de los que reconoce el Indec. Ni el propio Gobierno cree que sea menos del 10 por ciento, de lo contrario no propondría pautas de aumentos salariales que llegan al doble de la estimación del Indec. La insistencia en negar esta evidencia irrita, más allá de que no se puede negar la mejora generalizada de los salarios de la gran mayoría de los trabajadores, de los jubilados y la reducción de la pobreza. El tema es que todos sabemos el peligro que encierra vivir con un alto nivel de inflación durante años y, encima, negarla.
Un segundo tema sensible es el de la corrupción. La percepción, evidentemente difusa, es que el gobierno no logra demostrar que interviene rápida y decididamente en casos de corrupción. Se necesitó la tragedia de Once para que se actuara con las empresas de transporte ferroviario, donde el desmanejo estaba a la vista. Bastaba circular en tren.
Es muy probable que actuar eficazmente sobre estos dos temas de fondo, descontando el compromiso del Gobierno en materia de inseguridad o que le asisten razones para decidir de limitar el acceso al dólar, recibiría la aprobación de la gran parte de la ciudadanía.
Si bien no figuraba entre los cuestionamientos en el caceroleo de ayer, quien escribe sostiene que bajar el actual nivel de enfrentamiento, comenzando por el tono del discurso oficial, también produciría un mejor clima de convivencia. Y eso sin renunciar a ninguno de los principios que se pretende defender desde la gestión. El cómo se hacen las cosas es a veces tan importante como las cosas que se hacen.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Triunfó Barack Obama

Barack Obama ha logrado un segundo mandato presidencial. El conteo final de votos le da una ligera ventaja sobre Mitt Romney, pero se trató de un resultado reñido en términos generales. Menos reñido es el resultado de los votantes del colegio electoral, ya que la elección del presidente es indirecta. Allí el ganador debía conseguir 270 votantes sobre los 540 del colegio.
Obama obtuvo 332 contra los 206 que consiguió su adversario, superando a los republicanos en estados clave como el de Florida, donde desde hacía seis elecciones los republicanos se aseguraban los 29 electores en juego. Fue allí que en el año 2000 Al Gore perdió frente a George W. Bush por unos 500 votos, pese a haber totalizado la mayor cantidad de votantes del padrón electoral nacional.
De todos modos, más allá del resultado final, los demócratas y el mismo Obama deberán analizar a fondo estas elecciones de las que salen ganadores pero con el voto en contra de una parte consistente del electorado, gracias al apoyo de sectores como, por ejemplo, los inmigrantes latinos. Obama accedió a su primer mandato con una victoria más holgada, que había suscitado muchas esperanzas. Era nada menos que el primer presidente de color en la historia del país.
Sin embargo, su gestión trajo muchas desilusiones, comenzando por los inmigrantes que no pudieron ser beneficiados por todos los proyectos que fueron anunciados a su favor pero que nunca se concretaron. Por cierto, el presidente Barack Obama tuvo que enfrentarse a la peor crisis financiera en décadas, consecuencia directa de un sistema económico que ha hecho de la desregulación de los mercados y de su libertad su emblema, además de un gasto público y un nivel de endeudamiento muy elevado. Su reforma del sistema de salud llegó a ser aprobada, pero recortada por enmiendas que limitaron su impacto.
Acaso en materia de relaciones exteriores Obama ha desilusionado más que en su propio país, pues muchos esperaban un cambio sustancial de la política de los Estados Unidos que no se produjo. Con algunas sacudidas y signos de decadencia, el liderazgo de esta superpotencia sigue siendo determinante en el plano global, pero basado en la combinación de su fuerza militar y su poderío económico. Guantánamo sigue siendo una ofensa a los derechos humanos, la lucha contra el terrorismo presenta más sombras que resultados, pero a pesar de esto, la postura de Romney en materia de política exterior habrían significado un grave retroceso hacia un preocupante unilateralismo del que el mundo probó las consecuencias en Iraq y Afganistán.
La cuestión es que el electorado de los Estados Unidos elige a su presidente concentrado en los temas internos. Romney perdió por su incapacidad de seducir a los sectores más progresistas y de las clases media y media baja, precisamente los más afectados por ese capitalismo que acentúa las desigualdades y premia a los que más tienen, del que él mismo es un defensor  y mentor.
Obama insiste en que la economía está dando signos de recuperación y su discurso incluyente, sensible a la dura realidad de los menos favorecidos, ha terminado por convencer. En sus palabras, la reactivación será posible si el sistema tributario hará pagar más a los que más tienen. Sin embargo, no le será fácil, pues ha logrado la mayoría en el Senado pero no en la Cámara baja que sigue siendo controlada por los republicanos y éstos han demostrado ser tenaces opositores, especialmente de ideas tan “extremistas” en materia tributaria.
Los próximos cuatro años dirán si los demócratas sabrán alcanzar resultados que permitan una continuidad en el gobierno o si a la Casa Blanca volverán los republicanos. Dependerá mucho de cómo se podrán sortear los efectos de la crisis y si efectivamente el país logrará dar a todos más oportunidades.